Camilo Martiano
Ani-gt/Redacción Internacional
En diciembre del año pasado se cumplieron diez años después de la detención del líder iraquí Sadam Husein derrocado por una invasión extranjera. Los EE.UU. y sus aliados invadieron Irak al haber engañado a todo el mundo, declarando que Sadam Husein tenía armas químicas. El régimen iraquí no era ideal pero era mundano y junto con Siria garantizaba estabilidad y ausencia de los terroristas en toda la región. Después de la intervención militar de EE.UU. la situación en el país se ha agravado dramáticamente.
El líder del país Sadam Husein fue ahorcado en un día sagrado para los musulmanes – es un acto superior de vandalismo y cinismo. El modo milenario de vida fue destruido. Irak fue devastado tanto que el país se ha derrumbado en varias partes hostiles combatiendo una contra otra. El número de muertos se cuenta en cientos de miles de personas y los ataques terroristas sangrientos se realizan a diario. La mayor parte del país fue metida en la Edad Media.
Según la ONU sólo en el año 2013 en el país murieron al menos 7818 civiles y 1050 representantes de las fuerzas de seguridad. Irak no ha visto tantas cantidades de víctimas desde 2008, el año que fue el pico de una lucha por el poder entre los diferentes grupos políticos y confesionales. Diez años después de la eliminación de Sadam, Irak se ha convertido en un estado fallido donde los islamistas radicales están ganando fuerza. Irak, o sea más precisamente la parte del país que se quedó después de la separación de Kurdistán iraquí, está al borde de la guerra civil. Su resultado es bastante predecible – el país será dividido en las partes suní y chií, habrá más sangre, caos, inestabilidad y tierras silvestres que serán sede de los terroristas.
El apoderamiento por los “yihadistas” de las provincias de importancia estratégica que confinan con Arabia Saudita, Siria y Jordania – no es la confrontación entre suníes y chiítas, es un nuevo juego geopolítico de cuyo resultado depende quién va a controlar el Levante. Por su parte los EE.UU. no han sido capaces de construir en Irak democracia pero han puesto muchas “trampas” abiertas y encubiertas que sólo aumentaron el grado del conflicto en la sociedad. Utilizaron un modelo de “democracia parlamentaria” en una sociedad que desde hace mucho fue construida por el principio del “despotismo oriental”. Entregaron el poder al gobierno chií en un país donde la inmensa mayoría de los ciudadanos son sunitas. Como resultado de eso, sucedió que el chiíta al-Maliki “no oye” al sunita al-Saadi. Y por el contrario al-Saadi con el apoyo de las grandes masas no puede “hacer oír” a las autoridades oficiales.
El Estado iraquí diseñado por los estadounidenses se desintegra ante los ojos. La política exterior de Estados Unidos fue atrapada una vez más. Los insurgentes del “Estado islámico de Irak y el Levante” (EIIL) actúan no sólo en Siria sino también en Irak. El objetivo de EIIL es la creación en los territorios vecinos de Siria e Irak un estado islámico sunita que viva bajo la ley de chariat. Por consiguiente en el campo de guerra sirio EE.UU. suministran armas para los insurgentes y proporcionan asistencia financiera. En Irak el presidente Obama está considerando “todas las medidas posibles” contra esos mismos yihadistas. Washington sigue fiel a su política de estándares dobles. El fortalecimiento de la posición de los yihadistas satisface a EE.UU.; ya que conduce a una escisión definitiva de Irak en tres partes – sunita, chiíta y curdo. El caos en el país va a crear una nueva fuente de tensión cerca de las fronteras de Irán. El mundo árabe tendrá una guerra civil en un país más. Los aliados estadounidenses por la OTAN de nuevo serán arrastrados hacia la guerra en el lado de EE.UU.
Los estadounidenses aprovecharán eso para volver a Irak y es bien probable para extender la intervención hacia Siria. En la Casa Blanca ya están hablando abiertamente sobre el hecho de que después de la victoria en la elección presidencial de Bashar al Assad hay que bombardear a Siria. En Er Riad no ocultan la satisfacción de tales planes. Arabia Saudita no sólo quisiera derrocar a Al Assad en Siria sino también está dispuesto en su confrontación con Irán unirse a cualquier acción anti-chiíta de EE.UU.
En la extensión de la guerra hacia Irak están interesados los mismos círculos que provocaron la guerra en Siria – son los gobernantes de Arabia Saudita y otros países del Golfo Pérsico que mantienen la idea de establecer un califato mundial, también son poderosas fuerzas de los EE.UU. y Europa que tratan a través de “la oposición islámica moderada” consolidar su influencia en la región pero en realidad alimentan el terrorismo.
¿Quién está financiando a los islamistas armados que operan en Irak y Siria? Las investigaciones de este problema indican que el grupo de patrocinadores es bastante amplio. Según los expertos sólo el financiamiento de “Al-Qaeda” se compone del 30-40% de tráfico de drogas, el 20-30% de los fondos se derivan de donaciones de particulares y organizaciones religiosas, el 10-20% de las bandas criminales y contrabandistas, el 10-15 % de los comerciantes ilegales de diamantes, el resto de fuentes son desconocidas.
El número total de patrocinadores de “Al-Qaeda” se estima en 44 mil personas ubicadas en todo el mundo. El flujo de armas estadounidenses que envían hacia la zona del conflicto está pagado por donantes árabes que ven el conflicto sirio como un paso hacia la radical “transformación islámica del mundo árabe”.
Hoy en día los diplomáticos y empresarios americanos y británicos huyen de Bagdad. Los Estados Unidos y Gran Bretaña como naciones que atacaron y saquearon Irak hace más de 10 años y recientemente se retiraron de allí porque supuestamente ganó la democracia y está cumplida la misión, hoy se comportan irresponsablemente y cobardemente, abriendo varios frentes militares contra las civilizaciones tradicionales. A mediados de junio de este año el secretario de Estado de EE.UU., y ministro de asuntos exteriores de Inglaterra se reunieron en Londres pero no para discutir la situación en Irak sino participar en una conferencia sobre la violencia sexual en los conflictos armados. Haciendo abstracción de la violencia sexual John Kerry y William Hague dijeron que ni los EE.UU. ni Gran Bretaña enviarían tropas a Irak. Aunque justamente estos países en 2003 bombardearon Irak y lo invadieron. Ahora en lugar de un país entero aparece un estado cuasi-islámico de Irak y el Levante. El régimen de chariat tiene en su posesión gran cantidad de dinero, un montón de armas pesadas incluyendo aviones que están listos para morir en la batalla por la expansión de su territorio a todo Medio Oriente.
El debate de actual en el Congreso de EE.UU. sobre Irak lleva una parte significativa de la hipocresía. Justamente los legisladores estadounidenses bloquearon un acuerdo para suministrar a Bagdad aviones de caza F-16 y helicópteros “Apache” que al-Maliki había solicitado desde 2011 para suprimir a los separatistas e islamistas. Washington motivaba durante tres años su negativa por el hecho de que “EE.UU. no tenían confianza en que el primer ministro iraquí no usaría armas suministradas para mayor opresión de la minoría sunita y la represión en contra de los luchadores por los derechos de esa minoría”.
Ahora los republicanos en el Congreso están presionando a Barack Obama para empezar la operación terrestre en Irak en la cual Estados Unidos tendría que también librar la guerra contra Irán en cambio de interactuar. No es casualidad que Teherán en los últimos días comenzó a actuar en contra de cualquier intervención extranjera en el conflicto de Irak. Los estadounidenses, británicos y franceses se preparan para la re-intervención en Irak y en este caso Irán se verá obligado a unirse a la batalla. La situación amenaza con escalar a una guerra religiosa de gran escala. El Occidente puede estar en el mismo lado con los grupos terroristas sunitas.
Al mismo tiempo en la Casa Blanca comenzaron a hablar de que el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki renunciará. La administración del presidente de los EE.UU. Barack Obama considera que al-Maliki no es capaz de llegar a un acuerdo con la minoría sunita en el país y estabilizar la situación. Además de acuerdo con los funcionarios de Estados Unidos a Washington le gustaría que los partidos políticos iraquíes formaran un nuevo gobierno sin al-Maliki. Según The Wall Street Journal cada vez hay más legisladores estadounidenses y sus aliados árabes (entre ellos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos) que presionan la Casa Blanca para que renuncie apoyar al actual primer ministro de Irak. Al permitir que los yihadistas destrocen Irak, el grupo – Washington – Riad – Tel Aviv – demuestra una vez más al mundo de hoy que es lo que le sucede a un país que opta por el socio “equivocado”.
Los recientes acontecimientos en Irak han dado de que pensar para muchos expertos internacionales que unánimemente han llegado a la misma conclusión. Y consiste en que no sólo en Irak sino también en tales países como Siria, Afganistán, Libia, Venezuela, Ucrania los políticos estadounidenses crean intencionadamente tensiones, caos artificial, para después convertirse en “pacificadores” y consolidar la posición de Washington.
Estoes un análisis profundo de expertos de renombre mundial que tienen datos confiables y numerosos que revelan la política militar de EE.UU. dirigida para socavar la paz en muchas regiones del planeta. Washington liberó al genio de la botella, creó la “primavera árabe” que destruyó a los regímenes árabes mundanos y generó el islamismo de la manera más radical. Ahora este fruto de EE.UU. está fuera de control de su “maestro”. En un futuro cercano tenemos que esperar nuevas turbulencias en el Medio Oriente.