Mike Whitney

CounterPunch

 

Entrevista con la ensayista y revolucionaria Eva Golinger, ganadora del Premio Internacional de Periodismo de México (2009) y llamada «La Novia de Venezuela» por el presidente Hugo Chávez. Eva es abogada y escritora neoyorquina que vive en Caracas desde 2005, y es autora del bestseller «El Código Chávez: Descifrando la intervención de EE.UU. en Venezuela» (2006, Olive Branch Press; traducido a ocho idiomas) y de «Bush vs Chávez: La guerra de Washington contra Venezuela» (2007, Monthly Review Press), entre otros.

Desde 2003, Eva ha venido investigando, analizando y escribiendo acerca de la intervención de EE.UU. en Venezuela, utilizando el Acta de Libertad de Información (FOIA) para obtener información sobre los esfuerzos del Gobierno estadounidense para socavar los movimientos progresistas en América Latina.

– Mike Whitney: La cobertura de la muerte de Hugo Chávez en Estados Unidos fue muy limitada. ¿Puede describir brevemente la reacción del pueblo venezolano?

– Eva Golinger: El fallecimiento de Chávez fue devastador para los venezolanos. A pesar de saber de su enfermedad, la mayoría de los venezolanos creía que iba a ganar la batalla contra el cáncer como antes ganó otras tantas batallas. La reacción fue un grito colectivo de profunda desesperación y tristeza, pero también de amor, profundo amor por esa persona, este hombre que dio hasta el último aliento para hacer de su país un lugar mejor para todos. Oficialmente, se declararon diez días de duelo en todo el país, y se autorizó el acceso al féretro de Chávez a fin de que millones de personas pudieran presentarle sus respetos antes de ser finalmente enterrado. Hubo personas que hicieron cola hasta 36 horas para despedirse de Chávez en la Academia Militar, lugar donde surgió su conciencia política y donde su ataúd fue colocado provisionalmente después de su trágica muerte. A continuación, a los diez días, un cortejo masivo de personas acompañó el féretro hasta la cima de la colina donde se halla el Cuartel de la Montaña, frente por frente del palacio presidencial de Miraflores en Caracas, donde fue enterrado en una sorprendente y hermosa tumba llamada «Los cuatro elementos». El Cuartel de la Montaña es donde Chávez inició su carrera política en febrero de 1992, con un intento de rebelión militar contra un presidente neoliberal corrupto y asesino. Fracasó en ese intento, y fue a la cárcel, pero su mensaje y su carisma llegó a millones de personas, que se unieron al movimiento que más tarde daría lugar a su elección como presidente en 1998. El lugar de la tumba de Chávez, «Los cuatro elementos», consta del ataúd, que descansa sobre un nenúfar bellamente esculpido sobre agua dulce y tierra limpia. Se encuentra al aire libre con una llama eterna. Aún hoy día cientos de venezolanos visitan el sitio, para tener la oportunidad de acercarse a su amado presidente.

– M. W.: Chávez fue un líder inspirador y carismático, capaz de sacar adelante políticas progresistas que beneficiaron a la mayoría de la gente. ¿La Revolución Bolivariana continúa bajo la actual presidencia de Nicolás Maduro o se ha producido un cambio en la dirección?

– E.G.: La Revolución Bolivariana continúa con el presidente Maduro, no ha habido ningún cambio de dirección. A pesar de ganar las elecciones presidenciales en abril con un margen estrecho, Maduro no ha modificado las políticas de Chávez de manera significativa; si acaso, ha tratado de consolidarlas aún más. Ha cambiado a bastantes miembros de su gabinete, pero esto ha sido considerado como un paso positivo, sobre todo porque ha traído a muchos jóvenes, personas poco ortodoxas, en vez de seguir con los que formaron parte de la administración de Chávez durante años. No obstante, ha mantenido también a muchas personas cercanas a Chávez porque, por supuesto Maduro es uno de ellos; pero ha traído sangre nueva para demostrar que estaba dispuesto a hacer algunos cambios necesarios. Por ejemplo, ha nombrado a un crítico frecuente de las políticas comunitarias de Chávez, Reinaldo Iturriza, como Ministro del Poder Popular para las Comunas, que es un ministerio dedicado a ayudar a las comunidades organizadas mediante la gestión de recursos y el desarrollo de proyectos. El propio Iturriza es un organizador de base que ha sustituido a un burócrata. Maduro ha mantenido hasta ahora las políticas económicas del gobierno de Chávez, sin embargo, cambió los miembros del gabinete a cargo de aquéllas. Ha tomado medidas más drásticas en materia de corrupción gubernamental y delincuencia. Decenas de funcionarios públicos han sido detenidos por corrupción, y ha militarizado las zonas de alta criminalidad, a fin de poner bajo control la violencia y la inseguridad. Así que, yo diría que recogió el legado de Chávez y lo aceleró.

– M.W.: ¿Podría resumir algunos de los logros más importantes de Chávez como presidente?

– E.G.: Los logros de Chávez como presidente son amplios y numerosos. Transformó Venezuela de una nación dependiente y cobarde, sin identidad nacional, con pobreza generalizada y una acentuada apatía,en un país soberano, independiente y digno, lleno de orgullo nacional y satisfecho de su rica diversidad cultural. También redujo la pobreza en más del 50% e instituyó con éxito la asistencia sanitaria universal, gratuita y de calidad, y programas de educación y diversificación de la economía con la creación de nuevas industrias nacionales y miles de nuevos propietarios de pequeñas empresas y cooperativas. Uno de sus mayores logros ha sido el despertar colectivo de la conciencia del país. Venezuela era tan apática antes de que Chávez asumiera la presidencia, peor que los Estados Unidos. Hoy en día es un lugar donde las elecciones cuentan con más del 80% de participación voluntaria. Todo el mundo habla de política y de los asuntos de importancia para la nación. Los jóvenes quieren participar en la construcción de su país, su futuro. En los últimos años han salido elegidos los miembros del Congreso (Asamblea Nacional) más jóvenes de la historia, con legisladores de tan sólo 25 años de edad. La mitad de los miembros del nuevo gabinete ejecutivo de Maduro son menores de 45 años. Hay nuevos movimientos juveniles, movimientos estudiantiles ­–tanto de oposición como chavistas– que son activos y participan en la vida política. Y no cabe duda de que las políticas sociales de Chávez y la inversión en programas sociales, de más del 60% del presupuesto nacional, hacen una enorme diferencia en las vidas cotidianas de los venezolanos. Hoy día hay más capacidad de consumo, los venezolanos disfrutan de una mejor nutrición y viviendas más dignas. Chávez también impulsó leyes favorables a los trabajadores que garantizan un salario digno (el salario mínimo más alto de América Latina) e importantes beneficios para los trabajadores. Hay muchas cosas que no pudo terminar, pero lo que logró es extraordinario en solo poco más de una década en el poder, teniendo en cuenta que también hubo que transformar unas instituciones estatales corruptas, ineficientesy arruinadas, y al tiempo hacer frente a una oposición respaldada por Estados Unidos con un inmenso poder económico.

– M.W.: Ha escrito usted mucho sobre las actividades secretas de los organismos de inteligencia de Estados Unidos y las organizaciones no gubernamentales en Venezuela. ¿Ve usted alguna señal de que la intromisión haya disminuido desde que Chávez murió?

– E.G.: No. La intervención de EE.UU. en Venezuela ha aumentado progresivamente cada año desde que Chávez fue elegido por primera vez en 1998. Durante el golpe de Estado en su contra de abril de 2002, que fue derrotado por el pueblo y las fuerzas armadas leales, EE.UU. estaba ya apoyando a la oposición, pero con una ayuda moderada en comparación a lo que están haciendo en la actualidad. Cada año, la financiación de los grupos anti-Chávez ha aumentado en millones de dólares, provenientes de USAID, la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia – NED), el Departamento de Estado y otros organismos financiados por Estados Unidos, como Freedom House, el Instituto Republicano Internacional (IRI) y Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI). De hecho, Obama no sólo aumentó el financiamiento a los grupos antichavistas, sino que lo hizo aún más oficial al incluir abiertamente dicha financiación en el presupuesto anual de operaciones extranjeras (Foreign Operations Budget). Hay un apartado especial dedicado a la financiación de los grupos de la oposición venezolana, o como ellos lo llaman, la «promoción de la democracia». He demostrado con amplio detalle en mis estudios que esta financiación ha ido destinada a fomentar la desestabilización y determinadas organizaciones y actividades venezolanas muy poco democráticas. Sabemos por los documentos publicados por WikiLeaks, y más recientemente por Edward Snowden, que el espionaje de EE.UU. en Venezuela aumentó de manera exponencial este año, con el empeoramiento de la salud de Chávez.

EE.UU. utilizó una enorme cantidad de medios económicos y políticos a favor del candidato presidencial perdedor Henrique Capriles, y ha sido el único país que aún se niega a reconocer oficialmente la victoria electoral del presidente Nicolás Maduro en abril. Washington seguirá apoyando a la oposición con la esperanza de que el mandato de Maduro pueda ser objeto de un referéndum revocatorio en tres años, cuando haya alcanzado el ecuador de su mandato de seis años y constitucionalmente pueda ser objeto de un referéndum de este tipo.

EE.UU. confía en lograr su destitución en ese momento, si no antes a través de otros medios no democráticos. Varios miembros de la oposición han sido descubiertos recientemente conspirando para intentar un golpe de Estado contra Maduro, así como haciendo planes para su asesinato. Todos ellos viajan con frecuencia a Washington para celebrar «reuniones». Asimismo, el gobierno venezolano puso fin recientemente al diálogo entablado con Washington a partir de enero, a raíz de algunas expresiones ofensivas de la nueva embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Samantha Power. El gobierno de Maduro, al igual que el de Chávez, espera tener una relación respetuosa con el gobierno de los EE.UU. Pero no van a soportar agresiones, injerencias o conductas de uno u otro modo intervencionistas. EE.UU. parece incapaz de comprometerse en una relación respetuosa y madura con Venezuela.

– M.W.: He aquí algo que Barack Obama dijo en una entrevista con Univisión cuando Chávez estaba en su lecho de muerte. Afirmó: «Lo más importante es recordar que el futuro de Venezuela debe estar en manos del pueblo venezolano. En el pasado, hemos visto a Chávez desarrollar políticas autoritarias y suprimir la disidencia.» ¿Hubo alguna reacción a los comentarios de Obama en Venezuela?

– E.G.: Definitivamente, hubo una reacción muy fuerte. En primer lugar, los comentarios fueron considerados como totalmente irrespetuosos hacia este país y su gobierno, en un momento en que la salud de Chávez se estaba deteriorando. Indicaban claramente que el gobierno de Obama era ignorante sobre Venezuela y no tenía en cuenta los sentimientos colectivos de millones de personas en el país debidos al delicado estado de salud de Chávez. El objetivo número uno del presidente Chávez –que logró en gran medida– fue la transferencia de poder al pueblo. La hipocresía de Obama con su declaración eclipsa su propio fracaso para comprender la realidad de Venezuela. El número de personas que en Venezuela participan en la vida política es mucho mayor que nunca antes, y mucho mayor que en EE.UU., porcentualmente. En una época de espionaje masivo, asesinatos selectivos, drones, cárceles secretas, violaciones graves de los derechos humanos y otras políticas represivas dirigidas por EE.UU., Obama debería pensárselo dos veces antes de expresar estas opiniones contra el gobierno de otra nación que sólo conoce por las opiniones preparadas que sus desinformados analistas le proporcionan. En resumen, los venezolanos se indignaron con los comentarios insensibles e irrespetuosos de Obama, pero no se sorprendieron. Esos comentarios son típicos de la posición hostil de Washington hacia Venezuela durante el gobierno de Chávez.

– M.W.: ¿Por qué Washington odiaba a Chávez?

– E.G.: Supongo que Washington odiaba a Chávez por muchas razones. Por supuesto, el petróleo es una fuente primaria de la actitud agresiva de Washington hacia Chávez. Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del planeta, y antes de que Hugo Chávez fuera elegido, los gobiernos estaban subordinados a los intereses estadounidenses. De hecho, Venezuela estaba al borde de la privatización de la industria petrolera, junto con todo lo demás en el país, justo cuando Chávez fue electo. Así que el hecho de que un jefe de Estado que se sienta sobre las mayores reservas de petróleo del mundo –que EE.UU. necesita para mantener su exagerado modelo de consumo en el largo plazo– no esté subordinado a las consignas de EE.UU. resultaba exasperante para Washington.

Chávez no sólo se recuperó y transformó la industria petrolera para redistribuir la riqueza y asegurarse que las corporaciones extranjeras acataran las leyes (el pago de impuestos y regalías, por ejemplo), sino que también nacionalizó otros recursos estratégicos del país que EE.UU. tenía sus manos, como el oro, la electricidad y las telecomunicaciones. Es evidente que Chávez era una espina de gran tamaño en los intereses económicos de Washington en la región. Una vez que Chávez encabezó la creación de la integración y cooperación de América Latina, que condujo a organizaciones como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como Petrocaribe, Telesur (primera cadena de televisión de la región), y muchas iniciativas más, Washington rápidamente comenzó a perder influencia en la región. Esto también atrajo una hostilidad hacia Chávez aún mayor, ya que él era el principal líder e impulsor de la independencia y la soberanía de América Latina en el siglo XXI. Washington y la élite venezolana tampoco podían soportar las maneras de Chávez y su forma directa de contar las cosas como son. No tenía miedo de nada ni de nadie, y nunca dio un paso atrás, siempre se mantuvo firme y dijo lo que creía, aunque no fuera lo diplomáticamente correcto. Y Washington lo odiaba por traer de vuelta el “mal” concepto del socialismo al mundo de hoy. Washington había intentado por todos los medios librar al planeta de cualquier cosa remotamente relacionada con el comunismo del siglo XX, por lo que «el socialismo del siglo XXI» de Chávez era una bofetada en la cara de la vieja guardia estadounidense, que todavía mantiene las riendas del poder en EE.UU.

– M.W.: ¿Le gustaría añadir alguna reflexión personal sobre la muerte de Chávez?

– E.G.: La muerte de Chávez es imposible de aceptar. Era una fuerza vibrante, motivadora, llena de amor y afecto genuino hacia la gente y la vida. Tenía una extraordinaria capacidad de comunicación, y podía conectar con cualquier persona en un abrazo sincero lleno de humanidad. Fue un visionario brillante y un hacedor de sueños. Ayudó a la gente a ver el potencial dentro de sí misma, y a darse cuenta de nuestras capacidades. Adoraba a su país, su rica cultura, música, diversidad, y realmente dio todo de sí mismo para la construcción de una Venezuela digna, fuerte y hermosa. Yo fui una de las afortunadas de ser su amiga y compartir muchos momentos excepcionales con él. Tenía debilidades e imperfecciones, como todo el mundo, pero su capacidad de amar y preocuparse por toda la gente le llevó a superar muchos obstáculos difíciles, por no decir casi imposibles. Realmente creía que iba a derrotar el cáncer, y por supuesto todos esperábamos que lo consiguiera. Su muerte deja un profundo vacío y una profunda tristeza en millones de personas. Su energía era tan infinita, que es difícil no sentirla todavía por todas partes a nuestro alrededor, dirigiendo y orientando la revolución que él ayudó a construir. Es por eso que es tan difícil aceptar su partida, porque todavía está tan presente en nuestras vidas, y por supuesto, en cada rincón de Venezuela. Chávez se convirtió en Venezuela, la patria querida, y su legado seguirá creciendo y prosperando a medida queen Venezuela llega a florecer todo su potencial.

 

Traducido para Rebelión por S. Seguí

Mike Whitney vive en el estado de Washington. Es colaborador de Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion (AK Press). Hopeless también está disponible para Kindle. El estudio de Whitney sobre la disminución de los salarios de la clase obrera estadounidense aparece en la edición de junio de la revista CounterPunch. Se puede contactar en fergiewhitney@msn.com .