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La sesión de debate del Consejo de Seguridad de la ONU que se llevó a cabo el martes puso de manifiesto una vez más los intereses de los países y bloques hegemónicos a nivel global. En ese marco, las declaraciones de los líderes tomaron como uno de los ejes la férrea defensa de las denominadas “Misiones de paz” que detrás de la consigna de “ayuda humanitaria” corrompen la soberanía de los Estados a la vez que aseguran el despliegue del imperialismo. En contraposición con las propuestas de los países y organismos de Nuestra América, Naciones Unidas busca reafirmar el despliegue de sus fuerzas militares con especial interés en el continente africano.
Las denominadas “fuerzas de paz” -cascos azules – son un ejército militar internacional al servicio de los intereses de las potencias que controlan el Consejo de Seguridad de la ONU, tales como Francia, Reino Unido, China, Rusia y Estados Unidos, los únicos que poseen capacidad de veto.
El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon se apresuró en destacar la labor de su organización en Somalia donde se desarrolla la Misión de la Unión Africana allí (AMISOM). Bajo el argumento de “concluir con éxito una transición política de ocho años”, se desplegaron alrededor de 18 mil soldados en el país ubicado en el denominado Cuerno de África –
A continuación citó la invasión en Mali, a partir de la cual- dijo- habían logrado sentar las bases para un proceso de paz. Se trata de la Misión Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización en Mali (Minusma), conformada por alrededor de de 12.600 efectivos que se desplegarán este año en el país del occidente africano como un modo de continuar la presencia imperialista iniciada de modo oficial por Francia a principios de enero de este año.
También defendió el Marco de Paz, Seguridad y Cooperación en la República Democrática del Congo que cuenta “con el apoyo de 11 líderes africanos, la Unión Africana, la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos y las Naciones Unidas y representa la mejor oportunidad en años para forjar una paz duradera”, enfatizó Ki-Moon.
La Brigada de Intervención en ese país fue creada en marzo pasado bajo el amparo del Consejo de Seguridad con el objetivo de desplegar tropas que efectúen “acciones ofensivas contra todos los grupos armados que amenazan la paz en el oriente de la RDC” para neutralizarlos y desarmarlos, justificó en esa oportunidad Ki Moon. Ello se suma a los 19 mil soldados que la ONU ya posee desplegados en el marco de la Misión de Estabilización de la Organización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO, por sus siglas en francés).
Luego, dijo que las Naciones Unidas y la Liga de los Estados Árabes apoyaban los procesos políticos inclusivos en Túnez, Libia y Yemen, zonas blanco de ataque de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los “socios valiosos” del Consejo de Seguridad
En la misma línea que el presidente de la ONU se expresó Samantha Power, representante de Estados Unidos. Al intentar reconocer la labor de las organizaciones regionales, citó el ejemplo de la Liga de los Estados Árabes, la cual consideró parte de los “socios valiosos” del Consejo de Seguridad. A ese argumento también adhirió el delegado de Marruecos, Youssef Amrani, Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Power también describió que la cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones regionales juegan un papel en el “mantenimiento de la paz y la seguridad” en Sudán, Malí, Somalia y otras partes de África. Luego, en un apoyo al despliegue militar, Power hizo hincapié en la necesidad de que la cooperación debe basarse en la situación sobre el terreno.
Por su parte, Mark Lyall Grant, de Reino Unido, también destacó el rol de la Liga de Estados Árabes e instó al Consejo de Seguridad a que evalúe su rol en Siria. El representante de Francia, Alexis Lamek no dudó en citar la invasión en Mali –encabezada por su gobierno- como un ejemplo de cooperación en el que también intervino la Unión Europea (UE).
El diplomático de Marruecos agregó construir el Magreb árabe era una prioridad para su país en pos de conducir a “un desarrollo sostenible para los países de esa zona”.
Nuestra América
Entre los representantes de los países de Nuestra América también pudieron distinguirse al menos dos grandes líneas. Por un lado el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) ratificó enfatizó que apoyarán las “Misiones” de la ONU en Haití, El Salvador y Nicaragua.
Nueve años atrás se conformó la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas para Haití (MINUSTAH) dando inicio a la ocupación militar, política y económica de modo oficial por parte de la ONU. En la actualidad, el contingente está integrado por alrededor de seis mil 700 soldados, y tres mil 500 efectivos policiales con fuerzas provenientes de países tales como Estados Unidos, Francia y España; también participan estados americanos como Paraguay, Brasil y Chile.
A su vez, el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alfredo Moreno Charme, destacó la importancia del Sistema Interamericano el cual proporciona “un conjunto de instrumentos que constituyen un patrimonio político y jurídico fundamental” en el hemisferio.
En otro posicionamiento, los países alineados en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) aprovecharon la sesión para exigir la democratización del Consejo de Seguridad y denunciar los ataques de los países dominantes. Ejemplo de ello fue la disertación de David Choquehuanca Céspedes, Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, dijo que era un anacronismo mantener categorías de “miembros permanentes” y “no permanentes” en pos de que los países ejerzan sus derechos “en igualdad de condiciones”. También expresó su repudio por el atentado contra el presidente Evo Morales, al violarse la soberanía y normas internacionales