Y pensar que Obama fue de los primeros en felicitarlo…

30 de mayo de 2014.- Se puso en evidencia», «se ha deshonrado», «es pragmático»: el diario ruso ‘Kommersant’ analizó los cables diplomáticos de EE.UU. filtrados por WikiLeaks en los que Washington menciona al presidente electo de Ucrania, el magnate Piotr Poroshenko.
 

Barack Obama fue uno de los primeros en felicitar a Poroshenko por su triunfo en las elecciones presidenciales y le prometió un amplio apoyo. La Casa Blanca comunica que el mandatario estadounidense tiene programado reunirse con su homólogo ucraniano en persona el próximo 3 de junio, en Varsovia (Polonia), durante su gira europea.

El magnate ucraniano no es un desconocido para Washington, ya que durante muchos años Poroshenko ha ocupado altos cargos en el Gobierno de Ucrania. Dirigió el Comité Parlamentario de Finanzas, presidió la junta administrativa del Banco Central de Ucrania, fue jefe del Consejo de Seguridad Nacional, entre muchos otros puestos. Según ‘Kommersant’, entre los años 2006 y 2010 el nombre de Poroshenko apareció en los cables diplomáticos de EE.UU. filtrados por WikiLeaks en 100 ocasiones. Cuanto más avanzaba en su carrera política, menos críticos eran los comentarios.

El 16 de febrero de 2006 el embajador de EE.UU. en Ucrania, John Edward Herbst, en una misiva describió a Poroshenko como «un oligarca que se había descreditado a sí mismo». El 26 de mayo del mismo año la vicecónsul de EE.UU. en Kiev, Sheila Gwaltney, detalló que el magnate «había descreditado su imagen con sospechas verosímiles de corrupción». Solo un mes después, en junio de 2006, el nuevo embajador estadounidense, William B. Taylor, comentó que Poroshenko contaba con el apoyo político de los parlamentarios solo debido a sus actividades comerciales.

Una serie de cartas del Departamento de Estado de EE.UU. habla sobre la enemistad entre Poroshenko y Yulia Timoshenko. Está dispuesto «a hacer cualquier paso extremo en su conflicto con Timoshenko. No le frenará nada en su deseo de vengarse de ella por sus acusaciones públicas de corrupción contra él», dice una de ellas.

Pero a partir de 2009, cuando Poroshenko fue designado ministro de Exteriores de Ucrania y defendió públicamente la integración del país en la OTAN, el tono de los cables cambia. El diplomático James D. Pettit el 9 de octubre de 2009 se refiere a él como «un hombre de negocios bien situado con amplias conexiones políticas que llama a integrarse en la UE y a establecer relaciones más pragmáticas con Rusia».

Un cable de diciembre de 2009 deja claro que Poroshenko intentaba obstaculizar el acercamiento entre Kiev y Moscú. La misiva destaca que durante la reunión de la comisión Ucrania-OTAN, el político ucraniano se dirigió a las delegaciones occidentales con un llamamiento a «resistir cualquier intento de Rusia de convertirse en una zona de influencia o imponer un veto al deseo de Ucrania de unirse con la Alianza».

El diario ‘Kommersant’ no se limitó a analizar los cables diplomáticos de EE.UU. Se dirigió también a la secretaria de prensa del nuevo presidente ucraniano, Irina Friz, para preguntarle qué es lo que opina el mandatario sobre la descripción que hace de él el Departamento de Estado. «No la ha leído», fue la única respuesta al respecto.