Interrogado por una comisión investigadora, el ex primer ministro británico y ex principal aliado de Bush, dijo que los atentados del 11-S cambiaron «dramáticamente» la amenaza que suponía Saddam Hussein.

Agencias
El ex primer ministro británico Tony Blair justificó hoy la participación de Gran Bretaña en la impopular decisión de invadir Irak en marzo de 2003 al declarar en Londres ante una comisión que investiga los motivos que llevaron a la guerra en ese país.

Blair dijo que los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos habían «cambiado dramáticamente» la apreciación total por parte de su gobierno de la amenaza que suponía el dictador iraquí Saddam Hussein.

«Hasta el 11 de septiembre creíamos que (Saddam) suponía un riesgo», explicó el ex primer ministro laborista y dijo que el gobierno británico creía hasta entonces que era posible contener el peligro.

El aliado más cercano del ex presidente norteamericano George W. Bush en Irak es interrogado por su decisión de enviar a 45.000 soldados británicos a este impopular conflicto que se inició en marzo de 2003. Uno de los interrogantes centrales que la comisión de investigación quiere disipar es qué sabía Blair exactamente sobre la supuesta presencia de armas de destrucción masiva en Irak, el principal argumento -que finalmente resultó falso- esgrimido para justificar la decisión de invadir el país árabe.

La comisión también intenta aclarar si el gobierno británico incurrió en una violación del derecho internacional con su decisión de unirse a una guerra sin mandato de Naciones Unidas.

«El despliegue militar en Irak sigue siendo un asunto que causa división. Es una cuestión muy emocional, especialmente para los que han perdido a sus queridos», afirmó el presidente de la comisión, John Chilcot.