López siempre fue un convencido de que con su apellido y alcurnia, el apoyo de los eeuu, el opus dei, la prensa, la secta TFP, la cofradía de la conferencia episcopal, uribe, uno que otro gobierno medio perdido y medio extraviado (benedetti dixit), y el club de madrid le era suficiente para ser absuelto.

López fue el gran violador del proceso. Con su proverbial prepotencia oligáquica ffendío a la juez en todas las sesiones, vituperió a los fiscales y amenazo a sus guardianes.

Solo cuando la defensa le comunicó las dificultades para rebatir a los fiscales tomó conciencia de que el sistema judicial funciona igual para todos los ciudadanos, que el juicio era en serio; alli se declaró en huelga de hambre.

Violó el debido proceso por las veces que se resistió a asistir al juicio hasta que un juzgado lo declaró contumáz.
 

Violó el debido proceso al complotar para que diplomáticos norteamericanos a escondidas tomaran fotografías  e hiciesen filmaciones prohibidas.
 
Violó el debido proceso al pretender acobardar a la juez del caso por tratarse de una mujer, escupiendo en el tribunal toda clase de ofensas a la dignidad de la mujer. Es conocida la conducta misógina de López. Que gran equivocación la de López. La dignidad de la juez se puso de manifiesto. Por menos, en sus amados  EEUU le hubiesen impuesto pena perpetua.
 
Violó el debido proceso porque el y su familia cerraron todas las puertas para que la otra parte, las víctimas y sus familiares fuesen escuchadas por gobiernos e instituciones internacionales.

Ahora no podrá violar de nuevo el debido proceso. Es posible que las víctimas apelen la sentencia, que a juicio de ellos es favorable a López y atentatoria contra sus derechos. Consideran muy leve la pena.
 

Violó el debido proceso al enjuiciar en vìa pública y promover linchamiento contra funcionarios públicos durante el golpe de 2002.
 
Violó el debido proceso al utilizar la fuerza policial de su alcaldía para promover violencia y muerte.
 
Violó el debido proceso que le era obligatorio observar cuando fue amnistiado por su delicuencial, sicótica y reincidente conducta.
 

Tanto violó el proceso que la derecha venezolana solo emitío un esmírrido y triste comunicado, mas o menos, a su favor.