Nicolás Álvarez Guevara

 

La muerte bajo «circunstancias sospechosas» del fiscal Natalio Alberto Nisman el 18 de enero pasado conmocionaron las estructuras del Estado Argentino y están haciendo zozobrar la atmósfera política nacional y al gobierno de Cristina Fernández, principal perjudicada política del crimen de Estado.

Aunque estos hechos que sacuden la realidad nacional y mantienen en vilo a los ciudadanos argentinos, no son nuevos para la atribulada vida de los habitantes de un país que atravesó una dictadura militar sangrienta que a partir de 1983 mantiene estructuras de inteligencia nacionales e internacionales operan dentro de las entrañas de poder politico formal y que constituyen la esencia de las acciones mafiosas desarrolladas en los últimos 32 años de democracia burguesa representativa.

Como parte de esta mafia, los medios de comunicación privados nacionales y extranjeros controlados por el sionismo son los voceros de las corporaciones del poder real que utilizan a estos servicios mafiosos como guardia pretoriana y herramienta de extorsión y chantaje político para saquear las riquezas del país y fugarlas a sus casas matrices, bancos y paraísos fiscales.

El asesinato selectivo del fiscal Nisman nos muestra la penetración de los servicios de inteligencia dentro del Ministerio Público, las fuerzas de seguridad, las fuerzas armadas y el resto de los organismos de Estado denotan el control mafioso del Club Bilderberg sobre la Argentina, quien según fuentes irrefutables pretenden separar del gobierno a la presidenta Cristina Kirchner para colocar un gobierno propio con alguno de los tres candidatos que responden a las órdenes de esta corporación mafiosa global: Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli.

Instituciones del Estado que manejan información sensible han sido infiltradas por los servicios de inteligencia y controlan buena parte del gobierno para favorecer a las corporaciones transnacionales. Aduanas, bancos nacionales, ministerio de comercio, agencia fiscal, ministerio de industria, oficina de marcas y patentes, ministerio de desarrollo social, propiedad intelectual, medios de comunicación estatales, han sido víctimas de este mecanismo de control de la información para preparar a pocos meses de las elecciones presidenciales un zarpazo brutal que asesino nada más y nada menos que al funcionario que denunció a la presidenta como encubridora de los supuestos responsables de la voladura de la AMIA, con 85 muertos.

Argentina, un país de estructuras mafiosas avanza en un camino tortuoso en que la población deberá distinguir donde están los verdaderos enemigos del pueblo para evitar la emboscada tebdida por las oscuras fuerzas del capitalismo mundial que pretende apoderarse de los recursos materiales y controlar a los humanos en una formidable operación de inteligencia de  alcance regional que apunta a debilitar al resto de los gobiernos progresistas de la región que ya han sido afectados por los mismos factores mafiosos en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil , controlan México, Centroamérica, Chile, Colombia, Peru y Paraguay.