7 de septiembre de 2013.- La esposa y dos hijas del popular cantante folclórico Víctor Jara que fue torturado y ejecutado en Chile días después del Golpe de Estado en 1973 presentaron una demanda en un tribunal federal de Estados Unidos contra un exoficial militar chileno – ahora ciudadano estadounidense – al que acusan de perpetrar el asesinato.
La demanda civil, presentada el miércoles en Jacksonville, Florida, es un intento de la familia de Víctor Jara por llevar al exteniente del Ejército chileno Pedro Barrientos a la justicia en Estados Unidos bajo dos leyes que permiten a los tribunales del país norteamericano escuchar alegatos de violaciones de derechos humanos cometidas en otras naciones.
El año pasado, fiscales en Chile acusaron a Barrientos y a otro oficial de matar a Jara y nombraron a otros seis cómplices. Cuatro oficiales militares retirados fueron detenidos en relación con el caso.
Jara estuvo entre los miles de partidarios políticos del presidente de izquierda Salvador Allende ejecutados por el Ejército cuando el dictador chileno Augusto Pinochet trató de afianzar su poder tras el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Su muerte se convirtió en un símbolo de los abusos a los derechos humanos del régimen de Pinochet.
Barrientos, quien se mudó a Estados Unidos después de que Pinochet abandonara el poder en 1990 y actualmente vive en Florida, ha negado haber tenido un papel en la muerte de Jara. El Tribunal Supremo chileno aprobó una petición de extradición en su contra que aún no es enviada a las autoridades estadounidenses.
La demanda alega que Barrientos torturó y ejecutó a Jara en un estadio deportivo 40 años atrás.
La demanda respecto a Jara, entre cuyas canciones se encuentra «El derecho de vivir en paz», se produce mientras Chile encara con dificultad el legado del golpe militar a pocos días de su cuadragésimo aniversario.
Más de 3.000 personas fueron secuestradas y asesinadas durante el régimen de Pinochet entre 1973 y 1990. Otras 28.000 personas habrían sido torturadas durante la dictadura.
Barrientos recibió la demanda en su casa en Deltona, Florida, el miércoles por la noche, acorde a la firma legal de interés público Center for Justice and Accountability en San Francisco, que asiste a la familia Jara.
En declaraciones a la televisión chilena el año pasado, Barrientos dijo que no tiene planes de volver a Chile a hacer frente a los cargos. «Definitivamente no voy a volver», afirmó.
Según testigos, Jara fue torturado por varios días – sus manos destrozadas con la culata de un revólver – antes de ser acribillado. Su cuerpo fue encontrado cerca de un cementerio tres días después.
La demanda afirma que Barrientos ordenó a soldados a su cargo torturar a Jara, quien fue llevado a una habitación bajo llave en un subterráneo en un estadio de Santiago que fue utilizado como centro de detención.
Después de que Jara fuera brutalmente golpeado, Barrientos jugó varias rondas de ruleta rusa con una pistola apuntada a la nuca de Jara, indica la demanda.
«Barrientos cargó una bala en la cámara de su pistola, la hizo girar y jaló el gatillo, sabiendo que cada disparo podría ser letal», decía.
Posteriormente Barrientos disparó a Jara «en la nuca a quemarropa», agregó. Después les dijo a cinco reclutas militares bajo su mando que dispararan reiteradamente al cuerpo de Jara, agregó la demanda.