En una reunión celebrada con los líderes militares la madrugada de este viernes después de que EE.UU. realizara maniobras con dos bombarderos B-2 Spirit en Corea del Sur, Kim Jung-un dijo que “ya ha llegado la hora de ajustar las cuentas con los imperialistas estadounidenses en vista de la situación actual”, informa la agencia estatal de noticias KCNA.
Kim Jong-un advirtió que Corea del Norte “no va a quedarse mirando los preparativos para una agresión de EE.UU. y hará todo lo necesario para proteger la soberanía del país”. Al recibir la orden, “los militares del Ejército Popular de Corea las convertirán [las bases de EE.UU.] en cenizas de un golpe”.
Este jueves dos bombarderos sigilosos B-2 de la Fuerza Aérea de EE.UU. con capacidad para transportar bombas nucleares hicieron su primera maniobra militar en la península coreana. El secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, negó que EE.UU. haya actuado de forma provocadora y subrayó que Washington “está preparado para afrontar cualquier eventualidad” en la península coreana ante las amenazas norcoreanas.
La tensión en la península coreana, que aumentó tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de nuevas sanciones contra Corea del Norte en respuesta a su tercera prueba nuclear se agudizó aún más después de que se conociera que Corea del Sur y EE.UU. utilizan bombarderos estratégicos B-52 y submarinos nucleares en las maniobras militares conjuntas que realizan en la región. Pyongyang calificó este hecho de “provocación imperdonable” y anunció que las acciones de EE.UU. y Corea del Sur han conducido al “riesgo de guerra nuclear en la península coreana”.