Oglis Ramos
El reacomodo de la derecha en argentina tiene tras bastidores el resurgimiento del ALCA como política neoliberal impulsada por los Estados Unidos y las trasnacionales financieras; estas junto a las masas de la oligarquía local buscaron luego de 10 años golpear el centro de la unidad continental dirigida por Chávez, Lula y Néstor Kirchner y es así como asestan un duro golpe a la integración de América del Sur la cual hoy se encuentra amenazada por los latidos de los perros imperiales los cuales ya obtuvieron su presea dorada; la Argentina, la misma que enfrento a las políticas de Menen y Fernando de la Rúa, hoy cae abatida en la gran guerra continental librada por los países que han marcado una rebeldía histórica ante el imperialismo. La Argentina que enfrento a Fondo Monetario Internacional, la Argentina como anfitriona del ALCA, esa misma argentina que le propino una certera patada al guerrerista George W. Bush, hoy recibe el hachazo de los que durante más de una década prepararon el terreno mediático y financiero para retomar el ataque contra una hija de la patria grande.
La guerra silenciosa que se libra en América del Sur no tiene comparación Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela y Argentina son los polos de poder opuestos a los dominios del imperialismo, estos países implementan políticas de inclusión social que hacen temblar a los agentes económicos y financieros del poder mundial, y mientras se reivindican los derechos de los más desposeídos en materia de salud, vivienda, educación, tecnología y alimentación los cerebros macabros han implementado durante varias lunas innumerables intentos de desestabilización que van desde sabotajes económicos hasta campañas intercontinentales de la más sucias calañas mediáticas ofrecidas por las grandes corporaciones de medios al servicio de las agencias de inteligencias, que hoy ven como muerden una parte de la manzana progresista, pero que sus garras de alimañas se frotan por obtener todo el árbol. El pírrico triunfo electoral de la derecha económica local y trasnacional en la Argentina rebelde, obliga a los enemigos del pueblo argentino a tener mucho cuidado ya que la rebeldía y la ira de los que ayer enfrentaron a sus fracasados experimentos de destrucción social hoy enfrentaran a Macri si este con su entreguismo opta por aceptar las políticas de sus amos que no es más que el Fondo Monetario Internacional.
Ahora bien el ataque que desde el gobierno de Macri se inicia contra Venezuela y los países progresistas de la región es sin duda alguna una amenaza a la estabilidad geopolítica de América del Sur, este tipo de acciones por parte del recién electo presidente de argentina es la primera muestra de complacencia a sus jefes de la Casa Blanca, los cuales ven como el nuevo títere que gobernara a Argentina se une al combo integrado por Colombia, Perú, Chile y pare de contar los gobiernos entreguistas que tiemblan ante los designios emanados por Washington, que no es más que revivir el gorilismo electorero como nueva estrategia para retomar el poder y aplicar las recetas neoliberales que son anheladas por la oligarquías regionales que han perdido el terreno ante las grandes políticas de integración regional que desplazo de un zarpazo a las falsas banderas de cooperación y desarrollo que oferta el Fondo Monetario Internacional.
La alegría desatada por los grandes medios al servicio de las trasnacionales financieras y las oligarquías regionales al obtener el triunfo el presidente Macri no se pudo esconder este es un elemento clave que se va a utilizar para ayudar intentar reacomodar la derecha en América del Sur, es por esto que se puede asegurar que el triunfo de Macri es una venganza del ALCA, la cual ya tiene exponentes importantes en la región y los mismos comenzaran a jugar cerrado con la Casa Blanca en función de hacer retroceder los avances alcanzados en materia de integración en la región. Por otra parte el elemento del Mercosur, con el cual Macri con arrogancia y prepotencia amenaza a Venezuela es una resaca por la celebración del triunfo electoralista. Las políticas de desarrollos ofrecidas por Macri muestra claramente el entreguismo a los polos de poder, la concentración de la riqueza en unos pocos donde la privatización será el menú principal al que será sometido el pueblo argentino.
América del sur ha perdido la batalla de Argentina pero la guerra por la Patria Grande aun continua, solo la unidad latinoamericana podrá revertir el nuevo posicionamiento geopolítico al que juega el imperialismo y con el cual amenaza a millones que en un unísono grito de rebeldía dijeron no al ALCA.
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