Henry Escalante
Dos años en guerra contra los mercenarios financiados y armados por EEUU, Arabia Saudita, Israel, Turquía y Gran Bretaña, han conllevado al fortalecimiento del liderazgo del presidente Sirio, Bashar al-Assad, quien, con su ejército patriótico, viene derrotando las fuerzas enemigas de la Patria Siria y la paz mundial. Es, en ese punto, y es importante resaltar tal hecho, que el imperialismo y sus fuerzas aliadas se plantean revertir la derrota que, ya comenzaba a pesarles sobre sus espaldas, una más, que los pueblos del medio oriente le asestaban al imperialismo agresor; ya que, todavía no dejan de retumbar los tambores, de la retirada de sus tropas de Irak y Afganistán. La intervención militar actual, la plantea el vocero de la guerra y premio “nobel de la paz”, Barack Obama, con el fin de voltear la tortilla, destruir infraestructura militar del pueblo sirio, debilitar sus defensas anti aéreas y terrestres, en fin, facilitar la actuación de sus mercenarios en tierra firme, quienes en una actuación muy propia de los bárbaros practican la política de tierra arrasada, acabando con todo aquello que apoye al gobierno legítimo sirio. Ya algo de eso, lo vimos en territorio libio, donde las bandas de terroristas de Al Qeda, las mismas que hoy actúan en Siria, arrasaban con todo vestigio de la otrora Revolución Verde que tanto proclamara el líder Libio, Muammar Gadaffi. Los resultados de la intervención imperial en ese país, Libia, lo tenemos a la vista: guerra civil, ingobernabilidad, inseguridad, refugiados, la vuelta de políticas neoliberales, hambreadoras de los pueblos, cero democracia. En fin, un país fragmentado en tribus, sin un gobierno que garantice la unidad nacional, sin duda, un territorio sin Estado, sin ejército, sin nada que garantice su unidad territorial, un país ideal para que el imperialismo haga y deshaga de sus riquezas, petrolíferas y acuáticas. Algo como eso, quieren convertir ahora a Siria.
Lenin, quien estudio a profundidad al imperialismo, nos ilustra desde una perspectiva revolucionaria nuestros análisis sobre las guerras imperialistas: “Los socialistas han condenado siempre las guerras entre los pueblos como algo bárbaro y feroz. Pero nuestra actitud ante la guerra es distinta, por principio, de la que asumen los pacifistas burgueses (partidarios y propagandistas de la paz) y los anarquistas. Nos distinguimos de los primeros en que comprendemos el lazo inevitable que une las guerras con la lucha de clases en el interior del país, y en que comprendemos que no se puede suprimir las guerras sin suprimir antes las clases y sin instaurar el socialismo; también en que reconocemos plenamente la legitimidad, el carácter progresista y la necesidad de las guerras civiles, es decir, de las guerras de la clase oprimida contra la clase opresora, de los esclavos contra los esclavistas, de los campesinos siervos contra los terratenientes y de los obreros asalariados contra la burguesía. Nosotros, los marxistas, diferimos tanto de los pacifistas como de los anarquistas en que reconocemos la necesidad de estudiar históricamente (desde el punto de vista del materialismo dialéctico de Marx) cada guerra en particular”. (El Socialismo y la Guerra, V. I. Lenin, julio-agosto 1915). No se equivocó Lenin en su definición histórica: “El imperialismo es el capitalismo llegado a un estadio de desarrollo en el que se ha afirmado la dominación de los monopolios y del capital financiero, en el que el reparto del mundo ha comenzado entre los trusts internacionales, y en el que se ha terminado el reparto de todo el territorio del globo entre los mayores países capitalistas”. (La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Prefacio, Obras Completas de V.I. Lenin, tomo 28).
Definir el carácter de la guerra es crucial para poder definir posición ante uno u otro bando en confrontación. Ya, con motivo de la genocida guerra contra el pueblo de Irak, era claro que el objetivo del imperio de EEUU se concentraba en el petróleo, habida cuenta que, siendo la principal potencia del planeta sus necesidades de energía se hacen cada día más imperiosas. Para apropiarse de las riquezas del pueblo iraquí, las fuerzas imperiales acudieron a los mismos argumentos que hoy emplean contra el gobierno y el pueblo sirio: las armas de destrucción masiva ayer, hoy las armas químicas. La tendencia decreciente en la obtención de nuevos yacimientos petrolíferos, impacienta la sed de petróleo y energía de los factores de gobierno del imperio: las transnacionales y el complejo industrial militar, quienes son, en definitiva, los que definen la política exterior norteamericana.
La guerra que comanda Estados Unidos y que, a diferencia de Irak y Libia, solo ha logrado el apoyo de Israel, Turquía, Arabia Saudita, Qtar y Francia, es “…imperialista y no imperial en el sentido que Negri le asigna a ese término, ya que no enfrenta a fuerzas pertenecientes a un mismo capital transnacional. Los marines actúan al servicio de Texaco y Exxon y no en favor de un «capital global» indiscriminado y desterritorializado. Su acción confirma que las fronteras y las naciones no se han disuelto y que los grupos capitalistas continúan rivalizando bajo la protección de sus estados”. (El Debut del Nuevo Imperialismo, Claudio Katz). Tan igual que Bush, hoy Obama es objeto de repudio en todo el planeta, por esa pretensión de bombardear al pueblo sirio. Lejos de lograr consensos como sucediera en tiempos de Bush y su guerra contra el terrorismo, esta nueva aventura militar imperialista ha logrado consolidar nuevos bloques de oposición a su política de hegemonía planetaria. Rusia, China y Unasur, se han constituido en referentes importantes para una población mundial que reclama PAZ y no más guerras. El llamado mundo multipolar que, tanto nos hablara nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez.
Su discurso ante las Naciones Unidas en septiembre de 2011, es por demás premonitorio de los hechos que ocurren en la actualidad: “Dirijo estas palabras a la Asamblea General de las Naciones Unidas, a este gran foro donde se encuentran representados todos los pueblos de la tierra, para expresar las verdades de la Venezuela bolivariana y reafirmar nuestro compromiso irrenunciable con la justicia y la igualdad, esto es, con la paz. La paz, la paz, la paz… No buscamos la paz de los cementerios, como decía Kant con ironía, sino una paz asentada en el más celoso respeto al derecho internacional. Lamentablemente, la ONU, a lo largo de toda su historia, en lugar de sumar y multiplicar esfuerzos por la paz entre las Naciones, termina avalando -unas veces, por acción y, otras, por omisión- las más despiadadas injusticias. Siempre hay que recordar que el Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, se habla de salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra… Pura letra muerta. Desde 1945 para acá, las guerras no han hecho sino crecer y multiplicarse inexorablemente. Veamos, una vez más, hacia Libia destruida y ensangrentada por voluntad de los poderosos de este mundo. Quiero hacer un llamado a la reflexión a los gobiernos del mundo: desde el 11 de septiembre de 2001, comenzó una nueva guerra imperialista que no tiene precedentes históricos: una guerra permanente, a perpetuidad. Debemos mirar de frente la aterradora realidad del mundo en que vivimos. Necesario es formular un conjunto de inquietudes a partir de los peligros y las amenazas que nos acechan: ¿por qué Estados Unidos es el único país que siembra el planeta con bases militares?; ¿a qué le teme para tener tan escalofriante presupuesto destinado a aumentar cada vez más su poderío militar?; ¿por qué ha desencadenado tantas guerras, violando la soberanía de otras naciones que tienen los mismos derechos sobre sus destinos?; ¿cómo hacer valer el derecho internacional contra su insensata aspiración de hegemonizar militarmente al mundo en garantía de fuentes energéticas para sostener su modelo depredador y consumista?; ¿por qué la ONU no hace nada para detener a Washington? Si respondiéramos, con absoluta sinceridad, a estas interrogantes, comprenderíamos que el imperio se ha adjudicado el papel de juez del mundo, sin que nadie le haya otorgado tal responsabilidad, y que, por tanto, la guerra imperialista nos amenaza a todos. Washington sabe que el mundo multipolar es ya una realidad irreversible. Su estrategia consiste en detener, a toda costa, el ascenso sostenido de un conjunto de países emergentes, negociando grandes intereses, con sus socios y secuaces, para darle a la multipolaridad el rumbo que el imperio quiera. Pero esto no es todo: se trata de una reconfiguración del mundo que se sustenta en la hegemonía militar yanqui. La humanidad se está enfrentando a la amenaza cierta de la guerra permanente. En cualquier escenario, y Libia lo demuestra, el imperio está dispuesto a crear las condiciones políticas para ir a la guerra. En la visión imperial del mundo, se está invirtiendo el célebre axioma de Clausewitz: la política es la continuación de la guerra por otros medios. ¿Qué hay en el trasfondo de este nuevo Armageddon?: el poder omnímodo de la cúpula militar-financiera que está destruyendo al mundo para acumular cada vez más ganancias; la cúpula militar-financiera que está subordinando, de facto, a un conjunto, cada vez más grande, de Estados. Téngase en cuenta que el modo de existir del capital financiero es la guerra: la guerra que arruina a los más, enriquece, hasta lo impensable, a unos pocos. En lo inmediato existe una gravísima amenaza para la paz mundial: el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, que comenzó en Libia, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista, hoy en crisis estructural, pero sin ponerle ninguna clase de límites a su voracidad consumista y destructiva. El caso de Libia debe alertarnos sobre la pretensión de implementar un nuevo formato imperial de coloniaje: el del intervencionismo militar avalado por los órganos antidemocráticos de las Naciones Unidas y justificado en base a mentiras mediáticas prefabricadas…” (Carta Dirigida a las Naciones Unidas instándolas a la Constitución de una Gran Alianza por la Paz del Presidente Hugo Chávez, Leída por el Canciller Nicolás Maduro, 27-09-2011).
Hoy, podemos palpar esa Gran Alianza por la Paz en las decisiones de países como China, Rusia y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), quienes se les han plantado a la gran potencia imperialista negándole su apoyo en el Consejo de Seguridad de la ONU a su pretensión de bombardear el pueblo sirio, masacrarlo y someterlo a sus dictámenes, bajo el burdo argumento de haber empleado armas químicas contra el pueblo sirio; sí, ese mismo que, ahora pretenden bombardear. Más aún, cuando los propios actores que utilizaron esas armas, la oposición siria, no ha tenido empacho en reconocer que sí, fueron ellos quienes lo hicieron y así lo han manifestado a corresponsales de las agencias imperiales que actúan en Siria: “En una declaración a la corresponsal de la agencia Associated Press, Dale Gavlak, mercenarios sirios de Goutha, en los suburbios de Damasco, admitieron su responsabilidad en el ataque perpetrado con armas químicas el pasado 21 de agosto, suceso en el que perdieron la vida al menos mil 300 personas, señalaron que el «accidente» se produjo por el mal manejo de las armas químicas que les proporciona Arabia Saudita”. Así ha quedado constatado también, en reciente declaración de uno de los líderes de la oposición extremista siria: “El insurgente, Nadim Balush, es miembro de un grupo rebelde denominado ‘Riyadh Al Abdin’, que actúa en el área de Latakia, noroeste de Siria, informa el portal ‘Infowars’. (…) Balush menciona «productos químicos que producen gases letales y mortales que yo poseo».»Decidimos hacerles daño a través de sus mujeres y niños», cuenta el rebelde, y reflexiona sobre si es aceptable dañar a mujeres y niños. (…) «Vamos a matar a sus mujeres y niños, como el jeque Osama bin Laden dijo, hasta que dejen de matar a nuestras mujeres y niños», concluye el insurgente. Balush cuenta cómo el Ejército sirio se acercaba al área donde se encontraba el grupo rebelde. «Así que se nos ocurrió que esta arma era muy poderosa y efectiva para repelerlos y anunciamos que si se acercaban un metro, no habría límites». «Vamos a atacarlos en sus casas, vamos a convertir su día en noche y la noche en día», advierte Balush. (http://actualidad.rt.com/actualidad/view/104914-video-rebelde-sirio-armas-quimicas).
Esta información, ya fue verificada en sitio por los rusos, quienes después de investigar los hechos, han concluido que: “Tras una exhaustiva investigación llevada a cabo recientemente por Rusia y por sus científicos más concretamente, se ha llegado a la conclusión de que las acusaciones vertidas sobre el gobierno sirio de Bashar al-Assad en el pasado mes de Marzo son falsas y que no se utilizaron armas químicas por parte de este bando en ningún conflicto armado contra la oposición. A esta conclusión se ha llegado después de que los científicos rusos analizaran las huellas de las sustancias empleadas, según ha comunicado el embajador ruso Vitali Churkin ante la ONU. También ha subrayado que “a diferencia de otros informes entregados al secretario general, nuestras pruebas fueron tomadas en el lugar del impacto del proyectil por los peritos rusos en persona. No las entregó un tercero. Los resultados de las pruebas recogidas por nuestros expertos sobre el terreno indican claramente que se empleó gas sarín y hay razones suficientes para creer que fue la oposición la que usó esas armas químicas”. (http://eloccidental.es, 06-09-2013). Con lo cual, se demuestra la falsedad de las acusaciones del presidente Obama contra su colega presidente Bashar al-Assad.
Mucho ha cambiado el mundo después de la era Bush y su política contra el terrorismo, por cierto que, los acusados terroristas de aquel entonces hoy se han transmutado en “luchadores por la libertad”, extraños “libertadores” estos de Al Qeda cuyo líder fundamental: Osama bin Laden, fue objeto de una cacería por fuerzas especiales del imperio de EEUU y asesinado sin piedad en Pakistán: “En un mensaje sin precedente en la administración de Barack Obama, el mandatario dijo que la cooperación con Pakistán ayudó a EU a encontrar a Bin Laden, por lo que finalmente se hizo justicia. «Lo encontramos oculto en un complejo muy oculto en Pakistán, la semana pasada teníamos información para su captura y hacer justicia. Estados Unidos lanzó una operación contra dicho complejo con gran valor y capacidad, después de un tiroteo realizado por un pequeño grupo, se mató a Osama Bin Laden y se capturó su cuerpo», dijo desde la Casa Blanca. (…) “Destacó que la muerte de Osama Bin Laden, no marca el fin de la labor de Estados Unidos, «Al-Qaeda intentará seguir haciendo daño (…) No es una guerra contra el islam, sino contra un asesino en masa». «Su muerte debe ser acogida con gusto por quienes creen por la paz. Es un día histórico, el pueblo estadunidense no escogió esta pelea, llegó a nuestras costas. En noches como esta, debemos decir a las familias de los inocentes que se ha hecho justicia», indicó”. (http://www.excelsior.com.mx/node/733517).
Las posibilidades que las pretensiones guerreristas del premio nobel de la paz, Barack Obama, contra el pueblo Sirio y su gobierno puedan concretarse, dependen en mucho de la firmeza del rechazo de los referentes importantes de Rusia, China y UNASUR, de allí nuestro llamado al Presidente Nicolás Maduro a evidenciar, con mayor vehemencia la exigencia del NO bombardeo del pueblo Sirio por parte de las bandas imperialistas. A no ceder al chantaje de esas mismas bandas terroristas actuantes en territorio patrio, quienes por un lado manifiestan su apoyo abierto al bombardeo del pueblo sirio: “Deberían los trasnochados de este Gobierno irse a Siria a defender al carnicero de al-Assad” (@hcapriles, 31-08-2013, 4:50 pm). Por el otro, procuran invisibilizar el conflicto en aras de minimizar posibles movilizaciones populares contra la carnicería que pretende ejecutar el imperio de EEUU y sus aliados en contra del pueblo sirio: “Durante la rueda de prensa en la sede del partido, el dirigente opositor indicó que el Ejecutivo Nacional debe prestar atención a los problemas que afectan al país. Comentó que supuestamente al Gobierno no le importa “el dolor del pueblo venezolano” y que debe dedicarse a combatir “la grave crisis que tiene Venezuela y no utilizar a Siria, que nadie sabe ni dónde queda, como una excusa frente a la incapacidad que tiene este Gobierno de resolver los problemas”. (Correo del Orinoco, 04-09.2013). Burdo papel éste que le asigna la embajada imperial a sus agentes a nivel planetario de crear “cortinas” sobre los graves problemas que atentan contra la humanidad y que son provocados por su amo, nada extraño tiene que, entre las acciones para el logro de tal objetivo, estuviere trazado el recién apagón que sufriera el país el pasado miércoles 04-09-2013, denunciado por el Gobierno Revolucionario como un acto de sabotaje cuyo objetivo bien pudiera ser retrotraer a los problemas internos la mirada del Presidente Maduro quien es el referente nacional, por mandato constitucional, de la política exterior de la República Bolivariana de Venezuela, referente mundial, gracias a la incansable labor internacionalista desplegada en vida por nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez Frías…