Venancio Oliveira

Correo da Cidadanía

 

La euforia de los mercados está dando a Brasil la categoría de economía estable y de futuro. No somos más tercer mundo, hoy somos parte de los BRIC. Salimos de un concepto nebuloso para entrar en otro. Pero siempre en la misma interpretación del progreso lineal y constante del mundo moderno. Antiguamente estábamos en una parte horrible de la escalera del desarrollo, por nuestra inapetencia, ahora estamos casi llegando al alto, con los grandes, los blancos y poderosos.

En medio a la emergencia del Brasil como potencia, hubo un regreso del optimismo. Crece el sentimiento de que lo peor ya acabó, que la economía de mercado es la estabilidad en esencia, de que las contradicciones son aparentes y momentáneas, fruto de decisiones de agentes corruptos, que están afuera del sistema. La República Popular China, una economía donde el Estado (¿de quien?) todo controla, otrora condenada, hoy se hace salvadora.

Enfriando un poco este optimismo, la crisis financiera continúa a expresarse. Dubai ha amenazado entrar en quiebra al final del año pasado. Es un país de los Emirados Árabes, un mundo occidental dentro del oriente medio. Un productor de petróleo, su economía está estrechamente conectada a las operaciones financieras europeas. En ese país estaba prevista la construcción de paraísos turísticos para las finanzas. Fue salvado por uno de sus hermanos, el Emirado de Abu Dhabi le ha prestado dinero.

La crisis toma otro cuerpo, antes era la quiebra de los fondos de inversiones, golpeando el mundo industrial. Ahora empieza su fase estatal, o sea, las abaladas finanzas estatales del mundo capitalista entran en quiebra. En estas últimas semanas Grecia e Irlanda aparecían fuertemente amenazadas, así como España. Estos países esperan aportes de la principal potencia europea, Alemania. ¿Pero ella puede salvarse a si misma?

La crisis financiera de 1973 también fue procedida de una debacle de las deudas. En aquellos años el aumento del precio de Petróleo generó una inflación, a la vez que una estagnación económica y disminución de la tasa de ganancia en los países hegemónicos. Los árabes, con sus petrodólares, invirtieran en los bancos europeos, que ganaban en medio a la estagnación de sus países, estos a su vez, prestaban para los países latinoamericanos, que se enrollaran en una deuda creciente. Brasil y México fueron ejemplo magistrales. El sueño de Geisel, dictador militar brasileño, era mantener la estrategia de desarrollismo – que tenía más inversiones que el actual neodesarrollismo liberal lulista – y crear capacidad de oferta para poder pagar la deuda. Pero no había demanda suficiente y los costos crecían. El petróleo se volvió una mercancía financiera y fue a las alturas.

Ha llegado el segundo choque del petróleo y las deudas se hicieran imposibles de pagar. El calote se hizo más necesario que una pauta política. Efectos en cadena, más crisis, se han configurado una economía basada en la especulación para hacer ganancia.

Ahora la situación es peor. Los árabes con sus petrodólares no tienen dinero para prestar. Los banqueros también están en quiebra y las deudas de la Tríada – EUA, Japón y Europa – son monstruosas. Ni es necesario decir que esta Tríada controla una cantidad enorme de capital y dinero – más que los BRIC juntos – y que su calote es una bomba peor que de una institución financiera como la Leman Brothers.

Estos países jugarán todas sus fichas para poder salvar las ganancias de sus capitalistas, en la ilusión de que pueden salir de la crisis. Los Estados Unidos gastarán el 81,1% del PIB con soporte al sector financiero (compra de títulos podridos de los bancos, préstamos, entre otros) y el 5,5% con estímulos gubernamentales (inversiones del gobierno, subsidios al desempleado, etc.), o sea, los banqueros fueron salvadps en vez de la salud y de lo que perdieron sus casas. Reino Unido ha gastado por su vez el 81,7% y 1,9%. Alemania el 22,2% y 3,6%. Irlanda la amenazada de ahora el 266,4% con las finanzas.

Por otro lado, la tasa de interés fue hecha polvo, en la zona del euro de 4% en julio de 2007 para 1%[i] en mayo de 2009, o sea, no existe tanta recompensa para préstamos de dinero. Un calote de los primos pobres europeos – los españoles han llegando cerca del abismo, y hacen parte de la supuesta elite europea – aumentaría la tasa de interés internacional, consecuentemente impactaría negativamente la producción y acumulación de ganancia industrial.

¿Donde aparecerá el dinero para pagar los préstamos? ¿Los irlandeses y griegos confían en la Alemania endeudada, y quien le salvará? Los europeos confían en sus exportaciones, bien como los chinos y brasileños. ¿Pero quien importará? Pues, quien vende acumula y quien compra se endeuda. ¿Será que los BRIC tendrán tanta capacidad de salvar la economía?

Brasil es el primo rico de la América Latina. La bolsa de valores brasileña (BOVESPA) ha alcanzado más de 69.000 puntos en el final del año pasado y el real se ha valorado, $ 1,00 dólar pasó a comprar R$ 1,75 de real (moneda brasileña). Los especuladores especularán (perdón por la redundancia) y ha entrado dinero. Pero ahora ellos quieren cobrar su parte del pastel. La burbuja tiende a explotar. La bolsa brasileña bajó hasta cerca de los 61.400 puntos en el comienzo de febrero. El dólar volvió a subir, el real perdió cerca de 10 centavos de valor (el cambio está cerca de R$ 1,85), lo que es bastante para un especulador que invierte millones en activos brasileños. En medio a las alzas y bajas, la burbuja amenaza estallar. Las inversiones brasileñas (compra de equipamientos, máquinas entre otros) no subieron y el tamaño de nuestra deuda no es envidiable; el 68,5% del PIB (Deuda Bruta)

¿Quien salvará a quien? Los Estados Unidos tienen una deuda bruta estimada en 84,8% del PIB. La Alemania 78,7%  y el Japón 218,6%[ii]. Ellos dependen de sus exportaciones y el acumulo interno para poder pagarlas. China quiere volver su economía hacia las exportaciones. Brasil también. El proteccionismo corre suelto.

La euforia del “fin de la tempestad” se mantiene entre aquellos que fallarán en predecir el caos. El desempleo en los Estados Unidos alcanzó el 10%, con ayuda financiera, las empresas pudieran pagar más dividendos, o sea, el crecimiento de la ganancia es más ficción que real, sin sostenibilidad en el crecimiento de las ventas y producción. En Brasil las exportaciones de soja para China y el consumo de carros y de alimento han ayudado a no dejar la pelota caer. Pero en los últimos meses los inversionistas tienen sacado el dinero de la economía y la importación ha aumentado. ¿Será que la China de un supuesto Partido Comunista podrá salvar el capitalismo? Cabe esperar y ver. Sin más especulaciones. El equilibrio es lo menos que podamos vislumbrar. El desequilibrio es regla. ¿Será que no vendrá un tsunami después del terremoto? Solamente ronda un fantasma en el aire. Tiene una cara fea, lejos de aquella de ropa roja de fines de siglo XIX.

Venancio de Oliveira es economista brasileño, trabaja cerca de comunidades indigenas en Guatemala.

Notas:

[i] Lo datos de gasto con estímulo gubernamentales y con soporte financiero en relación al PIB y de la tasa de interés tienen como fuente: UNCTAD TRADE AND DEVELOPMENT REPORT,  2009. Sacados de la “sinopse internacional do BNDES, setembro de 2009, www.bndes.gov.br/conhecimento/publicacoes/catalogo/sinopse_int l .asp.”
[ii] Fuente de datos de la deuda bruta en relación al PIB: FMI. Los datos pueden cambiar de acuerdo con la publicación de los Bancos Centrales de los respectivos países.

Publicado originalmente en el sitio brasileño “Correio da cidadania»  (www.correiocidadania.com.br)