Manuel C. Martínez
Hay alzas inorgánicas de precios,y alzas inflacionarias propiamente dichas.
El acaparamiento de las mercancías en todo el territorio nacional, el recrudecimiento del contrabando de extracción hacia países vecinos de combustible y últimamente de las mercancías necesarias para cubrir la demanda nacional, además de cubrírsela domésticamente a unos 6 MM de colombianos quienes, alojados en Venezuela le están resolviendo o aliviando el problema social que confronta la oligarquía colombiana, pero son 6 MM de personas que aducen que se vienen a Venezuela porque allá en su país los tratan mal, una mentira que ellos mismos convalidan al tener, de esos 6MM una mayoría cuadrada con la derecha golpista nacional, de suyo tan derechista como la derecha colombiana. Mayor contradicción, imposible.
Además, la ralentización del aparato productivo del capital privado y opuesto a este gobierno, con una mínima capacidad productiva que han mantenido ya que no han pasado de ser empresarios parasitarios vividores de la renta petrolera y no de la plusvalía, de unos seudoasalariados que no han pasado de ser mamparas para justificar el drenaje y tonelaje de dólares que este gobierno pendejo les ha suministrado como arroz.
Agréguese la sobrefacturación ilícita e ilegal o uso descarado de una paridad cambiaria muy alejada de la emanada del BCV.
Entonces, todo ese paquetazo de medidas golpistas y especulativas, que no necesitan soportes estadísticos del BCV ya que son vox populi, tomadas concomitantemente por los golpistas, cuyo eufemismo dado por el gobierno es Guerra Económica u oposición adecopeyana en contubernio con la falsa izquierda que siempre los acompañó en la 4ta. República no bolivariana, infiltrados como chavistas y representantes de una corrupción que los escuálidos le achacan al gobierno en general, ese paquetazo golpista, decimos, ha sido la causa inducida por la oposición para causar obviamente una alza de precios extraeconómica o inorgánica que no guarda relación alguna con las causas monetaristas de la inflación convencional, ni es producto de desgracias naturales que automáticamente convierten la renta circulante en moneda inorgánica.
Monetaristamente entendida, toda inflación deriva de un exceso de dinero sin correspondencia del PTB, pero en nuestro caso actual, el gobierno ha logrado abastecer la demanda que él mismo ha forzado con una mejor distribución de la renta petrolera.
Es la empresa privada la que ha venido castigando al estrato de los escuálidos a quienes no les ha importado ni interesado la regulación de precios[1], y más aun, les disgusta que se bajen los precios de la cesta común porque ellos no podrían comprar donde lo hagan sus empleados y empleadas. Por una parte, el gobierno empodera a los exmarginados, y la oposición golpea a sus propios seguidores a quienes relativamente antes lo tenían todo, o sea, los desempodera.
De manera que estamos en presencia de alzas inorgánicas de precios, en presencia de un golpe económico cuyas armas son alzas continuadas de precios que no guardan relación con el poder adquisitivo, salvo que se traguen los salarios, los petrorinocos, los ahorros y parte del Erario Público que se ve obligado a nuevos justes salariales, como lo ha venido haciendo con lo cual el golpismo automáticamente realza los precios para llenarse de bolívares y dólares, y también para sembrar la imagen de una Política Económica deficiente de un gobierno fracasado, sin tomar en cuenta que, de los 7 dólares/barril que recibió Chávez, en la 4ta. República sólo 1 dólar iba a los ministerios y obras sociales, mientras hoy esos mimos 7 dólares perfectamente irían hacia los más necesitados, y la economía seguiría su curso como hasta ahora en materia de asistencia social a los más necesitados aunque muy poco les llegaría a los mismos escuálidos que tan cegatamente se hallan en la acera equivocada.
Un país cuya economía es bombardeada con esas variables perjudiciales e inducidas, cuando los precios suben en los libros pero no en los verdaderos costes de producción, no puede sufrir inflación, sino especulación y golpe de Estado Mercantil, golpe financiero y comercial.
De allí, más bien, se puede observar la fortaleza de nuestra economía si está dirigida, no a favorecer a quienes más tienen y han tenido, sino a quienes jamás tenían nada, salvo barrancos, ranchos y miseria pareja.
22/01/2016 01:06:49 p.m
[1] Si el Estado declarara una congelación de precios inmediata, de tal manera de que todas las mercancías tengan un tope reducido que las convierta en bienes asequibles por sus empeladas (cachifas (o), estamos seguros de que no estarían de acuerdo porque es la diferenciación de precios del mercado la que las provee de esa vanidad y de ese amojonamiento que caracteriza a todo escuálido y escuálida: para estos clientes, mientras más caro les vendan los especuladores , mejor y más infatuados se hallan. Se quejan de las colas porque en estas suelen coincidir pobre y semipobres, ricos y semirricos.