Marcos Sierra González

 

 

El gobierno argentino está padeciendo un golpe suave o blando, que más bien es continuado desde hace bastante tiempo. Nosotros lo estamos soportando aquí en Venezuela desde el mismo momento en que el Comadante Eterno, Hugo Chávez, llegó a Miraflores. Por ello es conveniente repasar e ilustrar al gobierno argentino sobre las etapas de esta operación realizada contra el gobierno y que tiene en el «Caso Nisman» un nuevo acontecimiento de esta guerra:

Blando o Suave o Invasión silenciosa (término que describe más la esencia de la iniciativa golpista): identificar a los gobernantes como “dictadores” y a los opositores como “demócratas”. Desde allí se elabora un discurso que repite una y otra vez el apelativo para instalarlo en el inconsciente colectivo.

La idea no es antojadiza. El sociólogo estadounidense Gene Sharp, creador de la fundación Albert Einstein Intitute (AIE), trabaja en colaboración directa con la Central de Inteligencia Americana (CIA) a través del coronel Robert Helvey (a quien él mismo agradece en la presentación de sus escritos y quien ha hecho sus propios aportes «Sobre el conflicto no violento estratégico» que puede verse en http://www.aeinstein.org/organizations/org/OSNC_Spanish.pdf  ). Allí Sharp editó gran cantidad de textos que pueden leerse en http://www.aeinstein.org/ aunque el más significativo de todos es “De la Dictadura a la Democracia» tal como se puede ver en http://www.aeinstein.org/organizations/org/DelaDict.pdf , donde describe paso a paso las acciones que pueden desarrollarse para derrocar a un gobierno “dictatorial” como llaman  los medios afines a los gobiernos democráticos mayoritarios de América Latina.

De acuerdo a Sharp, la estrategia del “Golpe blando o Golpe suave” puede desarrollarse en cinco etapas jerarquizadas o simultáneamente.

Primera etapa: Ablandamiento (empleando la guerra de IV generación).

Desarrollo de matrices de opinión centradas en déficit reales o potenciales.
Cabalgamiento de los conflictos y promoción del descontento. Promoción de factores de malestar, entre los que destacan: desabastecimiento, criminalidad, manipulación del dólar, paro patronal (lockout) y otros. Denuncias de corrupción, promoción de intrigas sectarias y fractura de la unidad

Segunda etapa: deslegitimación. Manipulación de los prejuicios anti-comunistas (anti-populistas). Impulso de campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa, derechos humanos y libertades públicas. Acusaciones de totalitarismo y pensamiento único. Fractura ético-política.

Tercera etapa: Calentamiento de calle. Cabalgamiento de los conflictos y fomento de la movilización de calle. Elaboración de una plataforma de lucha que globalicen las demandas políticas y sociales. Generalización de todo tipo de protestas, exponenciando fallas y errores gubernamentales. Organización de manifestaciones, trancas y tomas de instituciones públicas (no respeto a las instituciones) que radicalicen la confrontación.

Cuarta etapa: Combinación de diversas formas de lucha. Organización de marchas y tomas de instituciones emblemáticas, con el objeto de coparlas y convertirlas en plataforma publicitaria. Desarrollo de operaciones de guerra psicológica y acciones armadas para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad. Impulso de campaña de rumores entre fuerzas militares y tratar de desmoralizar los organismos de seguridad

Quinta etapa: Fractura institucional. Sobre la base de las acciones callejeras, tomas de instituciones y pronunciamiento militares, Se obliga la renuncia del presidente. En casos de fracasos, se mantiene la presión de calle y se migra hacia la resistencia armada. Preparación del terreno para una intervención militar del imperio o el desarrollo de una guerra civil prolongada. Promoción del aislamiento internacional y el cerco económico.