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27 de abril 2015.- Las fuerzas policiales de Estados Unidos reprimieron una protesta celebrada en la ciudad de Baltimore, en el estado de Maryland, para condenar la brutalidad policial que provocó la muerte del afroamericano Freddie Gray.
Según los medios locales, dos personas resultaron heridas y al menos otras 12 fueron detenidas el sábado por las fuerzas del Departamento de Policía de Baltimore cerca del estadio de béisbol Camden Yard.
La protesta tiene lugar un día después de que la Policía de Baltimore reconociera que los agentes cometieron por lo menos dos errores de procedimiento en el arresto de Gray el pasado 12 de abril, en el que éste resultó herido gravemente y murió tras sufrir un grave daño en la columna vertebral.
Los manifestantes marcharon por la ciudad hasta la comisaría de policía en la que arrestaron a Freddie Gray.
En un primer momento la protesta transcurrió en tono pacífico, pero a media tarde algunos manifestantes comenzaron a lanzar objetos contra escaparates, tiendas y golpear coches de policía.
12 detenidos
Al menos 12 personas fueron detenidas, según las autoridades, y los antidisturbios tuvieron que ser desplegados por la ciudad, lo que trajo a la memoria las protestas del verano pasado en Ferguson (Misuri) por el asesinato del joven negro Michael Brown a manos de un agente.
La actuación de la Policía en el ‘caso Brown’ y de otros afroamericanos que estaban desarmados al morir, como Eric Garner (Nueva York) o Walter Scott (Carolina del Sur), ha elevado el escrutinio de la opinión pública sobre el racismo y la brutalidad policial hacia los afroamericanos.
Los manifestantes portaban carteles en los que se pedía “Cerrar la ciudad” y se leía un lema que ha sido adoptado como grito contra el racismo y la brutalidad policial: “Las vidas negras importan”.
La Policía de Baltimore, que está investigando cómo el fallecido pudo resultar herido de muerte durante su detención, ha reconocido que no se ofreció asistencia médica a Gray pese a que él así lo solicitó.
La muerte de Gray se produce en un momento de gran tensión en Estados Unidos entre los distintos cuerpos de Policía local y los miembros de la comunidad afroamericana, después de que durante los últimos meses hayan tenido lugar varios casos de abuso policial con resultados mortales.