Agencias

 

Belo Horizonte, junio 26-2013. – La Policía Militar ha advertido de que el partido de fútbol entre las selecciones de Brasil y Uruguay que se jugará esta noche en el estadio de Mineraio, en la ciudad brasileña de Belo Horizonte, en el marco de la Copa Confederaciones, «está comprometido» por la manifestación de esta noche.
 

El comandante de la Policía Militar de Minas Gerais, el coronel Marcio Martin Santana, ha indicado que si los manifestantes vuelven a ser cientos de miles, las fuerzas de seguridad no podrán impedir que lleguen hasta el estadio de Mineraio. «Habiendo ese impedimento con cientos de miles de manifestantes, el evento está comprometido. Podemos privar del derecho a ir y venir a más de 60.000 personas, pero es imposible actuar contra 100.000, 120.000, 130.000», ha dicho.

 

El jugador brasileño Fred se mostró de acuerdo con las manifestaciones en su país. «Yo estoy totalmente en favor de las protestas. El pueblo brasileño ha sufrido tanto que cualquier cosa que llegue a demandar es justo. Pero sabemos que no es bueno que haya actos de vandalismo. Todos estamos en contra de ello», dijo el delantero. Aunque Fred también mostró su deseo de que estas protestas se realicen sin incidentes. «Esperamos que sea una manifestación pacífica, sin destrozos ni enfrentamientos con la policía», explicó el artillero.

Por su parte, el secretario de Defensa Social de Minas Gerais, Romulo Ferraz, ha explicado que habrá un cordón de seguridad alrededor del estadio de Mineraio, al que solo podrán acceder los aficionados con entradas para el partido de fútbol. «La manifestación será libre por el centro de la ciudad, pero hay tres puntos en los que solo podrán estar los aficionados. Los manifestantes ya saben de antemano que allí los policías militares serán insuperables», ha apuntado.

Unos 5.500 policías militares se encargarán de vigilar la manifestación, que discurrirá desde la plaza Sete por el centro de Belo Horizonte. Desde allí, hay unos diez kilómetros hasta el estadio de Mineraio. La Defensoría del Pueblo había solicitado a las autoridades municipales que permitieran que la marcha llegara hasta los alrededores del estadio de Mineraio, argumentando que «tiene un fondo pacífico», pero su petición ha sido rechazada, por los disturbios de las últimas semanas.

 

Disturbios cerca del estadio donde jugaba la selección con Uruguay

 

Las protestas no se detienen en Brasil. En el medio de una gran expectativa por el partido entre la selección nacional y la de Uruguay en Belo Horizonte, miles de personas volvieron a salir a las calles como sucede desde hace dos semanas en las principales ciudades del país. La policía de Minas Gerais dispersó con gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes que intentó romper el cerco que rodea el estadio Mineirao donde se jugaba la semifinal de la Copa Confederaciones que terminó ganando el equipo local. Una persona resultó herida de gravedad y al menos dos concesionarias de vehículos fueron incendiadas a raíz de los disturbios.

El grupo, una minoría de entre las cerca de 50.000 personas que participan en una protesta contra la corrupción y los elevados costos en al construcción de ese y otros estadios para el Mundial del año próximo, derribó algunas vallas metálicas que la policía había instalado en una calle de acceso al lugar del partido. La mayoría de los manifestantes prosiguió pacíficamente por una importante avenida de la capital de Minas Gerais, el pequeño grupo se desvió, intentó romper el cerco policial y lanzó piedras y otros objetos contra algunos uniformados.

La policía montó un cerco en un perímetro de 3 kilómetros alrededor del Mineirao e instaló bloqueos en las calles del acceso al estadio, que sólo podían superar las personas que portasen ingreso para el partido. Se organizó un riguroso esquema de seguridad que movilizó a 5.567 agentes y que fue reforzado por 1.500 soldados del Ejército.

Numerosos locales comerciales en el entorno de la Plaza Sete, el local de concentración de los manifestantes, y en las avenidas que se dirigen al Mineirao instalaron tablones de madera en sus fachadas para evitar actos de vandalismo. Antes del inicio de la marcha, la policía arrestó a ocho personas que portaban en sus mochilas máscaras y objetos que supuestamente serían lanzados contra los uniformados.

El sábado pasado y en el marco de enormes manifestaciones en todo el país, cerca de 60.000 personas, según la policía, participaron en una marcha que también se aproximó al Mineirao y que acabó con disturbios, en los que ocho manifestantes y seis policías resultaron heridos.

Las protestas contra la organización del Mundial forman parte de las manifestaciones que sacuden al país desde hace dos semanas y que obligaron al Gobierno a proponer un Pacto Nacional para mejorar los servicios públicos y un plebiscito para reformar el sistema político del país.

En este contexto, esta mañana la Corte Suprema ordenó la prisión inmediata del diputado Natan Donadon por desvío de fondos públicos, una medida extraordinaria que se aplica por primera vez desde que entró en vigencia la nueva constitución.