Me ha llegado la noticia de que han asesinado en Honduras a Margarita Murillo, una gran mujer y luchadora,  con hermoso poema de Niko del Morroskillo

 
Eres mucho más hermosa que la mar y el viento
Margarita eterna que tu vida ofrendaste
Para que brillara el sol de la mujer fuente de vida 
que abortos de hombres podridos de motosierra
en vano trata el águila del norte
De acunar en  sus alas de muerte
Trataron inutimente de tapar con un dedo cobarde
El brillo imparable de tu acento libre como el viento
Alas sucias y pletóricas de muerte
Moribundas cual cadáver insepulto
que ya no pueden cubrir con el velo de mentira
Esa vida altanera que no pudieron quitarte…
Tienes un kiosko de malakita Margarita
Por encima de la mar y del viento
Porque no temiste Margarita 
El aliento podrido de un imperio moribundo
que a tus ideas respondió con balas…
Eres más hermosa Margarita 
que la mar y el viento y en tu sutil acento
Vibran cantos de libertad que un cimarrón 
lejano en el espacio pero cercano en la libertad
canta por ti  Margarita 
Porque no hay una rebelde más bonita
Margarita tan rebelde Margarita
Tan inmortal como tú
 
Niko del Morroskillo
 
Dolor en canción mayor. El caso de la agresión a Honduras  por parte del imperio y sus lacayos y la lucha solitaria de su admirable pueblo,  ha pasado bajo las sombras, como si no nos diéramos cuenta. Desde el golpe que depuso a Zelaya y puso a Micheletti, pasando por el burdo robo de las elecciones y hasta hoy que le arrancan la vida a Margarita  “más hermosa que la mar y el viento” -como dice la poesía de Niko del Morroskillo-, el monstruo, el mismo que ataca todo lo que germina en la noble causa que nos convoca, ha estado socavado  la inocencia y los anhelos  del bello, aguerrido  y admirable pueblo hondureño, al que le he seguido el rastro.
 
Confieso que me siento impotente, que un dolor agudo me atraviesa el alma ante esta noticia y el volver a reconocer una vez más, que estamos ante un enemigo feroz y despiadado. Nos queda a todos y todas unirnos en la más profunda hermandad, como un solo ser para enfrentar y doblegar algún día a ese cáncer que atenta contra el mundo y la humanidad para que ninguna Margarita siga siendo deshojada.