«Los sondeos de opinión muestran que la mayoría de los estadounidenses, alrededor del 71 por ciento, cree que deberíamos normalizar las relaciones y levantar por completo el embargo», dijo Smith un funcionario destinado en La habana durante la Revolución de 1959.
En una entrevista al diario Página 12, el ex diplomático de 76 años aseguró que «hay muchísimo apoyo para que se levante el embargo a Cuba, pero no hay que equivocarse, ese apoyo no se reflejará en multitudes en las calles protestando y manifestándose a favor de ese país», anticipó.
Smith, quien trabajó con John F. Kennedy como uno de sus asesores para la región y más tarde Jimmy Carter lo nombró número uno de la nueva Oficina de Asuntos Estadounidenses en La Habana, recordó que «Cuba no puso restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses ni bloqueó el comercio con los Estados Unidos», dijo al referirse a las recientes resoluciones de la administración de Barack Obama con respecto a Cuba.
«Si conozco un poco a los cubanos, sé que no aceptarán condiciones por tan poco; nunca lo hicieron por nadie y menos lo harán por Washington», completó el ex funcionario.
Smith advirtió que «hasta ahora no vimos un cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba» y el Departamento de Estado «sigue sin hablar con la Oficina de Intereses Cubanos en Washington y la Oficina norteamericana en La Habana tampoco tiene un relación formal con la Cancillería cubana».
«La política de Estados Unidos hacia la isla es la misma y más allá de lo que digan en Washington la pelota sigue estando del lado estadounidense», refirió.
Smith contó que el presidente estadounidense Barack Obama «prometió muchos cambios en la campaña electoral, pero tengo la sensación de que no los veremos», pero sin embargo «no hay que olvidar que la oposición al bloqueo es cada vez más fuerte en el país».
En ese sentido informó que «los sondeos de opinión muestran que la mayoría de los estadounidenses, alrededor del 71 por ciento, cree que deberíamos normalizar las relaciones y levantar por completo el embargo».
El ex diplomático señaló finalmente que «los cambios desde Estados Unidos puede empujar a Cuba un poco del sistema socialista puro, pero tampoco tiene eso ahora», y remarcó que «más allá de los ajustes que deben darse creo que el gobierno cubano está razonablemente preparado para controlar los cambios».