El dólar como moneda internacional es quizás la consecuencia mas importante de la segunda Guerra Mundial y muy poca gente está consiente de eso. En 1944, casi simultáneamente a la invasión a Normandía, operación militar para la definitiva derrota de la Alemania Nazi, hubo una conferencia entre 44 países en el Hotel Mount Washington, en Bretton Woods, estado de New Hampshire. En aquella reunión se decidió lo que hoy es el Fondo Monetario Internacional.

Cualquiera, incluso un patriota estadounidense, al leer la historia de aquella conferencia siente indignación. Fue un acuerdo que muy pocos firmaron en el marco de un desequilibrio abismal, Norteamérica en plena producción industrial, Europa y Asia en ruinas. Fue un acuerdo que tuvo por sellos húmedos, un año después, la detonación de las bombas Little Boy sobre Hiroshima y Fat Man sobre Nagasaki.

El comisionado de los EEUU de nombre Harry Dexter White liquidó la filantrópica propuesta del muy famoso economista británico John Maynard Keynes con solo dos preguntas pragmáticas ¿para que una nueva moneda si tenemos al dólar? Y ¿para que un Banco Central internacional si existe la reserva federal? …Fue algo así como reconocer que la serie Mundial del Béisbol de las Grandes Ligas es de verdad mundial.

La indignación de lo ocurrido en aquella reunión quizás alcanzó al mismo Mr. Dexter. ¿Arrepentimiento?¿traición?… No se sabe, lo cierto es que el mismísimo Dexter White, padre del dólar como moneda de reserva mundial, fue acusado de pasar información secreta a los rusos en 1948 y a solo tres días de ser muy duramente interpelado por el Comité de Actividades Antiestadounidenses muere de un infarto, solo y en su casa.

En Bretton Wood se acordó un sistema monetario internacional fundamentado en el dólar, un patrón dólar/Oro en 35,00 dólares/onza, y con este patrón los demás países podrían establecer un el precio de sus monedas en función de la cantidad de oro almacenado. Una cuenta muy sencilla, por ejemplo 350 Bs/onza entre 35 $/onza igual 10 Bs/$. Los EEUU, como primera potencia mundial, asumió el compromiso de mantener una inflación cero (o menor al 1%) para sostener el «patrón monetario», es decir dinero convertible al metal oro.

Se suponía entonces que el oro almacenado por cada país no se tocaría, sino hasta después de revisar lo que se denominó la balanza de pagos, resta entre lo que un país exportó menos lo que importó en un año. Si la diferencia era positiva, se revalorizaría la moneda local o se ahorraría y si era negativa, la diferencia se compensaría con 1) fondos de inversión extranjera (la famosa confianza del que tanto se habló y que nunca existió) 2) la disminución de las reservas del banco central (bajada de la mula con los dólares/oro almacenados) 3) la obtención de préstamos de otros países y 4) prestamos del FMI pagaderos a 5 años, con las condiciones intervensionistas que el FMI señale.

Todo iba más o menos bien, y hasta los rusos aceptaban el asunto, hasta que todo se descubrió el 1970. Los EEUU habían emitido mas dólares que lo que tenían en oro, así que los franceses y los alemanes exigieron su oro a cambio y, Richard Nixon en 1971 devaluó e implemento un control de cambio interno. El dólar ya no representaría el valor del oro sino que se convertía en si mismo en un patrón fiduciario cuyo respaldado es la palabra del gobierno de los EEUU (algo así como «prometo que te pagará algún dia»). El garante de la economía mundial estaba en déficit comercial por primera vez en el siglo XX.

Al devaluar al dólar y restringir la entrada de productos extranjeros con impuestos aduaneros, «leyes ecologistas» y «normas internacionales de calidad» Richard Nixon primero y todos los demás presidentes después, incentivaron sus exportaciones y contrajeron las importaciones, cosa que cualquier país soberano esta en su derecho a hacer, pero con la gran diferencia de que mantuvieron la condición de ente emisor de la moneda de intercambio internacional y por lo tanto su capacidad de compra es ilimitada. Veámoslo así: Si alguien pretende vender petróleo a EEUU y este no tiene dólares disponibles pues los imprime (los crea de la nada) y compra, pero si el primero necesita comprar tecnología, herramientas o alimentos no puede usar su moneda local y debe ceder petróleo, cereales, acero, aluminio, maderas etc… algo que si valga lo que pesa, a cambio de los mismos dólares, para entonces poder comprar… Esta es la razón por la cual está pendiente, para el mundo entero, un nuevo acuerdo monetario que se fundamente en lo tangible.

Europa, a excepción de Inglaterra, opto por crear el Euro, y con ello se ha liberado, en parte, de la hegemonía del dólar pues persiste aun la necesidad del comercio con el resto del mundo, que todavía piensa en dólares y los mantiene como principal moneda de reserva. La razón…difícil de explicar sin que la opinión subjetiva aflore. Solo voy a recordar a dos personajes: Sadam Hussein y Muamard Gaddafi. Ambos trataron de imponer la era del petro-euro, es decir vender petróleo a cambio de euros y no de dólares…hoy son finados.

Uno supone que la gente sabe y comprende que el valor del dinero jamás será más importante que el valor de las cosas. Pero ni las fabulas de la jaula de oro o la búsqueda de la piedra filosofal, el mito del Rey Midas o la comparación con la última Pepsicola del desierto son procesadas a la hora de comprar un dólar sin importar cuanto es su valor real. Parece que para muchos el dólar vale mas que el alimento, y no se dan cuenta que viven para él y no para si. Tal actitud solo conduce a agravar el problema.

Naciones como Japón, Alemania, Rusia, China, Vietnam y muchas más, fueron varias veces desvastadas por terribles guerras, no solo en el siglo XX sino desde sus orígenes republicanos o monárquicos. Varias veces sus riquezas fueron saqueadas y debieron fundir las monedas para esconderlas como lingotes, y hacer fogatas de billetes para soportar por ratos los más duros inviernos. ¿Por qué reverdecieron una y otra vez?…Muchas son las respuestas y muchos los puntos de vista, pero el fundamento común a las recuperaciones casi inmediatas se reducen a tres elementos: el conocimiento para crear y avanzar, el trabajo para garantizar el bienestar general y el patriotismo como la conciencia unificadora del pueblo para de preservar una propiedad planetaria que si respalda a una moneda, el territorio del país. Cada quien que evalúe de cual de las tres adolece.

 

El autor es: Profesor UNEXPO Antonio Jose de Sucre, Puerto Ordaz.

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