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Ambos ex mandatarios crearon la Fundación Clinton-Bush, con el objetivo de recaudar ayuda para el país caribeño, cuya capital y ciudades cercanas fueron azotadas por un devastador terremoto el 12 de enero pasado.
El referido sismo dejó más de 220 mil muertos, 300 mil heridos y más de un millón de damnificados, buena parte de los cuales aún carecen de tiendas de campaña donde guarecerse.
Clinton, que visita el país por segunda ocasión tras el sismo, y Bush se reunirán con miembros del gobierno haitiano y con personal que suministra asistencia a los damnificados, con el objetivo de garantizar la reconstrucción de la nación, a largo plazo.
Pierre Jaraque, uno de los cientos de haitianos que manejan un tap tap -los pintorescos medios de transporte- en esta capital cree que «George Bush intenta limpiar su imagen, luego de muchos años en los cuales quiso pisotear a los haitianos».
«Agradezco a todo el que intente ayudar a mi país, pero hay veces que tengo que recelar, porque si nunca tuviste buena voluntad, cómo la vas a tener ahora, cuando es menos lo que puedes hacer», comenta Jaraque.
En un país donde hay acantonados más de 13 mil soldados estadounidenses, Virgine Cicé, quien daba clases de aritmética en una de las escuelas destruidas por el terremoto, considera que el otrora mandatario «no es bienvenido en Haití».
«Él, Bush, conspiró contra los haitianos e hizo todo lo posible por sacar al (ex) presidente (Jean Bertrand) Aristide del poder. Le agradezco la ayuda, pero seguro que viene rodeado de muchos guardaespaldas, porque tiene temor», recordó Cicé, quien busca ahora un empleo.
La Fundación Clinton-Bush se creó por iniciativa del inquilino actual de la Casa Blanca, Barak Obama, quien envió a Haití 23 mil soldados a los pocos días del terremoto, buena parte de los cuales se preparan para perpetuarse en los alrededores de esta capital.
Mientras, miles de haitianos buscan todavía un lugar donde guarecerse durante la cercana temporada de lluvias o la de huracanes -que arranca en 1 de junio- y muchos más buscan empleo en una capital donde cientos de miles de edificaciones fueron destruidas.