1. Preguntan en México: ¿Cómo medio millón de multimillonarios banqueros, gobernantes, industriales, grandes comerciantes, dueños de medios de información, pueden someter a 120 millones de trabajadores del campo y la ciudad y sus familias? Parecida pregunta ya se la hacían miles de pensadores como De la Boitié, Schopenhauer, Nietzsche y muchos más desde hace siglos. Casi todos han llegado a la conclusión de que se debe a que esos millonarios siempre han sido protegidos por grandes poderes armados encabezados por las fuerzas del Estado; pero también a que las multitudes han sido víctimas de las enseñanzas ideológicas como las costumbres y el miedo. O quizá porque los ricos están estrechamente organizados y nosotros no.
2. Obvio, no es tan sencillo. En México hay por lo menos medio millón de militares yanquis de la CIA, FBI, DEA, “infiltrados” en todos las instituciones, particularmente entre las llamadas fuerzas de seguridad y medios de información. La embajada yanqui facilita la comunicación directa –en todo momento- entre los gobiernos de México y de los EEUU; además, según información recién del analista Snowden, todos los teléfonos celulares o móviles en México, están controlados; pero si lo usas para el chisme no te preocupes. Para imponer más miedo entre la población el gobierno está organizando un mando único en el país sobre todo hoy que paga muy bien a millones de militares del ejército, la armada, policía federal, estatales, judicial y “orejas”.
3. Con el anuncio del asesinato de uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa he podido recordar el papel tan importante de los jóvenes de las Normales Rurales. ¿Puede olvidarse que fueron alrededor de 50 las escuelas-internado, luego más de 30 y a partir de 1969 sólo 17? Aunque surgieron en los años veinte, sólo recibieron un gran impulso e ideología en los años del gobierno cardenista en los treinta. A partir del fin de la segunda guerra, de la política de urbanización instrumentada por el gobierno de Miguel Alemán en los cincuenta, del abandono de las inversiones en el campo para impulsar la industrialización, las escuelas normales rurales comenzaron a derrumbarse de las políticas gubernamentales.
4. Todavía en 1969, cuando el gobierno de Díaz Ordaz –el que ordenó en 1968 el asesinato de estudiantes de Tlatelolco, ciudad de México- instrumentó el cierre de más de 16 normales rurales contábamos con las normales de Aguilera, Dgo., Ayotzinapa, Gro., El Mexe, Hgo., El Quinto, Son., Hecelchakán, Camp., Jalisquillo, Nay., La Huerta, Mich., Mactumactzá, Chia., Perote, Ver., Reyes Mantecón, Oax., Roque, Gto., Salaices, Chih., San Diego, Yuc., San Marcos, Zac., Santa Teresa, Coah., Tanatán, Tams., Tenería, Mex., Xocoyocan, Tlax., Zaragoza, Pue., Champusco, Pue.. Para mujeres: Atequiza, Jal., Cañada Honda, Ags., Galeana, NL., Palmira, Mor., Panotla, Tlax., Flores Magón, Chih., Tamazulapan, Oax., Teteles, Pue., y Tiripetío, Mich.
5. A partir de entonces se ha sufrido desapariciones, cambios y conversiones en las Normales Rurales, sobre todo se ha recortado la matrícula y el presupuesto del gobierno; pero las batallas de los estudiantes para evitar el cierre, luchando contra la disminución del presupuesto, por asegurar obtener plaza de maestro al terminar, ha seguido adelante. Los padres de familia, los luchadores sociales de todo el país han prometido que no descansarán en sus luchas hasta que la sociedad conozca a los verdaderos culpables de los asesinatos. Mientras tanto los partidos y políticos asesinos y cómplices se preparan a seleccionar candidatos y a entrar en campaña política de votos. ¿Saldrá a votar la gente sabiendo ya con certeza quiénes son sus inmoladores?
6. Los adultos luchan, pero por aquello de la edad y el acomodo, cada vez son menos porque parecen cansarse y disminuir su conciencia; el gobierno lo sabe y por ello enfoca la vigilancia y represión contra los jóvenes, en particular contra los estudiantes que tienen más posibilidad de agruparse y adquirir conciencia Es la explicación del hecho que se asesinen, desaparezcan, se encarcelan a tantos jóvenes que se manifiestan en las calles a protestar contra la situación de desastre que vive México. Espero que los recientes meses de movilización estén sirviendo a los adultos y millones de jóvenes a despertar, acabar con el adormecimiento que hemos sufrido durante siglos. ¡Que los asesinatos y muertes producidas por el sistema de opresión sirvan para acabar con nuestro letargo!
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