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Traunstein, Alemania. – Cuatro jubilados de la ciudad alemana de Traunstein enfrentan un juicio por haber secuestrado a su asesor financiero, al que culpaban de la pérdida de sus ahorros en inversiones malogradas por la crisis financiera mundial.

Los dos matrimonios y un cómplice retuvieron al asesor en junio de 2009 en el sótano de una casa y le exigieron la devolución de casi 2,5 millones de euros (3,4 millones de dólares) perdidos. La víctima, de 56 años, fue liberada por un comando especial de la policía tres días más tarde, citó DPA.

Los acusados han confesado su culpa. Según la fiscalía, maniataron al asesor en el apartamento de éste y le taparon con cinta adhesiva la boca y un orificio nasal. Lo metieron en una caja que transportaron en el baúl de un automóvil. También le pegaron cuando en un alto en el caminio intentó fugarse.

La acusación sindica como «cerebro» del secuestro a un jubilado de 74 años, al que achaca «una gran energía criminal». En la casa de éste estuvo retenido el asesor financiero en una especie de calabozo con ventanas enrejadas preparado para la ocasión.

Los acusados al parecer trataron de obligar a la víctima a firmar varios documentos en los que les garantizaba la devolución de casi dos millones y medio de euros.

Dos de los cinco ancianos, que van de edades desde los 60 hasta los 79 años, esperaban a Amburn a la salida de una cafetería. “Yo no tenía nada que temer, les conocía desde hace 25 años”, aclaró el broker a la policía. Aprovecharon la confianza para golpearle con el parachoques de un coche y reducirle. “Me ataron como una momia”, aseguró Amburn a la policía. Le metieron en un Audi y se dirigieron a la casa de uno de los otros tres cómplices.

Los jubilados se dedicaron a quemar al broker con cigarrillos y a pegarle mordiscos, como él mismo ha declarado a los agentes de policía. La tortura duró cuatro días, durante los cuales fue encadenado y alimentado por dos platos de sopa. Amburn, jefe de la casa de inversiones Digitalglobalnet, ha asegurado: “Me metieron en una habitación con un camastro y un inodoro y comenzaron a preguntarme dónde estaba su dinero. Yo sólo les decía que las condiciones del mercado habían hecho que desapareciera”.

El broker intentó escapar, pero los jubilados le atraparon de nuevo y le siguieron golpeando hasta romperle las costillas. Ambur, un americano afincado en Alemania, les aseguró que si le dejaban hacer una llamada podría devolverles el dinero. El inversor aprovechó esta treta para ponerse en contacto con la policía que fue quién finalmente le rescató. Los jubilados se enfrentan ahora a penas que pueden alcanzar los 15 años de prisión.