Miguel Jaimes
Los actuales grupos opositores tienen una fuerte formación ideológica. A estas alturas con lo que estamos viendo ya no podríamos hablar de grupos moderados o pacíficos dentro de estas fuerzas. Solo habría que detenerse un momento para escuchar y comprobar el desarrollo de sus prácticas y notar que están desplegando sus nuevos códigos del fascismo.
El avance del fascismo es el nuevo modelo político mundial frente a la crisis de la mixtura neoliberal—globalizante. Sus ejemplos sobran; Ucrania la cual no es una revolución, van para el poder quienes crearon la revolución de los colores, la naranja, emulando los gases de los nazis que asesinaron a millones en la II Guerra Mundial.
La Europa de ahora bien disimulada son fascistas, aunque esta ideología este prohibida la ponen en práctica a través de los partidos políticos verdes y mientras hablan de ecología en sus reuniones dialogan sobre los nuevos, métodos y ayudas mundiales al neofascismo. Por estas causas el régimen español pronto hará aguas porque la fuerza de los indignados esta derruyendo al neoliberal régimen español, por esas causas en España terminarán eligiendo en futuros procesos electorales a supuestos apolíticos con características de organizaciones neofascistas y la emprenderán poniéndolo en uso para que su región lo asimile con cargos bajos y medios en sus venideros procesos electorales.
Otra característica de esta mistura política es la ayuda y cooperación entre ellos, han hecho de estas organizaciones bastiones de refuerzos de todo tipo a sus seguidores en varias partes del mundo y de eso no escapa Venezuela; colaboran en formación, ideología, asesoramiento, imagen de líderes, todo lo cubren, desde el pago de boletos en avión hasta llegar a resguardar toda la logística necesaria para que puedan entrenarse en los reductos del mundillo donde tienen sus bases de operación y formación, desde adiestramiento militar, hasta expertos en guerra sucia, informativa, comunicacional con especial éxito en la columna intensa del odio racial y político, objetivos que quedan muy claros para desarrollarlos en sus ideas cuando regresen a casa.
Los sucesos ocurridos en la ciudad de San Cristóbal son la peor muestra y ejemplo que tengo para darles. Digo San Cristóbal pues el Táchira tiene 29 municipios y solo su capital es donde se desarrolla la máxima elevación de los nuevos códigos del fascismo. Es la media luna de la cual mucho nos advirtió Hugo Chávez, es la Bengasi Libia que también nos está advirtiendo Nicolás Maduro, también es la Homs de Siria y la Santa Cruz de la Sierra de Bolivia y la Medellín de Colombia.
Para esto usan engrandecidísimas formas, métodos y prácticas neonazis, rechazan las verdaderas razones de resolver los problemas bajo consideraciones de seriedad política. Aquí tratan de controlar el poder gubernamental por medio de la fractura de un nuevo camino hacia el terror, miedo, venganzas, todo justificado por el inoculado resentimiento en contra de los chavistas.
Lo que vendrá. Para cualquier gobierno y sobre todo en modelos inscritos en el caso venezolano, cada muerto le pesa pero va directamente contra el gobierno y es una carga excesiva, inocultable y del cual tendrá millones hablando por él, ese es el objetivo del asesinato, inundar al modelo bolivariano de sangre lo cual lo hará insalvable. Aun cuando quienes están masacrando, persiguiendo, torturando e hiriendo al pueblo rechazan el dialogo con el gobierno, mostrándose como si ellos no estuvieran haciendo nada y los medios de comunicación transformándolos en víctimas.
Vemos y veremos con más fuerza y descaro críticas abiertas mientras sus corporaciones privadas de derechos humanos como Provea seguirán acusando al Estado de ser los asesinos. Mientras desde CNN perseguirán dirigiendo sendos avances, coberturas, informaciones y análisis tan iguales como los puestos en práctica en otros países donde ya han derrotado gobiernos que no son del paladar EE.UU.—OTAN.
En este modelo de noticieros hasta encontrarán a los asesinos y culpables ocultos, ellos sacarán criminales, tendrán las pruebas suficientes y entrevistarán a los culpables los cuales todos coincidirán en acusar al régimen bolivariano.
El más grave de los problemas que se nos presenta es tener la conspiración geopolítica al frente; Colombia y justo en nuestro lado limítrofe más desarrollado, estamos contiguos al fascismo y el facilísimo acceso comunicacional hacia una de las regiones más violentas, o quizás una de las muy contadas sociedades violentas comparadas a los Maras salvadoreños y carteles de narcotraficantes mexicanos.
El mejor lado para intentar fracturar a la revolución bolivariana esta exactamente en el Táchira y eso es lo que están poniendo en práctica en estas horas cruciales, estamos frente a un enemigo que jamás habíamos experimentado en su habilidad tan cerca, feroz y violenta de fácil acceso en comunicaciones, vías, comercio, relaciones, justo lo que pasa en este momento es el más peligroso intercambio de métodos ultraderechistas.
En esta área geográfica del país estamos casi en manos de las tenebrosas corporaciones del contrabando, trafico de combustible, narcotráfico y las más amplias empresas jamás conocidas del sicariato, secuestro y extorsión.
El Táchira por descuido central utiliza un comercio con sus colores, prácticas, gentilicios, hasta recetas de comidas, saludos más programas radiales, televisivos lo cual nos hace conocer más las fechas patrias y días festivos colombianos antes que muchas celebraciones venezolanas y así vamos en todo y me quedo corto.
San Cristóbal es una ciudad con un importante número de habitantes y está a punto de cumplir un mes asediada, atemorizada, perseguida, donde el siguiente paso que les falta por dar a estos grupos es asesinar en acciones comando a chavistas ya seleccionados. Mientras desde el sentimiento y las fuerzas de la revolución sus militantes y seguidores se sienten desarropados en medio del frio de las balas y los ataques opositores.
Lo que vendrá esta próximo a suceder si no se cambian algunos rumbos de las políticas hacia esta región, basta de catalogar al resto del país como «el interior», nosotros también somos Venezuela y pedimos ser rescatados de las particularidades de la violencia que en este momento estamos sufriendo en aquella sitiada ciudad y en menor medida en la capital de Mérida en su municipio Libertador.
A la presente la situación es comercios cerrados y clases suspendidas, calles, avenidas y caminos trancados con inimaginables barricadas desde hace semanas, amenazas y un diario estimulo, esto no va a parar, ninguno de ellos no van a descansar tan fácil ni se van a ahogar ellos solitos. Aquí hace falta la mano firme del Estado.