Agencias

 

22-12-14.-El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, afirmó este domingo en Barcelona, en su primer acto electoral en Cataluña y desde que el pasado noviembre fue elegido líder del partido, que no quiere que Cataluña se independice.
 

«¿Quiero yo que Cataluña se vaya? No, pero sé que la casta española ha insultado a los catalanes», expresó Iglesias en un mitin que abarrotó el Centro Municipal de Deportes del Vall d’Hebron de Barcelona -3.000 personas- y que dejó sin poder entrar a otras 2.500 por falta de aforo.

Ante el proceso independentista que CiU, ERC, la CUP y parte de ICV abanderan en Cataluña, el líder de Podemos defendió el «derecho a decidir», pero «sobre todo», matizó. Así, reiteró su apuesta por el impulso de un proceso constituyente en España «para discutir con todos de todo». Con todo, señaló que su partido respetaría la decisión de los catalanes acerca de su futuro político. Sin embargo, advirtió que él «jamás se abrazará con Mariano Rajoy o Artur Mas», en una velada alusión al efusivo abrazo que el líder de las CUP, David Fernández, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, protagonizaron el día de la consulta secesionista del pasado 9 de noviembre.

Ante un auditorio entusiasta, en el que se pudo ver a ilustres de la política catalana como el expresidente y ex del PSC Pasqual Maragall, Iglesias ha afirmado que no ha venido a la capital catalana «a prometer nada a nadie, a cambio de votos ni favores», porque no «se fía» de los políticos que lo hacen.

El mitin en Barcelona supone la entrada de Podemos en la precampaña electoral. El evento, que llevó por lemas «2015 Empieza El Cambio» y «Su Odio Nuestra Sonrisa», sirve para dar difusión a la denominada ‘Marcha del Cambio’, una movilización que Podemos ha convocado el próximo 31 de enero en Madrid a modo de demostración de fuerza.

La primera vista de Iglesias a Cataluña llega tras unos resultados de sondeos -del CIS y del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO)- que les auguran unos grandes resultados. El CIS le sitúa como rival del PP para conseguir la presidencia de España, mientras que el CEO le da vencedor en las generales en Cataluña -en votos, no en escaños-, y pronostica una entrada triunfante en el Parlamento catalán, donde se estrenaría como quinta fuerza, con 10-11 escaños.