4 de noviembre 2014. – Hace 9 años tres hombres de izquierda Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Luiz Inácio «Lula» Da Silva, derrotaron la intención de Estados Unidos de incorporar a los pueblos de América Latina al Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), para impulsar el proceso de unidad e integración de los países del Sur y la construcción de la Patria Grande.
 

Aunque la IV Cumbre de las Américas, que se celebró entre el 4 y el 5 de noviembre de 2005 en Mar del Plata, Argentina, tenía una agenda centrada en el desarrollo regional, el entonces presidente de Estados Unidos (EEUU), George W Bush, intentó lograr la aplicación inmediata del Alca para continuar su proyecto imperialista, a través de la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con el resto de los estados del continente americano excluyendo a Cuba.

Este proyecto promovía la desigualdad entre las economías hiperdesarrolladas del norte y las de Latinoamérica, con el objeto de llevar a la desindustrialización a las economías regionales

Parte de los objetivos del Alca figuraban: generar acuerdos internacionales que limitaran la capacidad de acción de los gobiernos nacionales sobre su propia economía, medio ambiente y sociedad; crear normas comerciales supranacionales que limitaran la capacidad de acción y control de los gobiernos nacionales sobre las actividades de los inversores; así como beneficiar a las transnacionales con acuerdos que redujeran los costos salariales e impositivos de las corporaciones al mínimo.

También incluía que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial continuaran con la aplicación de programas de «ajuste estructural», un eufemismo que incluía recortes sociales y económicos en los países endeudados para garantizar el pago de los intereses sobre deudas que nunca podrán saldar.

Cruzada por la soberanía

Bush no contaba con que en el marco de este evento, los líderes de izquierda emprenderían una cruzada por defender la soberanía de los pueblo de América del Sur.

«Ellos lanzaron su propuesta de Alca a sabiendas que no había consenso, contando con su poderío, para tratar de imponerse. Ellos iban a tratar de arrollarnos», narró el comandante Chávez durante el Aló Presidente 235, transmitido ese mismo año.

En paralelo a la Cumbre de las Américas se llevó a cabo la III Cumbre de los Pueblos. A ella acudió un Chávez seguro e impetuoso, cargado con la energía de los pueblos que se oponían a la continuidad de la opresión imperialista.

La cita fue en el estadio José María Minella, donde el líder socialista estuvo acompañado por el entonces candidato a la presidencia de Bolivia, Evo Morales, y el futbolista argentino Diego Armando Maradona.

«Nosotros, camaradas, compañeros, amigas, amigos todos, hemos venido aquí hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar, a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquí en Mar del Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del Alca», afirmó el comandante.

«Vamos a decirlo: ¡Alca, Alca, al carajo!, ¡Alca, Alca, al carajo!», expresó con fuerza Chávez, quien fue seguido de inmediato por la gran multitud que lo aclamaban. La misma que, pese a la lluvia, permanecía en el estadio.

En su potente discurso revolucionario, reafirmó rechazo de los líderes de la región al Alca e invitó a los asistentes a ser partícipes del entierro de esa criminal iniciativa.

«¿Quién enterró al Alca? Los pueblos de América enterramos al Alca, hoy, aquí en Mar del Plata», expresó ante la concentración.

En su intervención, también llamó a la unidad suramericana para seguir luchando por hacer frente a la doctrina imperialista y lograr enterrar también al capitalismo.

«Thomas Jefferson, uno de los creadores de aquel Estado norteamericano, dijo que Estados Unidos tenía como destino tragarse, –así mismo lo dijo, con esa expresión– tragarse una a una las nacientes repúblicas antes colonias españolas, desde entonces viene el plan anexionista, colonialista de Estados Unidos, así que nosotros no sólo debemos ser enterradores del Alca sino enterradores y en mucha mayor dimensión, complejidad y profundidad, del modelo capitalista neoliberal que desde Washington arremete contra nuestros pueblos desde hace tanto tiempo», expresó.

En Mar de Plata el líder revolucionario planteó impulsar en la región la hoy Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), como alternativa al Alca.

«El Alca lo que busca es consolidar el poder económico de las grandes transnacionales y de las élites que han dominado estos países durante mucho tiempo; el Alba busca la liberación de los pueblos, la redistribución del ingreso de nuestros pueblos, la igualdad, el cambio del modelo económico productivo, la inclusión social, que no haya excluidos», explicó.

Camino a la integración

La derrota del Alca marcó el camino a la consolidación de organismos regionales, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), nacida en 2004 gracias a Cuba y Venezuela.

Asimismo, incidió en la creación del mecanismo de cooperación energética Petrocaribe en 2006 y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur),en 2008, como un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político.

Mientras que para unir a la América del Sur con América Central y el Caribe, se creó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuyo alumbramiento fue en Caracas, a principios de diciembre de 2011.