Alberto Carrizo

Como simple ciudadano de a pié que le importa la política, pues las decisiones tomadas desde los gobiernos tienen un gran impacto en la vida cotidiana de las personas: rodrigazo, plan austral, convertibilidad, corralito, devaluación asimétrica, inflación, recorte de salarios, privatizaciones o estatizaciones de los fondos de pensión y jubilación, planes sociales, asignación universal y demás medidas de la economía política; me pregunto sobre un tema que llama la atención aunque no es muy comentado a la hora de las campañas políticas.

¿Porqué en Argentina las candidaturas legislativas pueden ser reelectas indefinidamente, mientras que la ejecutiva no lo es?

Esta pregunta me surge luego de ver en las listas a diputados o senadores nacionales de todos los partidos, que varios de ellos se presentan nuevamente; algunos por tercera vez consecutiva.

Esto también ocurre en varias provincias donde gobernadores, diputados, senadores y consejales tienen la posibilidad de presentarse un número indefinido y consecutivo de veces con la posibilidad -si el pueblo lo decide- prorrogar su mandato popular.

Estas permanentes re-re-relecciones no son objeto de cuestionamientos o críticas feroces por parte de los medios de comunicación corporativos que solo ponen los cañones en el cargo de la president@ de la Nación.

Del mismo modo que debió permitirse la re-relección del entonces presidente Carlos S. Menem, debiera ahora permitirse la re.relección indefinida de la presidenta Cristina Fernández tal cual ocurre en países como Francia, España, Gran Bretaña, Venezuela, Cuba y demás países donde el concepto de «alternancia» queda determinado exlusivamente por la voluntad popular del Soberano.

Es hora de dejar las exclusiones políticas y reformar la constitución nacional y provinciales para permitir que todos los cargos electos puedan serlo de forma indefinida y consecutiva.