Agencias

El Gobierno de coalición holandés del primer ministro Jan Peter Balkenende se disolvió el sábado cuando los dos principales partidos no lograron alcanzar un acuerdo sobre si retirar o no este año las tropas desplegadas en Afganistán, tal y como estaba previsto.

La caída del Gobierno, a dos días del tercer aniversario de la coalición, prácticamente garantiza que los 2.000 soldados holandeses regresarán a casa este año y a la larga provocará nuevas elecciones parlamentarias.

La disolución del Gobierno, la cuarta de un gabinete liderado por Balkenende en ocho años, pone en duda los planeados recortes presupuestarios del próximo año, en un momento en el que la economía holandesa se esfuerza por salir de la crisis financiera mundial.

«Lamentablemente noto que ya no hay un camino fructífero para que los Demócrata Cristianos, el Partido Laborista y la Unión Cristiana sigan adelante», dijo a los periodistas Balkenende, quien lidera a los democristianos, de centro derecha.

La caída del Gobierno se produjo después de más de 15 horas de negociaciones que se extendieron hasta la madrugada de este sábado.

Balkenende quería ampliar el despliegue de tropas holandesas en la misión liderada por la OTAN en Afganistán más allá del plazo de agosto, pero el Partido Laborista del viceprimer ministro Wouter Bos se opuso a cualquier extensión.

La OTAN ha pedido a Holanda, uno de los 10 principales países que contribuyen a la misión, que investigue la posibilidad de permanecer más tiempo en Afganistán mientras intenta aumentar sus esfuerzos para frenar a la insurgencia de los talibanes.

Las elecciones parlamentarias podrían celebrarse como pronto a mitad de año, pero serían seguidas de meses de negociaciones entre partidos para formar un nuevo Gobierno.

La formación de un nuevo Gobierno podría ser difícil, ya que los sondeos de opinión sugieren que se podrían necesitar cuatro o cinco partidos para conseguir una coalición mayoritaria en el Parlamento de 150 miembros.    

El derechista Geert Wilders, del Partido Libertad, que ha pedido el regreso de la misión en Afganistán, podría ser el gran ganador de las próximas elecciones.

Algunos sondeos de opinión apuntan a que el Partido Libertad, que ha hecho una campaña en contra de la inmigración, podría convertirse en la segunda mayor fuerza en el Parlamento.

Los laboristas podrían recuperar parte del necesario respaldo electoral por su postura respecto a Afganistán, pero eso no podría ser suficiente para formar una coalición de izquierda.

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