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27 julio 2015 – El aumento del salario mínimo en Argentina ensanchó hasta un 46% la brecha entre los sueldos que perciben los presos que realizan algún trabajo remunerado y el valor de las sumergidas pensiones mínimas, informa este lunes la prensa de ese país.
El salario mínimo se elevará un 28,5% en dos etapas, agosto de este año y enero de 2016, según la resolución adoptada por el Gobierno el 21 de julio.
De esta manera, a partir de enero, los reclusos que trabajan percibirán un salario mensual de 6.060 pesos argentinos, unos 650 dólares de acuerdo al tipo de cambio oficial, mientras la pensión mínima se ubica en 3.821 pesos argentinos, unos 414 dólares.
Para Sergio Massa, precandidato presidencial del opositor Frente Renovador (peronismo de centroderecha), «al Gobierno le interesan más los presos que los jubilados (pasivos)».
«Es un despropósito», agregó, en declaraciones efectuadas este lunes a radio La Red.
Por su parte, el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que los presos que trabajan «a modo de resocialización» constituyen un «universo muy chiquito», y recordó que actualmente «existe una movilidad jubilatoria» por la cual los pasivos perciben «dos aumentos automáticos por año», según informa el periódico La Voz.
El Sistema Penitenciario Federal argentino tiene 10.441 reclusos alojados en 28 prisiones y cuatro complejos penitenciarios en todo el país, señaló este lunes el portal de noticias Infobae.
El aumento alcanzaría al 75% de dicha población.