Luis Alexander Pino Araque
Tanto el rey de la panharina y aspirante a Virrey de Venezuela, como el resto de la burguesía parasitaria nucleada en Fedecámaras-Venamcham, están bastante satisfechos y sienten que van por buen camino, para «la salida» del Presidente obrero, Nicolás Maduro, sinque la tensión baja les suba de ochenta, ni la alta de ciento veinte (80/120mmHg), con un índice cardíaco de atleta, de cuarenta (40) latidos por minuto, porque la muy banalizada «guerra económica» ha logrado sus objetivos y se ha impuesto el desabastecimiento programado, la ralentización, el sobreprecio y especulación, la inflación (no inducida, sino bien delineada), con graves consecuencias directas sobre la población y sin que sus autores pierdan un centavo, sino que hayan ganado, por partida doble: económica y políticamente.
Del lado del gobierno, ha habido un gran esfuerzo, con acciones puntuales, jornadas de supervisión, lucha contra el contrabando, leyes que cerquen al sector parasitario empresarial antes mencionado y aunque con avances y enfrentamiento de este boicot económico programado, no significa triunfo alguno, ni para el gobierno revolucionario, ni para el Pueblo, toda vez que en la opinión pública, la irritación se ha convertido en un virus, más dañino que el «Chikungunya», porque en estos días que nos acercan a la navidad, la agudización de esta guerra, la sienten en carne viva, todos los ciudadanos de a pie, el ciudadano común, que no consigue jabón de baño, desodorante, detergente en polvo, café, leche, pañales, entre otros cientos de rubros que ya no están en los anaqueles.
A esta tragedia para comprar, se suma el grosero sobreprecio y especulación, que el gobierno no ha podido atajar, en detrimento de los trabajadores, quienes, vale repetir, están más que irritados, arrechos. Basta con acercarse a los centros comerciales o «malls», a las grandes tiendas y cadenas, a las cadenas de farmacias y chucherías, ferreterías, pinturerías, entre otras, para que veamos que en todos hay sobreprecio, al día de hoy.
Ahora bien, sería fácil echarle la culpa al Superintendente Andrés Eloy Méndez, porque él solo no atajó esta guerra económica, botarlo por «inútil» y poner a otro. Sería como botar el mueble en donde preñaron a la quinceañera. Esto es como escupir para arriba, con la seguridad de recibir el escupitajo.
La otra, es consolarnos en acusar a los delincuentes que nos tienen ahorcados en esta guerra económica, quienes, gracias a la impunidad, se están defecando en todo el Pueblo venezolano, con bastante sadismo, incluso, apoyados en, absolutamente, todos los medios televisivos privados, especialmente, en los nacionales, como Televén, Venevisión y Globovisión, desde donde la guerra económica es reforzada en favor del golpismo del cual los dueños de los medios son cómplices y ciertos conciudadanos juegan al ingenuo, les hacen concesiones y hasta felicitan su supuesta imparcialidad.
Otros más optimistas, pero también cándidos, dan consuelo al Pueblo, a sabiendas de que no se han tomado las medidas que conjuren y liquiden esta guerra económica, en la que duele reconocer, repetir y aceptar, que esos parásitos de Fedecámaras-Venamcham vienen ganando esta guerra económica. Y otros, pendejos de nacimiento, culpan al gobierno de esta guerra económica, que la derecha parasitaria y fascista le declaró, pero ni de vaina mencionan a los causantes de esta debacle económica, sino que le componen poemas de amor y consigan que aúpan el «Sí se puede» tumbar al gobierno.
Y, lo peor es considerar que este crimen contra el Pueblo es imposible de evitar, como señalan algunos pervertidos, quienes han sacado jugosos dividendos con esta crisis artificial, que vienen generando -hemos de repetir- para que nadie lo soslaye, con la firme intención de derrocar o sacar del Poder al Presidente Nicolás Maduro y a todos los chavistas.
La culpa no es del mueble. Esa derecha fascista y criminal se está jugando todas sus cartas, porque más allá de cualquier otra cosa, fuerzan por preservar su estatus quo, por lo que buscan la restauración de la IV República.
Desafortunadamente, hay genios que aconsejan conciliar con nuestros verdugos, llegar a entendimientos y buscar una convivencia, que si se tomase esa ruta, habríamos de prepararnos para capitular, porque estaríamos a las puertas de la liquidación física de esta revolución bolivariana, socialista y chavista.
Ante esta cruel situación de la que es víctima el Pueblo, día a día, urgen medidas radicales, que no se han tomado, entre las que cuentan:
1. Liquidar el celestinaje de los gobiernos regionales con los dueños de comercios, servicios, productores e importadores. Hasta las piedras saben que gobernadores y alcaldes se han hecho los paisanos con esta guerra que ha enfrentado, echándole esféricas, el Presidente Nicolás Maduro. La mayoría de los gobernantes regionales y burgomaestres, de vez en cuando, hacen alguna fantochada de operativo, que sea televisada, para el público de galería, pero, sobre todo, para engañar al Presidente Nicolás Maduro.
2. El gobierno nacional debe atosigar el mercado nacional con todo tipo de productos importados, contra el desabastecimiento programado, la ausencia de productos, alimentos, materiales e insumos. Debemos proponernos, con importaciones de todo tipo, devolver la pelota y lograr la quiebra de las tres (3) cadenas de producción, distribución y comercialización, que lideran el boicot contra el gobierno del Presidente Nicolás Maduro. Los desmanes de Fedecámaras-Venamcham van en aumento, porque se les sigue tratando con guantes de seda y se les ignoran sus delitos, lo que ha generado mayor impunidad y desprecio por el Pueblo.
3. Confiar, más que de palabras, efectívamente, en la clase trabajadora y promover jornadas de aumento de la producción, ordenada, sistemática e inmediata, siguiendo el ejemplo de PDVSA, que ha enfrentado y sigue enfrentando todo tipo de boicot y que su producción la está aumentando, por encima de todo tipo de sabotaje. Acelerar y darle plenos poderes a los «Consejos de Trabajadores» y tomar a las empresas privadas que estén comprometidas en
esta guerra económica.
4. Dejar las carantoñas con las universidades controladas por la derecha fascista y recalcitrante, AVERU, para ponerlas al servicio del Estado Comunal, que en este sentido significa que todos sus estudiantes y nuevos egresados sean incorporados inmediatamente en el Plan de Desarrollo Nacional, específicamente, en las áreas de desarrollo y producción del país, de manera que los sectores parasitarios sean desplazados, de tajo y sin demora. Huelga decir que las nuevas universidades politécnicas territoriales (UPT), son un bastión determinante en el impulso del desarrollo y generación de riqueza nacional, que no admite demora, en la que todos los universitarios tenemos nuestra cuota de culpa, por no democratizarlas. Las concesiones con el golpismo universitario y su derecha parasitaria, solo han servido para formar extremistas al servicio de la restauración del estado burgués y para que potencien a esa masa amorfa y tarada de guarimberos, que han asesinado venezolanos, impunemente.
5. Abrir canales directos y expresos de comercio, con el MERCOSUR, ALBA-TCP, China y Rusia. Promover alternativas regionales de comercio electrónico, con nuestras monedas nacionales y su conversión, que tumben el monopolio electrónico y dependencia con EEUU y salidas de dólares.
6. Sancionar ejemplarmente, con multas sustanciosas y cárcel, a los dueños comercios, servicios, productores e importadores, que cobren con sobreprecio y especulación. Meter presos a quienes contribuyen con la venta paralela de divisas, con plataformas como el Dollar Today, que negocian en clubes, centros comerciales, hoteles de lujo y casinos, en complicidad silenciosa, con funcionarios locales y regionales.
Hemos de reconocer que tanto el Comandante Chávez, como el Presidente Nicolás Maduro, han querido atajar la corrupción en las filas de la revolución, hasta el punto de que hay presos varios de ellos. Pero, del lado de la derecha corrupta hay total impunidad.
Ahora, contamos con todas las leyes que promulgó el Presidente Nicolás Maduro, para proteger al Pueblo. Pero, si no hay disposición de hacerlas cumplir, de parte de los gobiernos regionales y locales y si los ciudadanos, nosotros los del barrio bajo, nos comportamos como la «Caperucita porno» ante los especuladores, revendedores, contrabandistas, acaparadores, vendedores de dólares y compradores de cupo, matraqueros y corruptores, entonces, de nada servirá el esfuerzo del gobierno nacional, habremos perdido el tiempo y la República.
Así como lo advirtió Salvador Allende al Pueblo y no se empoderaron, siendo liquidados por la derecha, así también, vemos y escuchamos al Presidente Nicolás Maduro advirtiendo al Pueblo y convocándonos a hacer causa común contra estos pillos, que están, hasta el día de hoy, ganando la batalla.
Hagámosles entender entonces, que la guerra es guerreando. No haciéndoles concesiones para ganar su aceptación, porque no terminamos de entender que la burguesía parasitaria, congregada en Fedecámaras-Venamcham, no descansará hasta derrocar al Presidente Nicolás Maduro, liquidar a los chavistas y restaurar su poder.