Cada día aumentan las teorías que afirman que tanto el ébola como  el VIH han sido creados en laboratorios de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Este último habría sido obra de algún científico que logró producir un híbrido de dos virus, mediante ingeniería genética.

 

El médico norteamericano Len Horowitz, denunció que la creación del virus del Sida era responsabilidad del gobierno de Estados Unidos, y develó un documento de 1970, donde el Departamento de Finanzas de Defensa solicitaba financiamiento por 10 millones de dólares, para el desarrollo de un virus que devastaría el sistema inmunológico del ser humano, y que sería utilizado en la guerra bacteriológica.

 

Horowitz presentó dicho documento ante una asamblea de ciudadanos y el mismo dice lo siguiente:

 

“Dentro de los próximos 5 a 10 años, probablemente sería posible hacer un nuevo microorganismo infectivo que podría diferenciarse en ciertos aspectos importantes de cualquier organismo conocido que cause enfermedad. El más importante de éstos es que podría ser refractario a los procesos inmunológicos y terapéuticos de los que dependemos para mantener nuestra relativa seguridad frente a la enfermedad infecciosa… Un programa de investigación para explorar la viabilidad de esto podría estar completado en aproximadamente 5 años con un coste total de 10 millones de dólares…. Esto es una cuestión sumamente polémica y hay muchos que creen que tal investigación no debería ser emprendida no sea que esto conduzca a otro método de matanza masiva de poblaciones grandes.”

 

Desde Washington se habría impulsado este proyecto, con el apoyo de Nelson Rockefeller, magnate estadounidense que fue vinculado con Hitler. Las ganancias de cerca de 25 millones de dólares durante la II Guerra (1939) que obtuvo el Chase  National Bank, controlado por él, y su abierto abastecimiento de petróleo a los alemanes a través de la Standard Oil, de su propiedad, hablan de la vinculación con el Führer. También se le señala de ser un gran empleador de sujetos pro-nazi.

 

Herny Kissinger, hombre de confianza de Rockefeller, ícono del capitalismo,  de quien no sólo fue partidario sino asesor, habría sido la pieza para impulsar los experimentos de los cuales hablamos en dos párrafos anteriores. Además de haberle sido encomendado el trabajo de perseguir a los científicos nazis, Kissinger los puso a trabajar directamente en estos proyectos secretos de Washington.

 

 

Kissinger, traductor y ayudante del General Alexander Bollings, encabezó, a espaldas del presidente Roosevelt, la operación “Paperclip” que consistió en sacar de Alemania a unos mil 500 científicos y reclutarlos para ponerlos a trabajar en proyectos de investigación en contra de la Unión Soviética, relacionados además de la conquista del espacio, con el desarrollo de armas químicas y uso de sustancias psicotrópicas en el proceso de tortura.

 

Henry Kissinger, nació en Alemania, de origen judío, vinculado y amigo de diversos dictadores, se vio fortalecido luego de la muerte del presidente John Kennedy (1963). Le tocó dirigir por un tiempo la política exterior de Estados Unidos. Debido al giro que Washington debió dar en su política exterior de intervención militar a la llamada “política de distensión” la respuesta debía ser en el orden científico, en el cual ya venían trabajando.

 

Fue y es considerado exitoso por las estrategias que utilizó para quedar como el “hombre de paz”, y a su vez, haber intervenido para profundizar en los procesos de represión, a través de la Operación Cóndor, que él mismo supervisó. Este plan aplicado en América en contra de todos los movimientos y partidos de izquierda, con la intermediación de la CIA, produjo golpes de estado en contra de gobiernos democráticos y socialistas en Latinoamérica e impulso y apoyó la instalación de férreas dictaduras en sus lugares. Todo ello entre los años 1969 y 1977, cuando Kissinger se desempeñó como secretario de Estado de las administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford.

 

Los científicos reclutados por Kissinger dirigieron “Paperclip”, entre quienes destaca Joseph Mengele, quien con el apodo de “El Ángel de la Muerte”, condenó a muerte a cientos de miles de personas inocentes, enviándolos a los campos de concentración nazi.

 

Este criminal nazi, utilizó a miles de judíos para experimentar con ellos y luego los exterminaba en Auschwitz. Se dedicó a realizar terribles y dolorosos experimentos con el fin de descubrir el secreto de nacimientos múltiples que dieran con la creación de la Súper Raza Aria, encargada de dominar a la humanidad durante los siguientes mil años que duraría el Reich según Hitler.

 

Megnele también estuvo acompañado en el proyecto “Paperclip” por su asistente Klaus Barbie, conocido con el apode del “carnicero de Lyon”; Erich Traub, responsable de la sección de armamento biológico del Instituto de Investigación del Reich, experto en enfermedades víricas; Walter Rauff, supervisor de las cámaras de gas móviles de las Escuadras de Defensa Nazi SS, entre otros criminales .

 

 

Ciencia para la muerte

 

Son varios proyectos empredidos por la CIA en la guerra bactereológica. A continuación una cronología publicada en el año 2011 en el portal aporrea.org.

 

1947- La CIA comenzó a estudiar el Acido Lisérgico (LSD) para emplearlo como arma biológica contra seres humanos.

 

1960- el Equipo Asistente Principal de la Inteligencia del Ejercito (ACSI), autorizó el empleo del LSD en Europa y en el Lejano Oriente, para evaluar las reacciones en humanos. Ambos proyectos fueron codificados como Tercera Oportunidad y Sombrero de Hongo, respectivamente.

 

1953- La CIA inició el Proyecto MK ULTRA, el cual se extendió durante once años de investigación, siendo concebido para producir y probar drogas y micro organismos para controlar la mente y modificar la conducta de los seres humanos, sin el consentimiento de los mismos.

 

1965- La CIA y del Departamento de Defensa comenzaron el Proyecto MK SEARCH, con el fin  de manipular la conducta humana a través del uso de drogas psicodélicas.

 

1966- La CIA inició el Proyecto MK OFTEN, dirigido a probar los efectos toxicológicos de ciertas drogas en los humanos y los animales.

1966- El Pentágono hizo quebrar varias ampollas con la bacteria Bacillus Subtilis en las rejas de ventilación del metro de Nueva York, exponiendo a más  de un millón de civiles de forma deliberada.

 

1967- La CIA y el Departamento de Defensa implementaron el Proyecto MK NAOMI, sucesor del MK ULTRA, diseñado para mantener, reservar y probar las armas biológicas y químicas.

 

1970- La División de Operaciones Especiales en el Fuerte Detrick, desarrolló técnicas de biología molecular para producir retrovirus. (VIH).

 

1970- La CIA y el Pentágono desarrollaron “armas étnicas”, diseñadas para eliminar grupos étnicos específicos, susceptibles por sus diferencias genéticas y las variaciones en el ADN.

 

1977- Audiencias del Senado, en la Comisión Investigación Científica y de Salud, confirmaron la contaminación deliberada por parte del Pentágono y la CIA de 239 poblaciones con agentes biológicos, entre 1949 y 1969, fundamentalmente en San Francisco, Washington, D.C., Centro-Oeste de EE.UU., Ciudad de Panamá, Minneapolis y St. Louis.

 

1987- El Departamento de Defensa admitió la investigación y el desarrollo de agentes biológicos en 127 laboratorios y universidades alrededor de EE UU.

 

1990- Aplicación en Los Ángeles a  más de 1500 bebes negros e hispanos, de seis meses de edad, de una vacuna “experimental” del sarampión, no autorizada por la CDC.

 

1994- Se descubrió, mediante una técnica llamada “rastreador de genes”, por parte del Dr. Garth Nicolson, científico del  Centro del Cáncer MD Anderson de Houston, que los soldados la Tormenta del Desierto fueron infectados con una cadena alterada de Micoplasma Incognitus, una bacteria normalmente utilizada en la producción de armas biológicas, la cual contiene un 40 por ciento de la proteína del virus del SIDA. Luego, en 1996,  se admitiría que cerca de 20 000 soldados fueron afectados.

 

1995- El Gobierno americano admitió que había ofrecido a los criminales de guerra y científicos japoneses sueldos e inmunidad de prosecución a cambio de los datos de sus investigaciones sobre  guerra biológica.

 

1995- El Dr. Garth Nicolson reveló evidencia de que los agentes biológicos usados durante la Guerra del Golfo habían sido manufacturados en Houston, (Texas) y Boca Ratón, (Florida) y probados en prisioneros en el Departamento Correccional de Texas.

 

1996- El Departamento de Defensa admitió que soldados de la Tormenta de Desierto fueron expuestos a agentes químicos, lo que condujo a que 88 miembros del Congreso firmaran una carta, un año después,  exigiendo una investigación sobre el uso de armas biológicas la Guerra del Golfo.

 

A través de esta guerra silenciosa, que dirigen los grandes capitales, cuya arma son las enfermedades y virus creados deliberadamente, se pretende asesinar a una gran parte de la población mundial y esterilizarla, mientras laboratorios y farmacéuticas incrementan sus dividendos.