Jean-Guy Allard
30 de Agosto 2014.- El anticomunismo virulento del senador Marco Rubio y la representante Ileana Ros-Lehtinen – acérrimos enemigos de los países progresistas de América Latina – no resiste a una buena oferta de viaje. Sus dos principales asesores disfrutaron estos últimos días de un viaje a China valorado en 10.000 dólares por persona que incluye estancias en hoteles de lujo y visitas a los sitios turísticos más famosos – una cortesía del gobierno chino.
Según revela el Tampa Bay Times, estos viajes, que incluyen reuniones con funcionarios del gobierno en Pekín, se han producido desde 1985, y cientos de legisladores y miembros de su personal se han beneficiado de esta propuesta.
A Sally Canfield, subjefe del Estado Mayor de Rubio, y Arthur Estopiñán, jefe de gabinete del Ros-Lehtinen, también les gustó la iniciativa China – a pesar de la retórica obsesivamente anticomunista de sus patronos y de sus disparates contra todo lo que lleva la palabra socialista.
“La conexión Rubio y Ros-Lehtinen se destaca por sus fuertes puntos de vista anti-comunistas. Ambos legisladores cubanoamericanos han condenado el historial de derechos humanos de China y Cuba y se han opuesto a los esfuerzos para levantar el “embargo” de EE.UU. a Cuba. También critican regularmente a las personas que han ido a Cuba”, señala el Tampa Bay Times.
El año pasado, Rubio se volvió histérico cuando denunció un viaje a la isla caribeña de Jay Z y Beyoncé. Hizo lo mismo este año al condenar un viaje de jefes de la Cámara de Estados Unidos que calificó de «equivocado y lleno de peligros de convertirse en un golpe de propaganda” para Cuba “en detrimento de los intereses estratégicos de Estados Unidos”.
A principios de este año, Rubio atacó al senador Tom Harkin, demócrata de Iowa, por hacer comentarios positivos sobre el sistema de salud cubano después de una visita. Sin embargo, la OMS destacó hace poco la excelencia de este sistema cuyo personal esta hoy presente en decenas de países.
ROS-LEHTINEN PRETENDE QUE “NO SABIA”
Ros-Lehtinen critica constantemente los “derechos humanos” en Cuba y Venezuela. Sin embargo, es la portavoz del régimen israelí en el Capitolio y defendió recientemente con furia los bombardeos asesinos de Gaza ordenados por Netanyahu, un amigo personal, mientras los dos país latinoamericanos apoyaban con fuerza el pueblo palestino, mártir de las atrocidades sionistas.
La parlamentaria no solo pretendió no estar al tanto de los detalles del viaje sino que juró que “de haber sido informada de la participación del gobierno chino”, no habría aprobado el viaje.
El portavoz de Rubio usó otra estrategia para sacarse de esta situación a la vez ridícula y absurda: «Mientras que él aborrece muchas de las acciones del gobierno chino, como miembro de las relaciones exteriores del Senado y de los comités de inteligencia, no puede ignorar su importancia geopolítica creciente”, dijo.
“A veces es necesario para ayudar a avanzar en nuestra labor de sensibilización sobre una serie de cuestiones de política exterior…”, siguió añadiendo unas palabras de desprecio hacia el gobierno asiático.
Los viajes a China comenzaron en 1985 y fueron autorizados por el Departamento de Estado de Estados Unidos bajo la Ley de Mutuo Intercambio Educativo y Cultural de 1961.
Ros-Lehtinen y su marido son frecuentes beneficiarios de similares ofertas de viajes promocionales procedentes de Israel.
El viaje que realizó Ros-Lehtinen a Israel en el 2001 quedó famoso, en los anales del Capitolio norteamericano. Lo hizo con su esposo Dexter Lehtinen y sus dos hijas, Amanda y Patricia. El Fondo Aish HaTorah, una organización sionista de Jerusalem, se encargo de la factura de 24 000 dólares que incluya los 10 000 dólares de una visita en helicóptero a Masada, sitio histórico afeccionado por los sectores guerreristas más recalcitrantes.
Otro viaje “señalado” de la carrera de Ros-Lehtinen le fue regalado en 2001 por un socio de Jack Abramoff; el cabildero Ed Buckham de la firma Alexander Strategy Group, bajo la cobertura del grupo coreano Hanwha Group. En esta oportunidad, la politiquera disfrutó sola las bondades dispensadas por el intermediario de sus huéspedes de Seúl y Corea del Sur.