Pedro Echeverría
1.En Cuba, a pesar de la buena voluntad de Fidel, Raúl Castro y sus camaradas socialistas, nunca pudo construirse el socialismo como etapa transitoria hacia la sociedad igualitaria. Marx, luego Trotsky, fueron claros al decir que las revoluciones tenían que ser «ininterrumpidas» o «permanentes»; fue Stalin quien aseveró que Rusia con sus «mujiks» podría por sí sola. Esa polémica después de la derrota de la revolución alemana y de la muerte de Lenin en 1924, fue fundamental en el rumbo que tomó la estrategia y la táctica de Moscú y de partidos comunistas creados en el mundo. La estrategia del stalinismo y la Internacional desde entonces no buscó ayudar a hacer otras revoluciones y ser radical, sino acordar con las burguesías nacionales.
2. Los seguidores de Marx son internacionalistas, es decir, no son nacionalistas o «chovinistas». Luchan en el lugar donde estén junto a los explotados y oprimidos de cualquier centro de trabajo; no reconocen fronteras, himnos o banderas porque para ellos deben estar «uníos» los trabajadores de todo el mundo. Por el contrario, los seguidores del stalinismo bautizaron a sus organizaciones como nacionales, independientes y con «no intervención», como si pudieran hacer «la revolución en un solo país». ¿Puede ignorarse acaso que la sociedad capitalista –un poco como la feudal- es internacional (–hoy le llaman «globalizada») que cuando «pierde» un país interviene inmediatamente con bloqueos, aviones y bombardeos para recuperarlo?
3. La historia demuestra de Fidel Castro sólo era nacionalista, no era comunista y los «comunistas» de partido en Cuba ocupaban cargos en el régimen del dictador Batista. Fidel acudió en 1959 al gobierno de EEUU de Eisenhower a pedir ayuda económica, apoyo y solidaridad; no se lo dieron porque había comenzado a hacer reformas y expropiaciones a multimillonarios yanquis. Esa negativa lo llevó a la URSS donde si le dieron y ofrecieron toda la ayuda que necesitaba. Así se convirtió Castro en simpatizante y apoyador del socialismo. Ya con Kennedy en el gobierno los yanquis prepararon la invasión de Cuba en 1962 mediante bombardeos aéreos, militares con apoyo delos refugiados cubanos (conocidos como gusanos). ¡Cuba triunfó!
4. ¿Puede soslayarse o negarse acaso, que los gobiernos de EEUU han buscado derrocar a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay, Argentina y hasta de Brasil? Aquí en México se dice en una canción que «Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata», aquí sólo es un dicho popular; pero no para el gobierno yanqui, cada país que deja de someterse representa para EEUU una enorme pérdida económica y política. Fue Cuba desde 1959 y Venezuela cuarenta años después, las vanguardia de las luchas antimperialistas. ¿Cómo podría aceptar el imperio de los EEUU que los países lo traten de tú cuando desde 1945, después de arrojar las bombas atómicas, ha exigido al mundo que lo traten como amo?
5. El imperio hoy ha adoptado otra estrategia hacia Cuba: a) aparecer como bondadoso para que el mundo no lo mire como asesino; b) ayudar con algunos dólares por reparaciones; c) promover entrada libre de turistas y visitantes; d) Poner las bases para la recuperación total del capitalismo salvaje en la isla. El gobierno cubano, por el contrario, lucha con todas sus fuerzas por mantener su independencia. ¿Puede alguien decir que ganará la sociedad igualitaria aunque pobre o será el brillo del dinero y las comodidades burguesas las triunfantes? Obvio, no es un asunto de adivinanzas o de buenos deseos, sino de realidad. El sometimiento de Cuba y Venezuela es tarea yanqui desde que formaron parte del llamado «Eje del mal», junto a otros países.
6. Anoche vi una entrevista al intelectual y escritor Vargas Llosa hecho por el proyanqui Openheimer. La vi completa porque estaba en el momento de descanso. Es un escritor con «premio nobel», pero como intelectual político es un cerdo porque su anticomunismo es muy elemental, medio repetitivo e imbécil. Sin embargo Vargas –a pesar que joven fue admirador de la revolución cubana- desde los años sesenta comenzó a ser jefe de campaña contra la represión, el estatismo y el socialismo que se proponía. Tras Vargas –que pronto se convirtió en un efectico y activista del imperio- se arrastraron muchos «intelectuales». Por más estatismo y burocracia en Cuba, ¿Puede alguien honesto venderse al imperio yanqui, asesino del mundo?
7. Si en Venezuela es derrocado Maduro, el gobierno que suba será un gusano de los yanquis y de la ultraderecha de aquel país; espero que el pueblo se dé cuenta de que pierde la posibilidad de construir poco a poco un gobierno menos explotador y opresor. Se instalaría la tiranía de un gobierno asesino porque la llamada «libertad y democracia» serviría para engañar más al pueblo. En Cuba sería otra cosa porque la mayoría de la población de más de cuarenta años defendería con dignidad lo poco igualitario logrado. ¿Qué quedaría de las luchas antimperialistas de América Latina y de las de todo el mundo frente a los yanquis recién renovados? Deseo que esta marcha yanqui hacia la reconquista sea sólo una visión pesimista.