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Haití debe comenzar su refundación de inmediato y “con lo que tenga a mano”, incluso antes de que la comunidad internacional se ponga de acuerdo con un plan, o de lo contrario se agravará la frágil situación económica y política, advirtió hoy en Santo Domingo el primer ministro Jean-Max Bellerive.

“La refundación tiene que empezar hoy mismo”, destacó el jefe del gobierno haitiano al participar en un encuentro con el presidente dominicano, Leonel Fernández, y varios funcionarios de este país para esbozar el plan de desarrollo que presentará a la comunidad internacional en la cumbre del 31 de marzo próximo en la sede de Naciones Unidas.

Bellerive subrayó que además del socorro humanitario para los más de 1,2 millones de damnificados que aún viven en improvisadas carpas, “tenemos que consolidar los esfuerzos por la democracia en Haití, que tiene que estar a la par con el relanzamiento económico” que surgirá con la ayuda internacional.

El funcionario encabezó este sábado la delegación de su gobierno que se reunió con Fernández, con el ministro de Economía de República Dominicana, Temístocles Montás, y con otros miembros del gabinete para comenzar el diseño de un proyecto de desarrollo para Haití, luego del terremoto que destruyó Puerto Príncipe el 12 de enero pasado.

Bellerive, quien apenas tenía dos meses y un día en el puesto cuando el sismo devastó el país, advirtió que de no comenzar la reconstrucción y la refundación de las instituciones se reeditarán viejos problemas sociales, económicos y políticos, que agravarían la deteriorada situación.

 

Como prioridad, recordó, se deben buscar alternativas para alojar a los 1,2 millones de damnificados que al perder sus casas crearon espontáneamente unos 500 albergues a la intemperie, los cuales se extienden por todo Puerto Príncipe sin agua, sin energía eléctrica y servicios sanitarios.

Y aunque asegura que, pese a la devastación el Estado pagó los salarios de enero a los empleados del gobierno, “si seguimos en esta situación vamos a tener inflación y todos los problemas que conlleva la pérdida del control de las normas macroeconómicas, generando problemas sociales y políticos”.

Según narró, debido a la parálisis de la producción y a la desaparición de varias instituciones públicas, las recaudaciones fiscales durante enero representaron apenas el 10 por ciento de lo proyectado, lo que equivale sólo al 50 por ciento de la nómina de la administración pública.

El jefe de gobierno había advertido apenas la semana pasada que debido al terremoto de 7,0 grados en la escala de Richter, “en 30 segundos se destruyó 60 por ciento del Producto Interno Bruto de Haití”, que con un ingreso per capita de 580 dólares anuales ya era la nación más pobre de América.

Según las estadísticas difundidas esta semana en Puerto Príncipe por el propio Bellerive, el sismo dejó al menos 217.000 muertos y 300.000 heridos.

Para el ministro de Economía de República Dominicana afirmó que “ni Haití ni nosotros podemos darnos el lujo de dejar que el tiempo pase y que no haya una respuesta rápida de la comunidad internacional para iniciar la refundación de Haití”.

Al recordar las experiencias vividas como consecuencia de otras tragedias naturales, como la migración de los nicarag enses tras el terremoto de 1972, Montás indicó que en el caso de Haití, “un retraso en la reconstrucción causaría, además de migraciones masivas, problemas políticos y económicos”.

Por ello subrayó la necesidad de que en dos o tres meses se pueda tener algo concreto para que comience la fase de reconstrucción y que se pueda emprender un programa masivo de construcción de viviendas para los damnificados.

Las propuestas surgidas del encuentro de este sábado serán revisadas por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y la Unión Europea durante la reunión que se celebrará del 17 al 18 de marzo en Santo Domingo, previa a la cumbre del 31 de marzo en Naciones Unidas.

Bellerive explicó que se acordó adelantar el encuentro al 17 y 18 de marzo, previsto originalmente para el 14 de abril, porque algunos gobiernos entendieron que había que actuar lo antes posible, además de que Brasil y la Unión Europea no podían asistir en esa fecha.