Basilio Lezama-Aporrea
Entre chavista y revolucionarios, que publican cotidianamente en Aporrea, se capta un gran interés, en recuperarse de la fuerte desviación que sufre el Psuv. Aunque se puede inferir, que es producto de una simple calentura que pasa pronto; basta, en estado de conciencia y de reflexión, se determina, las verdaderas causas que las originaron y que muchas veces, como táctica las invisibiliza. Evitando que los receptores no se den cuenta de las verdaderas intenciones. Aunque lo que más llama la atención, es, el reflejo de una gran preocupación por los acontecimientos que han impactado la psiquis del venezolanos y venezolanas. Donde uno de los articulista, proponen: la necesidad de “Socializar a los ilustres, con el pueblo”
De esto surge una pregunta: ¿Quienes son los ilustres? Y la respuesta está profundamente correlacionada, con el sistema de vida de muchos venezolanos y venezolanas. La mayoría de ellos de más de 50 años, provienen de una situación humilde. Donde la cultura del sistema les inculcó, dos formas de salir de abajo: obteniendo una carrera universitaria y desarrollando habilidades y destrezas. Aunque este último, requería de una fuerza adicional. Desarrollaron grandes esfuerzos para salir de la pobreza, llegar a una Universidad y lograr titularse; no era suficiente. Había que culminar con trabajar en un empresa calificada, para obtener un buen sueldo, que le permitiera comprar: un carro, una vivienda. Y tener la suerte de casarse y formar una familia, que les permitiera alcanzar el futuro, en situación favorable.
Un alto porcentaje de los profesionales menores de 50 años, con la mismas esperanzas de los anteriores, sufrieron los embate de las malas praxis de muchos profesionales de cuellos blancos, perdieron: casa, inversiones para optar una vivienda y devengaban sueldos de miserias. Vieron como muchos banqueros se adueñaron de las formas que se habían modelado; para construir los sueños. Se había acumulado una deuda social gigantesca; ignorada por los gobernantes de turnos. Al final del Siglo XX, surge una fuerza revolucionaria, consciente de la inmensa deuda social y en la necesidad de pagarla, como una forma de redimir a un pueblo; que respondió positivamente, ante una propuesta, como cambio, aceptada por una gran mayoría del pueblo.
La juventud forjada en los procesos revolucionarios bolivarianos, se incorporaron a las nuevas efervescencias políticas. Y cuando se iban graduando de carreras profesionales; una mano invisible, les alejaron de los sueños. Empresas que empezaron a disminuir los procesos productivos, incrementos de los precios de equipos por estrategias financieras negativas para la actualización tecnológica y de nuevos proyectos de desarrollo. Motivaron a que incrementaran la fuga de cerebro, con todo el derecho de forjar un sueño, a la espalda de una nueva realidad, atacada por muchos frentes. Que es la parte fundamental de la desviación del proceso revolucionario, por las grandes inversiones para evitar: primero la ingobernabilidad y luego, el derrocamiento y el bachaqueo.
Los ilustres, son aquellos profesionales que lograron asomar la cabeza entre la multitud y ser reconocido por el pueblo, en las diferentes áreas de poderes y de logros. Sin embargo, el pueblo no confía en muchos de ellos, unos con razón o sin razón, han sido cuestionados y otros, los que no han sido cuestionados, y los que no han sido reconocidos. No obstante, durante siglos, los ilustres han copado los escenarios sociales, económicos y políticos. Por lo tanto, la propuesta de Socializar a los Ilustres con el pueblo, desafortunadamente no es la más idónea. Obliga a plantear una alternativa, para socializar con el pueblo en una situación ventajosa, para la Patria.
Desde hace Siglos, como Sabidurías Ancestrales, “El dar el ejemplo” es la forma más idónea para seleccionar a los más capaces. No es solo conocimientos, sino también: ejemplo como padre, hijo, vecino, patriota y trabajador. Y tener lo social, en primera instancia, en la escala de valores. Es más fácil que un ilustre decepcione a un pueblo, que una persona ejemplar. Sabidurías que ya no hacen eco, porque se han impuestos, nuevos conceptos, fortalecidos por los intereses, tales como: dinero mata galán, No es socializar al pueblo, sino rescatar los valores culturales, que ha evolucionado desde los inicios, al elegir, como liderazgo, al más fuerte y el que le garantizaba la subsistencias. Y progresivamente se fue desvirtuando, hasta tal punto, que se refleja en el siguiente refrán: “ Más vale jalar mecate en la sombra, que escardilla en el sol.
Los conocimientos revelados del comportamiento operativo del cerebro, han originado nuevos conceptos. Que tienen que ser cultivados por la revolución bolivariana, para que mediante una profundización conceptual, dejen de utilizar palabras, como, cambio, ampliamente divulgada y comercializada, que permita abrir las ventanas de nuevas realizaciones, para corregir las desviaciones sufridas. El mundo fue creada para el disfrute de los Seres Humanos, en un proceso de transformación continuo. Por lo tanto, es vital, que todos los conceptos se centre en el Ser Humano en colectivo y no bajo intereses individuales. Y solo con el liderazgo de venezolanos y venezolanas ejemplares, se logra una transformación continua.