Modesto Emilio Guerrero
López siempre fue un convencido de que con su apellido y alcurnia, el apoyo de los eeuu, el opus dei, la prensa, la secta TFP, la cofradía de la conferencia episcopal, uribe, uno que otro gobierno medio perdido y medio extraviado (benedetti dixit), y el club de madrid le era suficiente para ser absuelto.
López fue el gran violador del proceso. Con su proverbial prepotencia oligáquica ffendío a la juez en todas las sesiones, vituperió a los fiscales y amenazo a sus guardianes.
Solo cuando la defensa le comunicó las dificultades para rebatir a los fiscales tomó conciencia de que el sistema judicial funciona igual para todos los ciudadanos, que el juicio era en serio; alli se declaró en huelga de hambre.
Violó el debido proceso por las veces que se resistió a asistir al juicio hasta que un juzgado lo declaró contumáz.
Ahora no podrá violar de nuevo el debido proceso. Es posible que las víctimas apelen la sentencia, que a juicio de ellos es favorable a López y atentatoria contra sus derechos. Consideran muy leve la pena.
Tanto violó el proceso que la derecha venezolana solo emitío un esmírrido y triste comunicado, mas o menos, a su favor.