A propósito del anuncio del Presidente Evo Morales
Rubén Ramos
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia ha decidió expulsar del territorio boliviano a las ONG que conspiren contra el proceso revolucionario que vive su pueblo.
La historia de la acción retardataria, contrarevolucionaria y sediciosa de las ONG, es parte de su misma razón de ser y de su sentido y significado. Si el pueblo supera su nivel de conciencia intuitiva y aprende a pensar su realidad desde una aproximación científica y racional, se convierte en sujeto político y en protagonista de la reversión de sus problemas y de los de la comunidad y sociedad a la que pertenece. Esto condena a las ONG a su desaparición. Que el pueblo se eduque, culturice e informe políticamente hace peligrar la vida de las ONG y el lucro de sus promotores.
Surgidas en Europa y EEUU para alimentar financieramente y armar políticamente a sus subsidiarias de América latina y El Caribe, de África, Asia y Oriente, las ONG matrices y sus subsidiarias han sido muy eficaces para mantener el capitalismo jugando a la «ayuda», pero defendiendo dictaduras y gobiernos autoritarios y anti democráticos o neutralizando la movilización política de los pueblos y clases sociales prostituyendo dirigencias.
Han sido eficaces en contrarrestar, en América del Sur, la influencia de la revolución cubana, acabar con los procesos de movilización política que surgieron durante los gobiernos progresistas de los 70’ en Perú, Bolivia, Chile, Argentina y después en Nicaragua. Articular actualmente, la ofensiva golpista en Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
En África, para neutralizar, hasta acabar, todos los movimientos post-descolonización orientados hacia la liberación económica y la construcción socialista. En Asia, para destruir la vorágine política que siguió al triunfo vietnamita. En Oriente, para la creación de Al-qaeda, del Emirato Islámico (EI o ISIS) y en la lucha contra el Islam.
En Ucrania para fomentar y desarrollar el golpe de Estado y la guerra actual contra los Estados independientes con el financiamiento de las oligarquías de Kiev. En Rusia para desestabilizar a su gobierno; en China para provocar enfrentamientos interétnicos y manipular estudiantes; en la India para atizar el enfrentamiento con Pakistán mientras comparten el narcotráfico con los militares invasores de la alianza sionista; en Grecia para asegurar los intereses de George Soros y de la Troika; en el Sahara occidental, para seguir viviendo de la muerte y de las enfermedades de miles de niños; en España para crear fantoches de «izquierda».
Sin ninguna duda las ONG son, desde la llamada «sociedad civil», los instrumentos que más daño han ocasionado al movimiento obrero y campesino, a los pueblos originarios, a los desplazados por la violencia militar y el terrorismo, a los inmigrantes, a la solidaridad y reciprocidad entre los pueblos, a la integración regional; al folklore, la gastronomía, la música, la danza y otras artes; a la educación, a la justicia, a la equidad de género, al desarrollo, a la paz.
Él único beneficio que han aportado es el enriquecimiento de sus socios fundadores, sus juntas directivas, sus empleados incondicionales que piensan igual que sus jefes: «si los problemas sociales se acaban nos quedamos sin trabajo, sin ingresos, sin lujos, sin vida cómoda y feliz».
Las burocracias de las ONG en el mundo constituyen una «élite» subsidiaria del poder que ejercen, sobre los Estados del mundo, las instituciones financieras (BM, BID), las de cooperación y asistencia (UNESCO, UNICEF, PNUMA, OIT), las de sedición y terror (USAID, NED, IRI, Freedom House), los planes y programas pertenecientes a la ONU, al Departamento de Estado y al Congreso norteamericano.
Igual, las ONG son agencias para la destrucción, el hambre y la ignorancia de instituciones «independientes» como Word Wildlife Fund (WWW), la Fundación Ford, los think tank sionistas norteamericanos (Rand Corporation, Carnegie, Rockefeller), la fundación Bill Gates, George Soros o Monsanto.
También son organismos de la «cooperación» que funge de «comprometida» con el cambio: suiza, sueca, alemana, inglesa, canadiense, australiana, japonesa, surcoreana, israelí.
A toda esta «cooperación» y «ayuda» se deben las alianzas corruptas existentes en nuestros países. So pretexto de la pobreza, la desocupación, el medio ambiente, la ciudadanía, el género, el terrorismo, la violencia, la educación, el analfabetismo, la salud, las ONG han despolitizado la lucha de los pueblos y convertido a sus organizaciones y movimientos en instancias para el oportunismo, el cohecho y la conspiración.