Miguel E. Canosa
Como simple trabajador de una fábrica de alimentos que tiene su casa matriz en Estados Unidos, quiero expresar como nos han distraído los medios de comunicación y el gobierno con esta historia de nunca acabar relacionada con la deuda externa y los «fondos buitre».
Si bien comparto la idea que los bancos extranjeros, fondos de inversión y empresas (como en la que yo trabajo) en que los primeros prestaron por un lado dinero al Estado Argentino a tasas usurarias, y al mismo tiempo las segundas, solicitaron préstamos a sus propias casas matrices y a bancos cómplices generando una colosal deuda externa que se renegociara por última vez por el gobierno de Cristina Fernández, en una supuesta estrategia de desendeudamiento, no es menos cierto que la propia presidenta reconoció (y hasta se jactó) de haber pagado desde el 25 de mayo de 2003 -junto a su esposo y expresidente Néstor- la friolera suma de 190.000 millones de dólares con reservas del Banco Central, es decir con dinero de todos y todas, los y las argentinos y argentinas.
Esta trampa convalidada por todos los congresistas diputados y senadores argentinos desde 1983 hasta declararse el default del 2001, ha sido una gran estafa al pueblo en la que todos los polítcos son culpables y traidores a la Patria al haber quebrado al país y sus habitantes permitiendo el saqueo de los recursos dinerarios, naturales y espirituales de gran parte del pueblo, quien ve como se enriquecen los funcionarios de los tres poderes del Estado que pasan por la función pública.
Ahora nos quieren engañar nuevamente por televisión inventando una historia muy poco creíble: ¿quien puede pensar que pagando 190.000 millones de dólares EN SOLO 10 AÑOS a organismos internacionales, deudores privados y empresas extranjeras ha defendido los intereses de todos los argentinos?. Después de pagar ese dineral debieron imponer un control de cambios y ahora las reservas del Banco Central cayeron a menos de 27.000.
Tampoco el gobierno podrá solicitar nuevos préstamos (en realidad eso hasta parece bueno) pues un grupete de fondos de inversión privados depredadores le hicieron un jugarreta legal al gobierno para sacarles unos 1560 millones violando cláusulas de los contratos firmados con el resto y gran mayoría de los acreedores, intentando el gobierno mostrar a la población que nos defiende de estos malos y sucios capitalistas con los que se sientan a negociar «cara a cara», como reconociera también Cristina Kirchner. Seguramente si la soja valiera 1000 dólares la tonelada habrían pagado mucho más a todos los acreedores y a estos fondos buitre.
Mientras tanto, el mundo dominado por el capitalismo único continua andando y el país infectado de altos precios de alimentos y medicamentos por inflación, inseguridad, bajas jubilaciones (algo más de 3200 pesos), pobreza, desempleo, falta de educación, altos impuestos al consumo, corrupción e ineficiencia, nos siguen acorralando como en los 80, 90 y 2000.
No estamos en Default, pero nada parece haber cambiado demasiado, al menos para bien.