Lorenzo Angiolillo Fernández
El presidente de Colombia se reunió con el opositor venezolano Henrique Capriles, sin ningún empacho, sin el menor sustento político, e histórico justificable para ello, para las relaciones bilaterales que hasta ahora se mantenían entre Bogotá y Caracas en un nivel óptimo y de cooperación, provocando al unísono la crítica nacional de muchas fuerzas sociales y políticas de Venezuela, y el mundo, para millones de compatriotas una inmensa mayoría, ha sido una puñalada certera que no solo pretende enlodar y tirar por la borda la Paz en Venezuela, sino también el proceso histórico que se lleva a cabo para alcanzar la misma en Colombia. Este lamentable hecho a la luz de cualquier análisis pareciera surgir expedido en las alturas imperiales, por imposición, o complacencia de Santos a la política guerrerista del Uribismo, y del imperialismo norteamericano, ello no representa el sentimiento de los pueblos colombianos, venezolanos, y norteamericano para muchos ese encuentro es parte del plan de EE.UU. para derrocar a Maduro, y paralizar los esfuerzos de Paz en las conversaciones llevadas a cabo en la Habana entre el Gobierno, y las FARC , es la reacción de los sectores más recalcitrantes, mas guerreristas más imperiales, ante una aproximación de la tan anhelada Paz en Colombia, y el presidente Santos se ha prestado tras las sombras del Palacio de Nariño a la provocación, montada por John Kerry, dirigida a destabilizar la región, aunque cueste creerlo, teledirigida desde Washington por el condecorado de la guerra de Vietnam, el campeón del liderazgo global estadounidense en los últimos años, prepotente e injerencista, El jefe de la diplomacia estadounidense el mismísimo John Kerry, considera a Latinoamérica el «patio trasero» de Estados Unidos , ya lo dijo hace unas semanas, Este Secretario de Estado habla como si quisiera intervenir SU PATIO TRASERO, ¨´sino que va a ser lo posible para cambiar la actitud de un número de naciones donde obviamente hemos tenido dijo, una especie de ruptura en los últimos años, eliminando cualquier indicio de resistencia. ¿Qué es lo que nos quiere decir con esto? Se acabó la democracia, se acabó la diplomacia, se acabó la polémica. Ahora, llegó el momento de la imposición por las armas. El Uribismo, Kerry y Capriles pretenden llevar las relaciones Venezuela, Colombia bajo los escombros, ahogar las conversaciones y acuerdos gobierno FARC en el lodo y cenizas de este terremoto político regional que ahora tiene el epicentro en el eje Bogotá, Caracas pero con las consabidas replicas en toda la región Latinoamericana y caribeña y así pretender celebrar el triunfo de la ultradecha imperial, desde las ruinas quemadas de la paz, e integración Regional. La necesaria unidad regional , la actuación de UNASUR , la movilización popular Latinoamericana, de seguro lograra que al final del evento consigamos los cadáveres políticos, de los personajes que se atrevieron a detener el rumbo de los nuevos tiempos, la rueda de la historia de seguro les pasara, el gran cauce de las aguas de nuestros pueblos posiblemente los termine ahogando, aquellos atrapados en el barro, en la ignominia de la traición, sus restos, y recuerdos irán a parar en el escombro de la historia latinoamericana, y sus cenizas las esparcirá el huracán bolivariano hasta La Fosa de las Mariana, es la hora de desenvainar la espada de Bolívar.