La centroderecha sufrió una de sus peores derrotas en años en la primera vuelta de la votación, en la que el partido UMP de Sarzoky obtuvo apenas el 26 por ciento, mientras que los socialistas lograron un 29 por ciento y los otros partidos de izquierda combinados alrededor del 50 por ciento.
El gran nivel de abstención –más de la mitad de los votantes no concurrieron a las urnas– y un aumento en el apoyo a la extrema derecha, que ganó casi un 12 por ciento, enfatizaron el sombrío mensaje para el Gobierno antes de la vuelta final de hoy.
El mandatario ya prometió una pausa en las reformas para el 2011 y una abrumadora caída en las últimas elecciones antes del 2012 podría hacerlo más cauto a la hora de implementar recortes en grandes proyectos planeados para este año.
El poderoso sindicato CGT convocó protestas para el martes en reclamo de mejores sueldos y pensiones. Otros grupos, como los granjeros, también podrían ver la derrota de la centroderecha como una oportunidad de presionar al Gobierno. Pero los comicios serán también como un barómetro de la opinión pública y los socialistas, que ganaron en 20 de las 22 regiones en la última elección en 2004, esperan mejorar ese resultado.
Además, el Gobierno se enfrenta también críticas sobre el liderazgo desde el mismo UMP, donde reconocidas figuras partidarias como el ex primer ministro Alain Juppe han pedido un cambio. Anteriormente este mes, Sarkozy rechazó las sugerencias de un gran recambio en el gabinete pero la semana pasada se especulaba que al menos algunos de sus ministros podrían perder el cargo tras la elección.