Debilidades y torpezas propias

 

Mario Antunes

 

La derecha internacional y sus aliados nacionales en cada país latinoamericano están realizando una acción desestabilizadora de alta intensidad sobre el gobierno de Cristina Kirchner para debilitar y cortar el acuerdo político y económico que une a Buenos Aires con Caracas con el propósito de debilitar los apoyos al gobierno de Nicolás Maduro, al ser Venezuela el objetivo energético principal del imperio norteamericano.

La estrategia de golpe suave lanzada por los poderes político-económicos concentrados a través de los medios de comunicación privados y la oposición política, que responden a esos poderes, provocó un objetivo erosionante del poder del gobierno de Cristina materializado en las elecciones primarias realizadas el pasado 11 de agosto, preludio de una derrota electoral de las elecciones generales a diputados y senadores, nacionales y provinciales el 27 de octubre próximo.

Esta segunda andanada ( la primera fue la del año 2008 en manos de El Campo y el Parlamento) sobre el gobierno de la presidenta argentina, comenzó en 2012 con las manifestaciones supuestamente espontáneas convocadas desde redes sociales por grupos nacionales e internacionales de derecha controlados por el gobierno de los Estados Unidos a través de las redes de la CIA y la NSA,  facebooks y twiiter: dos proyectos de espionaje masivo financiados por el Pentágono para controlar los pensamientos y las conductas de los ciudadanos con el propósito de influir en la política interna de un determinado país.

Estos métodos utilizados con éxito en otras regiones del mundo están dando sus frutos en Argentina a causa de la debil e ineficiente reacción mediática implementada por los grupos gerenciales comunicacionales designados por la presidenta, y por causa de un sutil trabajo de dominación y blindaje de sectores supuestamente aliados del gobierno a través de medios gráficos y digitales como Tiempo Argentino, Veintitres, Diagonal, Miradas al Sur, Página12 o El Argentino: todos ellos de capitales usa-sionistas quienes amortiguan las noticias críticas contra el Estado de Israel y Estados Unidos utilizando una estrategia de «aliado infiltrado» que no toma partido abiertamente a favor de todos los aspectos desarrollados por la presidenta.

Estos medios sumados a los canales C5N, o canal américa, 9 y 11, que realizan un trabajo similar, son parte de las debilidades comunicacionales del gobierno que no puede contrarrestar así la guerra mediática-política desatada por el «Grupo Clarín» y sus tanques aliados. Todos ellos blindan no solo a candidatos opositores locales, sino también atacan a la revolución bolivariana  resaltando noticias negativas sobre el gobierno de Maduro y ocultando o ensalsando dichos de Capriles, que si bien no publican en la tapa de la edición digital, la envian via tuiiter. Demonizaron además a Hugo Chávez en vida.

Un caso aparte es la Agencia de Noticias Telam controlada durante años por Martín Granovsky, agente del MOSSAD y la CIA, (que hasta hoy posee influencia en los contenidos relacionados con medio oriente y noticias de Israel), y por otro lado canal 7, que desempeña una pobre contrarréplica por impericia o falta de conocimiento de quienes controlan los contenidos de información y la programación general (con excepción de 6-7-8), que a esta altura de la batalla mediática debiera ser un canal abiertamente posicionado en favor del gobierno nacional.

Este debilitamiento interno de la defensa del gobierno de Cristina por parte de «sus medios propios», el ataque a Venezuela y la defensa de Israel y Estados Unidos es el «Talón de Aquiles» en la derrota en las elecciones primarias, enmarcadas en el golpe suave que implosionó al gobierno y las alianzas políticas del Cristina Fernández de Kirchner, dañando a uno de los principales aliados del gobierno de Nicolás Maduro, quien padece a su vez una guerra económica, mediática y política para apoderarse de la mayor reserva mundial de petróleo del Mundo.