Prensa Latina (PL)
7 de agosto de 2013.- Terminado el paro del transporte con el pago del adeudo a los empresarios del sector, la huelga docente que sigue vigente desde hace dos semanas se convierte en principal foco de conflictos en Paraguay.
Hasta hace 24 horas, sólo la Federación de Educadores de Paraguay (FEP), el mayor sindicato del sector, mantenía la medida de fuerza con el peso otorgado por agrupar a 40 mil miembros en todo el territorio nacional.
Ahora, tanto la Organización de Trabajadores de la Educación de la cual forman parte 16 mil docentes, como el Sindicato de Directores de Centros de Estudio, apoyan el mantenimiento de la huelga y dos de sus reivindicaciones principales.
Alejada la posibilidad de una inmediata ampliación presupuestaria al ministerio de Educación para pago de bonificaciones y salarios atrasados, los protestantes reclaman modificar el monto de las jubilaciones y aprobar plazas para quienes trabajan sin cobrar.
Se trata en este último caso de centenares de maestros, especialmente de enseñanza primaria, a los cuales se les asignaron aulas y desarrollan su trabajo desde hace muchos meses sin la aprobación de los emolumentos correspondientes.
La paralización de actividades ejercida por estas agrupaciones supera el 50 por ciento de las aulas del país y ya obligó al gobierno a extender el calendario escolar, generalmente terminado a finales de noviembre, hasta el 24 de diciembre próximo.
Una incidencia importante en el escenario social del país es la característica combativa del sector docente que se está expresando en manifestaciones casi diarias, tanto en Asunción como en el resto del país y bloqueo de vías, incluso con apoyo de grupos de alumnos.
Desde hace dos días, la FEP instaló una vigilia frente al Congreso Nacional en reclamo a los legisladores de su aprobación a las modificaciones de la ley de jubilaciones y para hoy convocaron una importante manifestación en ese lugar.
Ella aseguró dará una «bienvenida» al gobierno que tomará posesión el 15 de agosto haciendo coincidir las actividades oficiales con una concentración de 10 mil educadores reclamando derechos, un dolor de cabeza para el esquema de seguridad organizado.