07-10-13.-El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, calificó el domingo como “legal y apropiada” la captura en Trípoli del ciudadano Nazih al-Ragye, conocido como Abu Anas al-Libi, por las fuerzas especiales norteamericanas debido a su presunta participación en los atentados contra las embajadas de EE.UU. en Tanzania y Kenia en 1998.
 

Tras las explicaciones exigidas por las autoridades libias acerca de esta detención, el alto funcionario estadounidense prometió que Al-Ragye será procesado, sin embargo, se negó a precisar si el Gobierno de Trípoli fue informado de antemano o no.

La familia del presunto líder de Al-Qaeda, detenido el sábado, condenó el hecho y lo tachó de “piratería”.

Kerry justificó el intervencionismo de los EE. UU. desde la isla indonesia de Bali donde asiste, como representante del presidente Barack Obama, al Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).

No es la primera vez que EE. UU. captura o asesina a líderes de grupos terroristas en terceros países, y sin informar a las autoridades correspondientes previamente.

Las fuerzas especiales de la Marina de EE.UU. (Navy SEAL) realizaron otra operación contra un líder de Al Shabaab en la ciudad sueña de Barawe, sita en el sur de Somalia. Según el grupo, el ataque fue un fiasco.

En mayo de 2011, EE. UU. perpetró el asesinato del exlíder de Al-Qaeda Osama Bin Laden en la ciudad de Abbottabad, cercana a Islamabad, capital paquistaní, cuando su detención y posterior enjuiciamiento hubiera sido la decisión correcta desde la lógica de la democracia y los derechos humanos que EE. UU. dice defender.