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Túnez, 29-03-15. – Miles de personas se manifestaron hoy en Túnez al grito de «otro mundo es inevitable» en el cierre de la XIII edición del Foro Social Mundial (FSM), una gran aldea que durante cuatro días reunió casi todas las causas del planeta.
«Este encuentro es una prueba de que nuestro mundo está mal, que es necesario un cambio social a todos los niveles. El cambio es una necesidad pero también algo que no podrán parar», explicó uno de los organizadores.
A su vera, una nutrida representación de Marruecos caminaba junto a bereberes argelinos ataviados con sus trajes tradicionales, saharauis de amplias sonrisas y tunecinos que gritaban en favor de la libertad y en contra del terrorismo en una efímera estampa de una de las reivindicaciones que llegaban desde más atrás: la de un Magreb unido.
Y es que en el FSM hubo espacio para todas las nacionalidades y para todas las causas, desde la lucha contra el calentamiento global del planeta hasta la reivindicación de controvertidas figuras como la del líder iraquí Sadam Husein.
También se pidió justicia para el pueblo palestino, libertad para los presos políticos arrestados en la mayoría de los países del planeta y sobre todo, un mejor reparto de la riqueza y respeto absoluto a los derechos humanos.
«El gran problema de nuestra sociedad son las empresas transnacionales. Ellas dictan las políticas y son las que esquilman los recursos naturales. Todas las causas aquí reunidas tienen como elemento transversal la falta de ética de las multinacionales y de los mercados financieros», aseguró un activista español.
Tema estrella: la deuda
El foro, que concluye con importantes críticas por la deficiente organización, reunió durante cuatro días a activistas procedentes de más de 130 países con una tema estrella: la deuda que amenaza con hipotecar el futuro de las generaciones venideras en los cinco continentes.
Cuatro jornadas en las que se celebraron más de un millar de conferencias y talleres, cientos de actividades lúdicas, conciertos, transacciones de negocio justo y millares de entrevistas e intercambios de ideas y mensajes, con la idea de que hay otro modelo de gestión.
Y que ha servido a Túnez para recuperar su confianza y pasar con nota el examen de seguridad tras el grave atentado con rehenes que el pasado 18 de marzo causó la muerte de 22 personas, 21 de ellas turistas extranjeros, en el Museo de El Bardo.
El foro comenzó precisamente con una marcha en contra del terrorismo yihadista en general y contra ese ataque en particular, obra presuntamente de grupo radical local «Ansar al Sharia», ideológicamente vinculado a la red terrorista internacional Al Qaida, aunque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
Los organizadores han solicitado a todos aquellos participantes que sigan en el país que se sumen igualmente a la gran manifestación internacional contra esta lacra mundial, convocada por el Gobierno tunecino, a la que acudirán líderes europeos y árabes.