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29 de julio de 2013.-«Sin él, no sabríamos cómo fue capaz la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de acceder a los mensajes de correo electrónico, cuentas de Facebook y videos de ciudadanos de todo el mundo. No estaríamos debatiendo si el Gobierno de EE.UU. debía haber convertido la vigilancia en una enorme empresa privatizada ni habría, por fin, un debate serio entre Europa […] y EE.UU. acerca de dónde se encuentra el equilibrio adecuado entre libertad y seguridad», declara Naughton.
«Estos son resultados muy importantes y con consecuencias de primer orden que, sin embargo, para la mayoría de nuestros medios de comunicación, han pasado casi desapercibidos», prosigue el autor.
«En cambio, hemos sido alimentados con una corriente constante de especulación sobre los planes de viaje de Snowden, sus solicitudes de asilo, su estado de ánimo, su apariencia física, etc. El ángulo de interés humano ha prevalecido sobre la verdadera historia, que es la que nos cuenta las revelaciones de la NSA acerca de cómo funciona realmente el mundo en red y hacia dónde se dirige», añade.
Así, Naughton sugiere que el verdadero objeto de reflexión debería ser el hecho de que «los días de Internet como una red verdaderamente global están contados», pues el riesgo de que el sistema se balcanice, es decir, se divida en varias subredes geográficas o de una jurisdicción determinada por países que necesitan controlar cómo se comunican sus ciudadanos, es ya una realidad.
«La cuestión de la gobernanza de Internet» se ha convertido en polémico objeto de debate, pues «dado lo que sabemos sobre cómo EE.UU. y sus sátrapas han estado abusando de su posición privilegiada en la infraestructura global, la idea de que se permita a las potencias occidentales seguir controlándola se ha vuelto insostenible», subraya el autor.
Para el estudioso, «la agenda de la libertad de Internet de la administración Obama, es hoy tan digna de confianza como la agenda de la libertad de George Bush después de Abu Ghraib», asegura, y recuerda que «Google, Facebook, Yahoo, Amazon, Apple y Microsoft son componentes esenciales del sistema de vigilancia cibernética de EE.UU. y nada de lo que se almacene en sus servidores puede garantizar estar a salvo de la vigilancia o de ser descargado ilícitamente por los consultores contratados por la NSA».