El ejército de Estados Unidos informó a Japón el mes pasado acerca de los planes para desplegar estos equipos en su territorio entre junio y septiembre, pero la fecha se adelantó tras informes relacionados con esta coyuntura, señaló el diario Herald Sun.
Washington cuenta en estos momentos con tres Global Hawk en su base de Guam, cuyo objetivo es vigilar el movimiento de patrulleras en esa zona.
Entretanto, el pasado 4 de abril el Departamento de Defensa reconoció que envió a Corea del Sur un batallón de guerra nuclear, química y biológica, ocho años después de que esa unidad fuera retirada hacia territorio continental de Estados Unidos.
La unidad castrense, integrada por 250 especialistas, permaneció hasta ahora en la base militar de Lewis McCord, en el occidental estado norteamericano de Washington.
Para analistas y políticos la situación en la península coreana puede desencadenar un conflicto potencial en gran escala con el empleo de armamento de destrucción masiva.
De acuerdo con algunos legisladores estadounidenses como el senador republicano por el estado de Oklahoma James Inhofe, la Casa Blanca debe realizar un golpe militar preventivo contra la RPDC en respuesta a lo que consideran planes de ataque de Pyongyang.
El diario de tendencia conservadora The Washington Times advirtió en un artículo que la administración del presidente Barack Obama contemplaría derrocar al gobierno de la RPDC en caso de que este realice acciones ofensivas contra Seúl y las bases estadounidenses en la región.
Las tensiones en esa parte del mundo aumentaron durante las últimas semanas después que el Pentágono reposicionó allí buques de guerra y aviones de combate con el pretexto de efectuar ejercicios militares con Corea del Sur.
Desde hace unos días la Marina de Guerra de este país desplegó en el área dos destructores con sistemas antibalísticos y trasladó hacia zonas cercanas a la RPDC la plataforma marítima autopropulsada SBX-1, que cuenta con radares anticoheteriles.
La RPDC responsabiliza a Estados Unidos por el incremento de las provocaciones de guerra en esa zona, en especial por estas maniobras conjuntas, que a juicio de las autoridades norcoreanas son verdaderos ensayos de agresión contra el norte de la península.