Resolución Política de la Dirección Nacional del Partido Patria Libre (PPL)
Después de una campaña millonaria, basada en la mentira y bancada por los monopolios que parasitan a la economía, con destaque para el cártel de contratistas que junto con ilustres líderes del PT tejieron la inmensa tela de corrupción que robó miles de millones de la Petrobrás, Dilma venció la 2ª vuelta de las elecciones presidenciales. Pero obtuvo apenas 38% de los votos del electorado nacional. La amplia mayoría del pueblo brasileño, 62%, expresó su desaprobación negándole el voto.
Las primeras medidas anunciadas después del resultado indicaron la disposición del gobierno de subir un nuevo escalón en la trayectoria sin vuelta de la traición nacional: aumento de los intereses; privatización e desnacionalización de los aeropuertos de Recife y Curitiba; nombramiento del notorio Joaquim Levy para comandar el «nuevo ciclo de disciplina fiscal» (o sea, los cortes en las ya raquíticas inversiones públicas); flexibilización de la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT) para aceptar la reducción de la jornada de trabajo con reducción de hasta 30% de los salarios; aislamiento del Brasil en la ONU apoyando tacañas provocaciones de los EUA contra Corea del Norte; compra de votos de diputados y senadores, con R$ 444 millones en enmiendas presupuestarias, para poder maquillar el «superávit primario» de 2014 y librarse del proceso contra el no cumplimiento de la meta…
De espaldas para el Brasil, dirigiendo un gobierno minoritario y corrupto hasta la médula, la presidente no se importa de cosechar en los próximos años un resultado más desastroso que el del primer mandato, en términos de retroceso económico, deterioración de los servicios públicos y de las condiciones sociales de la amplia mayoría de la población.
El Partido Patria Libre reafirma la corrección del apoyo dado a Eduardo y Marina, en la 1ª vuelta de las elecciones presidenciales, así como de la posición llevada a la 2ª. vuelta, expresada en la palabra de orden: «Ni Dilma, Ni Aécio!».
Mantuvimos la coherencia al negar apoyo tanto a los nuevos cuanto a los viejos acólitos del proyecto neoliberal, que se pelean entre sí por el puesto de representante mayor de los intereses imperialistas que sofocan al Brasil.
Crecimos en fuerza política y autoridad moral para convocar a las fuerzas vivas de la Nación a un combate sin treguas contra las medidas antinacionales y antipopulares que empobrecen el país transfiriendo sus riquezas para las matrices de las multinacionales situadas muy lejos de aquí.
Nuestro pueblo está próximo de conquistar los cambios que no vinieron por el voto, pero vendrán con la lucha. Porque el pueblo observa y aprende en quien puede y en quien no puede confiar.
Los próximos meses serán testigos de una gran verdad de la política, sintetizada por Lincoln.
Se puede engañar a muchos por algún tiempo; se puede engañar algunos por todo el tiempo; pero no se puede engañar a muchos por todo el tiempo.
São Paulo, 30 de noviembre de 2014.
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