Marina Costa
La correspondencia privada de las personas es inviolable. Pero, en caso que se sospeche que hemos cometido un delito y solo mediante una orden judicial, podría intervenirse nuestra correspondencia. Ha sido receptado por nuestra Constitución Nacional. Además de lo dispuesto con respecto a la correspondencia epistolar (art. 18 de la Const. Nac.), nuestra ley fundamental receptó el bien llamado principio de reserva (art. 19 C.N) “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. Estas garantías, han sido tomadas de otras constituciones, de los llamados “países que se titulan democráticos y defensores de las garantías individuales”.
Estados Unidos, que se las da de gran democrático (aunque sean como los curas: “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”) también consagra estas garantías a través de sus enmiendas. No les importa en lo más mínimo respetar estas garantías. Y este irrespeto, empieza por casa y se extiende avasallando la soberanía de los pueblos.
El derecho ha decidido proteger la intimidad de las personas. Por eso se otorga a la privacidad la casi absoluta protección, por ello, “nuestros actos privados”, son completamente ajenos al ojo de los extraños, terceros y gobiernos.
Así, basado en el principio de reserva (art. 19 de la Const. Nac) es que se ha determinado (en la argentina) que la tenencia de drogas para el consumo no es delito. Y sin entrar en una discusión- sobre el tema de las drogas- se permite que se tengan drogas para el consumo y “no nos interesa”, pero no se nos permite mantener la privacidad de nuestras comunicaciones.- Pero claro, si estamos drogados, nos cuesta pensar más.-
¿Qué son los mails? Sino nuestra correspondencia privada. ¿Qué interés, pueden tener en lo que nos decimos vía mail? Si no son más que nuestras acciones privadas. A pesar de ello “el gran hermano nos espía”. La NSA, interviene todas nuestras cuentas de mails, todo lo que se escribe en facebook, twitter y otros.-
Pero claro, el mundo actual es vouyerista, nos gusta mirar lo que hacen los otros, y a otros nos gusta publicar para que los otros sepan, eso nos da un cierto status.
No podemos negar, que la comunicación que se ha generado a través del uso de la Internet, nos ha permitido grandes avances, acceso a información, etc.- Pero no debemos olvidar, que también: con el pretexto de socializarnos, nos insocializamos más, parecería que solo nos podemos relacionar si es a través de la compu y por el perfil de facebook o de twitter. En la mayoría de los lugares donde voy (negocios, cajas de supermercados) las personas tienen abierto el facebook. Me ha pasado de estar en una caja y que me hagan esperar, pues están leyendo algo “muy importante”.
Esto exclusivamente es útil, a los fines de hacernos pensar cada vez menos, que nos juntemos menos y hablemos de las cosas que “realmente importan”; pero lo que es mucho peor, a través de toda la intervención que se hacen sobre nuestras comunicaciones (con el supuesto pretexto de la seguridad y la prevención de delitos y actos terroristas) analizan nuestro perfil y pueden conocer desde que lugar es más factible convencernos, doblegarnos y colonizarnos.-
Como dice una amiga mía: basta de contacto cibernético. Creemos consciencia, y empecemos por hacerlo nosotros. Aprendamos a conservar y preservar nuestra intimidad.- Hay que animarse a soltar y saltar…