Patricio Montesinos
Rebelión

El régimen de Estados Unidos utiliza la violencia generada en Venezuela por sectores de la derecha a sus servicios para generar división entre los países de la Patria Grande, después del éxito rotundo de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana, Cuba, en enero pasado.

En un artículo anterior alerté que Washington no se quedaría de brazos cruzados y contraatacaría, tras recibir en esa cita de la CELAC uno de sus reveses más resonados en la historia reciente de nuestra América.

La administración norteamericana escogió una vez más Venezuela, por su relevancia y la unidad que representa para la Patria Grande, con el objetivo de hacer creer que son notorias las discrepancias entre las naciones de América Latina.

Otra vez la Casa Blanca se aprovechó del caldo de cultivo que existe en ese país, con una oposición furiosa y ultraconservadora, que apuesta a cualquier precio destronar al gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro, luego de ser derrotada en las urnas.

Al unísono el régimen estadounidense ha desatado una campaña mediática en Latinoamérica, destapada desde Miami, y Madrid, España, con tentáculos en Perú, Colombia, Chile, por citar algunos, dirigida a hacer ver que el ejecutivo de Maduro es el que emplea la fuerza contra su pueblo, y que en Venezuela reina el caos.

Los medios de comunicación derechistas que controlan la información en varios de esos países de nuestra región están actuando como garfios de Washington, al difamar, mentir y desgarrar de manera infame sobre autoridades venezolanas.

Para ello utilizan fotos e imágenes falsas o manipuladas, repiten una y otra vez declaraciones de los llamados opositores “pacíficos” en Venezuela, y esconden o tergiversan las intervenciones de los máximos representantes del gobierno de Caracas.

De otro lado, desprestigiados y corruptos partidos de derecha, como sucedió en Perú, presionan a sus gobernantes para que se pronuncien en contra de Venezuela, o al menos no lo hagan a favor.

El objetivo claro es acabar con la Revolución bolivariana, como lo han pretendido hacer en varias ocasiones, sin materializar su propósito, y a la vez mostrar una Patria Grande dividida, en beneficio de los intereses de norteamericanos.