AVN
París, 30 de noviembre 2015. – «La principal respuesta para la lucha del cambio climático es crear la Corte Internacional de Justicia Ambiental, para sancionar los atentados contra los derechos de la naturaleza y establecer las obligaciones en cuanto a la deuda ecológica de consumo de bienes ambientales».
Esta es la propuesta que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó este lunes durante su intervención en la 21 Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), que se desarrolla en París, Francia.
«Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, para obligar a pagar deudas financieras, pero que no tengamos tribunales para proteger la naturaleza y obligar a los países a pagar las deudas ambientales», enfatizó.
El mandatario, quien intervino en representación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), propuso, además, la elaboración de un tratado mundial que declare a aquellas tecnologías que mitiguen el cambio climático como bienes públicos globales, a fin de garantizar su libre acceso.
Sostuvo que en la actual emergencia planetaria, las naciones desarrolladas tienen una responsabilidad significativa, pues «un habitante de los países ricos emite 38 veces más CO2 que un habitante de los países pobres. Esto no quiere decir que existan afectaciones ambientales asociadas a la pobreza, pero cabe indicar que esa contaminación de los pobres los golpea a ellos (los ricos) localmente, no globalmente», puntualizó.
Para Correa, esta deuda ecológica exige también una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, cuyo principio fundamental sea que «el medio ambiente, por ser fuente de vida, pueda seguir existiendo y ofreciendo los mecanismos necesarios para que nuestras sociedades logren alcanzar el buen vivir.»
Asimismo, instó a la ampliación del protocolo de Kioto para compensar las Emisiones Netas Evitadas (ENE), con el fin de contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Las ENE son un mecanismo de mercado y no mercado, propuesto por la nación ecuatoriana, que consiste en la creación de un sistema de incentivos global para que se compense económicamente a los países que decidan evitar actividades que contaminen el planeta.
Se espera que en esta convención, que se extenderá desde este lunes 30 de noviembre hasta el 11 de diciembre, los 195 países participantes debatan sus propuestas para llegar a un acuerdo mundial que permita hacer frente a la crisis ambiental actual.