Agencia ANDES
2 de septiembre de 2013 – Vender un poco más de frutas, de azúcar y posiblemente queso fresco a cambio de permitir el ingreso de transnacionales a competir con empresas locales es el rostro desenmascarado del Tratado de Libre Comercio en Colombia.
Aquello de las frutas, el azúcar y el queso, lo dijo el ministro de ministro de Comercio del país suramericano, Sergio Díaz-Granados, parte del gabinete del gobierno del presidente Juan Manuel Santos. El mandatario que se ha negado a reconocer la profunda crisis que atraviesa el país, tras varios días de protestas.
El 15 de mayo de 2012 entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos. Desde entonces hasta nuestros días ha venido creciendo una ola de inconformidades que confluyen en el paro campesino iniciado el pasado 19 de agosto.
El saldo negativo del TLC es plausible. Colombia es el país con la tasa más alta de desempleo en la región, con 9,20%, según cifras difundidas en Ecuador por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos; en los primeros siete meses del año, Colombia marca 1,77% de inflación. Ecuador, en el mismo periodo, tiene 0,92% de variación de precios al consumidor final; en tanto que Chile, el llamado referente de desarrollo, tiene 1,09%.
El salario básico de los colombianos es de 589.500 pesos, alrededor de 300 dólares, con una jornada laboral de 48 horas semanales, un día más que en Ecuador, cuyo salario básico es de 318 dólares, más dos sobresueldos.
“El paro nacional agrario es consecuencia del descontento social de la situación calamitosa en la que vive la mayor parte de la población rural en Colombia (…) debido a la firma del TLC que fue diseñado fundamentalmente para favorecer a los capitales extranjeros y a unos cuantos oligarcas nacionales que están asociados a ellos”, dijo Jairo Jurado, miembro de Marcha Patriótica, docente de la Universidad de Nariño y un estudioso del tema agrario.
Con él concuerda el ministro de Desarrollo de Talento Humano, Guillaume Long, quien en su cuenta de la red social Twitter escribió: “Disturbios y paro agrario en Colombia tienen olor a TLC. Campesinos reclaman uso restringido de semillas, importaciones masivas de papas, etc.”.
Ahora el TLC va por el principal producto colombiano: el café. Por estos días , la gigante cafetera estadounidense Starbucks anunció que abrirá sucursales en territorio cafetero. Al igual que otras cadenas locales del país suramericano como Juan Valdez, los cafeteros de gremio empezarán a competir con el gigante estadounidense.
Starbucks ganó 822.5 millones de dólares por ventas de café, en el 2012. Juan Valdez, recién después de ocho años de pérdidas, tuvo su primer año de ganancias en 2012, cuando logró sumar algo más de 600 mil dólares, con 154 tiendas en Colombia. Eso es lo que el TLC pone a competir.
Ante una lógica reacción de descontento del pueblo, el gobierno colombiano ha reprimido con violencia a las manifestaciones que iniciaron de manera pacífica.
“El paro empezó el día 19 de agosto de manera pacífica. Los campesinos con sus justas demandas se ubicaron en diferentes partes del país. Sin embargo, el día martes ya empiezan a haber arremetidas por parte de la policía contra la comida que los campesinos tenían (…) A partir de ahí se han desencadenado una serie de sucesos y la situación en derechos humanos se ha vuelto bastante crítica”, dijo Ángela Navia, defensora de los derechos humanos del sureño departamento de Nariño.
El periodista colombiano de Radio Caracol, Gustavo Gómez Córdova, confirmó a la Agencia Andes que hay lugares, como la capital, Bogotá, en los que los alimentos empiezan a encarecerse y escasear. “Son pocos alimentos los que en estos momentos están agotados o con precios muy altos como la cebolla o la papa, en Bogotá”, dijo.
«En algunas centrales de abasto comienzan a subir los precios, también ha habido derramamiento de leche. Algunos lecheros la han terminado regalando para no perderla, pero aún en Bogotá la situación es controlable. Si en cuestión de cuatro o cinco días no hay un acuerdo, va a haber un gran lío”, agregó el entrevistador radial.
Pero no es solo Colombia la que ha sufrido los efectos del TLC. En Perú, un ejemplo de afectación del libre comercio con Estados Unidos se observa en la reducción de velocidad en el desarrollo de su industria textil, tomando en cuenta que ese país es uno de los principales productores de algodón de la región. El TLC está asociado a la disminución de la generación de productos con valor agregado y nuevamente el país suramericano se concentra en exportar solo materia prima.
México ha perdido su soberanía alimentaria en lo referente al maíz y concentra altos niveles de pobreza en el campesinado que migra a los EE.UU a trabajar en parcelas de maíz. Son migrantes que antes trabajaban en sus propias tierras, cosechando el producto.
El gobierno de Ecuador ha negado la posibilidad de firmar TLC con cualquier bloque o país, en cambio ha propuestos acuerdos de desarrollo que analiza sector por sector si el mercado es complementario o competitivo; negocia, por ejemplo, si empresas foráneas podrán participar en el sistema de compras públicas, pero Ecuador antepone un colchón para seguir promoviendo la compra a sus pequeños y medianos emprendedores.