Pedro Blas García*- Prensa Latina

 

14-12-13.- La historia de Buda, cuyos seguidores en el mundo sobrepasan los 500 millones, parece definitivamente establecida a partir del siglo VI antes de la era cristiana luego de exhaustivas investigaciones científicas en Lumbini, apartada localidad a 265 kilómetros de Katmandú, la capital de Nepal. El descubrimiento de vestigios en una estructura de madera colocada debajo del templo de Maya Devi, madre de Siddartha Gautama, luego Buda, pone fin a la larga e histórica controversia sobre su nacimiento, objeto de diversas teorías y especulaciones basadas fundamentalmente en la tradición oral.

Por espacio de tres años, un equipo científico internacional laboró en el sitio mencionado con el financiamiento de los gobiernos de Japón y Nepal, las universidades británicas de Durham y Stirling y el Fondo Mundial para la Exploración, de Estados Unidos.

Kosh Prasad Acharya, arqueólogo nepalés, precisó al respecto que los restos fueron examinados con técnicas de radiocarbono y luminiscencia óptica, las cuales confirmaron la veracidad del hallazgo y del nacimiento de Buda (563- 486, antes de nuestra era).

Otro experto, el británico Robin Coningham, también integrante del grupo, dijo que el descubrimiento aporta «nuevos elementos a un debate muy viejo» porque se lograron pruebas de que ese es el santuario budista más antiguo del mundo.

Lumbini fue delarada Patrimonio de la Humanidad en 1997 por decisión de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco).

UN POCO DE HISTORIA

El área de Lumbini, redescubierta en 1896 tras años de abandono en medio de la selva, es sitio de continua peregrinación de miles de budistas nepaleses y de todo el mundo, además de turistas, mientras que las construcciones del templo están dispersas por cuatro kilómetros cuadrados y una exterior de 20 kilómetros.

Posteriormente, en 1978, se comenzó un vasto programa de restauración en un proyecto auspiciado por el entonces gobierno nepalí y las Naciones Unidas sobre la base de una propuesta del especialista japonés Kenzo Tange.

Luego de años de continuo deterioro, dicho programa es ahora objeto de sumo interés, reconocido incluso por el ministro nepalés de Cultura, Ram Kumar Shresth, quien afirmó que el descubrimiento es muy importante para comprender el sitio de nacimiento de Buda, además de promover una mayor ayuda oficial.

En igual sentido se pronunció la directora general de la Unesco, Irina Bokova, la cual pidió que se realicen más investigaciones arqueológicas, se intensifiquen las tareas de conservación y se refuerce la administración local, así como invitó a una buena parte de los expertos participantes a integrarse a ese nuevo trabajo.

El consenso al respecto existe porque la continuidad que ilustran los vestigios hallados refleja el desarrollo del budismo, que comenzó como un culto local para expandirse por todo el mundo.

Con una población de cerca de 30 millones de habitantes, Nepal sigue siendo en la historia, centro de recopilación histórica y científica del budismo.

LAS TECNICAS EMPLEADAS

Nepal, un país sin costas, y donde se ubica la mayor cadena montañosa del planeta: los Himalayas, es lugar de persistentes investigaciones arqueológicas, la cuales han dado como resultado no solamente los descubrimientos en Lumbini sino en sitios de relevancia como los parques nacionales de Sagarmatha y Chitwan, también declarados Patrimonio de la Humanidad en 1979 y 1984, respectivamente.

En cada uno de esos sitios, los arqueólogos y científicos han tenido que trabajar entre ruinas mal conservadas, de reconocida antigüedad y en medio de un constante fluir de peregrinos y monjes.

Dicha labor de conjunto con científicos y autoridades nepalesas, ha empleado técnicas de avanzada como las pruebas de carbono y luminiscencia óptica, las cuales se revierten en que un solo día de trabajo de campo requiere al menos, otros tres de pruebas y clasificaciones en laboratorios.

La arqueología, una ciencia auxiliar de la historia como suelen calificarla los expertos, confirmó en el templo de Maya Devi que los descubrimientos y trazados al respecto coinciden con los relatos sobre Buda, destacó en un informe final la Unesco.

En Lumbini, como en otros lugares muy antiguos, se delimitaron espacios que han permanecido siempre abiertos a los elementos y nunca estuvieron cubiertos por techos, lo que exigió un extremo trabajo de precisión y esfuerzos de los especialistas.

Luego de las pruebas realizadas, los vestigios en esa localidad exigen ahora un riguroso trabajo de lavado, descripción, catalogación, fotografía y dibujos, y deben ser expresados como fuente de consulta y demostración científica, en una base de datos, para lo cual el actual Gobierno de Nepal requiere del apoyo y respaldo de las Naciones Unidas y de instituciones científicas internacionales.

* Jefe de la Redacción Asia y Oceanía de Prensa Latina